Asaltarlo en la universidad no
era una buena opción, ni en la parada de bus porque podría salir corriendo y lo
que él quería era que le hiciese caso no que lo ignorase. Aquella conversación
tan extraña que tuvo con los extraños, llamados Chanyeol y Jongdae, le había
hecho reflexionar. Podía parecer estúpido que después de tiempo queriendo ser
completamente libre unas cuantas palabras de unos tipos fumados podían hacerle
cambiar de idea pero si lo pensaba detenidamente durante muchos meses había querido
tener a Luhan para él solo y no compartirlo con nadie. El solo había cambiado
de opinión por... por a saber qué cosa. Estaba seguro que el Sehun interior que
se había liado con Baekhyun no era el mismo.
Además aquella noche no llego a
pasar nada. Baekhyun se quedo dormido en el baño. Cuando se dio cuenta de que
ya había pasado ahí media hora (porque Chanyeol y Jongdae eran muy entretenidos
si se lo proponían) fue a buscarle. Los dos fumados ya le habían advertido de
lo que se iba a encontrar pero preocupado fue en su busca.
Y ahí se lo encontró. Sentado en
la taza del baño, con los pantalones bajados y en posición para hacer sus
necesidades, con la cabeza apoyada contra la pared. Tenía la boca abierta y le
salía un pequeño hilo de baba. Murmuraba cosas, pero nada que se pudiese
entender. Sin despertarlo lo vistió completamente y lo llevo en brazos hasta el
sofá que había estado utilizando él.
Después se sentó con los dos
mayores y los tres se dedicaron a jugar a videojuegos y a ver películas malas
durante el resto de la noche. Su plan no había salido como debía. El había
salido de casa con la intención de conocer mejor a los amigos de Luhan aquella
noche ya que el mayor había insistido (eran una parte importante de su vida).
Y por eso mismo se encontraba frente
a la puerta del piso de Luhan. Todo sea dicho, iba a por todas porque sabía que
de otra manera no iba a poder conseguir nada de nada. Su novio (ex novio aunque
él no lo quisiese ver así) tenía buen corazón, sabia escuchar. Puede que le
costase un poco más de lo normal pero puede que le costase un poco querer
volver a hacerlo. Aunque sabía que si insistía lo acabaría consiguiendo.
Toco la puerta y después de
esperar un rato lo intento con el timbre al ver que nadie contestaba a su
llamada. Escucho como alguien se movía al otro lado de la puerta, con prisa
pero a la vez de una manera perezosa. Parecía que había despertado a alguien.
Cuando la puerta se abrió no vio a Luhan frente a él, si no a Zitao, uno de sus
amigos y compañero de piso.
Este se despertó nada más verle
la cara, cambiando de una dormida a una de mal humor en cuestión de segundos.
Fue a cerrarle la puerta pero Sehun fue rápido y supo meter el pie antes de que
pudiese cerrarla del todo.
–Tengo que hablar con Luhan, por
favor –rogó. Que lo recibiesen con esa alegría
no era buena señal, estaba claro. Zitao abrió la puerta repentinamente pero en
vez de dejarle sitio para pasar se encaro a él.
–No voy a dejar que te vuelvas a
acercar a él –declaró con voz siseante–. Ni se te ocurra volver a arrimarte por
aquí, como te vea intentarlo te mato –aseguró con gran fiereza.
Sehun trago saliva, estaba seguro
que por su compañero de piso sería capaz de hacerlo. Pero tenía que hablar con
Luhan y encarar a Tao nuevamente. Puede que hubiese sido un estúpido, algo que
no se atrevía a negar porque estaba claro que listo no había sido, pero se
merecía otra oportunidad. Todo el mundo se la merecía.
–Por favor, solo quiero pedirle
perdón y…
–¿Y qué? –casi bramo comenzando a
enfadarse–. Me da igual quien te crees que eres para jugar con los sentimientos
de Luhan de esta manera porque no voy a volver a permitir que lo hagas –lo
empujo lejos y le cerró la puerta con fuerza para desanimarlo aun más.
Sin ganas de rendirse tan
fácilmente comenzó a tocar la puerta de manera insistente y permanente, si
querían que parase le tendrían que dejar hablar con Luhan. No había otra
opción.
–Es con Luhan con quien quiero
hablar, no contigo –siguió golpeando una y otra vez.
Pareció que su insistencia iba a
dar sus frutos cuando volvió a abrirse la puerta. Pero de esta volvió a
aparecer Zitao ya cansado de su insistencia. Sehun dio un paso hacia adelante,
esperando una buena respuesta ante su interés pero el mayor le echo un liquido
naranja y espeso encima que olía a mango. ¿Pero qué…? Le había echado zumo de
mango encima. ¿Qué clase de broma era aquella?
–Hazte un favor y no vuelvas a
tocar la puerta. Si aun tienes ganas adelante, pero tengo miles de cosas para
echarte encima, y no todas van a ser tan agradables como el zumo –sonrió con
una amabilidad fingida y volvió a cerrar la puerta otra vez.
Sehun no quiso volver a tentar el
humor y paciencia de Tao, en esos momentos le creía perfectamente cuando le
amenazaba. Sinceramente, no quería ganarse un enemigo y menos uno que iba tan
en serio como Zitao a la hora de castigarlo.
Tuvo que aguantar como todo el
mundo le miraba con caras extrañas mientras volvía hasta su casa. Se sentía
pegajoso, y por lo que podía ver en la mirada de los demás, también se veía de
esa manera. Maldijo para sí mismo a aquel estúpido compañero de piso que tenía
su novio. No podía ser como él no, tenía que ser un pequeño psicópata.
El destino, el karma, la suerte
etc. todo, TODO, estaba en su contra aquel día. Al llegar a casa lo único que
quería hacer era ducharse y meterse en la cama, aunque solo fuese una hora,
pero al ver la guisa con la que volvía a casa su madre se enfado y lo castigo.
Ni cama, ni ducha ni nada. Le toco trabajar pintando el cuarto que utilizaban
para dejar dormir a algún invitado cuando alguien que no era de la familia
venia a visitarles con su padre. Parecía ser que a su madre ahora le había dado
con que quería tener una hija y en contra de la opinión que pudiesen tener su
marido e hijo iba a hacer todo lo posible por tener una hija.
Después de aquel fatídico día
intento una y otra vez acercarse a Luhan, pero Zitao siempre estaba ahí para
observarlo y echarlo atrás. ¿Es que nunca se separaba de él? Pudo observar como
Luhan seguía sonriendo como siempre, aish
su preciosa risa, pero que de vez en cuando flaqueaba y se sumía en su
pequeño mundo negro. El pequeño estaba seguro de que él podía ayudarle a salir
de él pero le era imposible conseguirlo ya que cierta persona no le debajo
acercarse a él.
–¿Qué crees que estás haciendo
Sehun? –preguntó una voz que no reconocía del todo pero que sabía que la había
escuchado en alguna parte. Miro hacia la persona que había hablado, allí se
encontraban los tres chicos con los que había acabado pasando aquella noche de
fiesta, aunque uno de ellos se quedase dormido y no le diese lo prometido.
Justo le habían pillado espiando a Luhan detrás del pequeño muero que tenía el
puente en el que se encontraban.
–Emh…. Nada –musitó el
apartándose del lugar como si hubiese hecho algo malo y no quería que le
pillasen con las manos en la masa–. ¿Qué hacéis vosotros aquí? –quiso saber,
pues era la primera vez que les veía por el campus.
–Tenemos una hora “libre”
–Jongdae marco bien como era debido la palabra ‘libre’ para indicar que en
realidad no la tenían libre y que simplemente habían decidido no ir a clase–.
¿A quién andas espiando? –preguntó provocando que en la cara de los tres se
formase una maliciosa sonrisa.
Sehun no pudo evitar ponerse
nervioso ante aquella pregunta. ¿Espiando? El no espiaba, solo vigilaba lo que
era suyo y no le dejaban tener.
–¿Yo? A nadie –se apresuro a
decir pero nadie le creyó, no al menos con ese tono tan inseguro con el que lo
dijo–. De cualquier modo, Baekhyun me debes una noche inolvidable –exigió. Nada
más reclamarlo Chanyeol y Jongdae echaron a reír mientras Baekhyun le miraba
con cara de pocos amigos, como si no se creyese que era lo que le acababa de
decir. El pequeño tuvo que tragar saliva y aire para que su valentía volviese a
él.
–Te lo diré de una manera
sencilla –parecía que el mayor del lugar estaba intentando ser amable aun en
contra de todas sus intenciones–: tengo dos amantes, no tengo tiempo para otro
más.
Sehun se quedo con la boca
abierta ante la escusa que le había dado. No es como si le estuviese pidiendo
ser su novio o una gran cantidad de tiempo, solo quería una noche.
–Pe…pero –comenzó a vocalizar
para quejarse de aquella decisión.
–Pe…pero nada –lo interrumpió
burlándose de su momentáneo tartamudeo–. Si hubieses sido listo me habrías
despertado y hubiésemos seguido con lo que habíamos ido a hacer, pero en vez de
eso preferiste jugar con estos dos borregos –los señalo con un gesto de cabeza.
En cuanto pronuncio la última frase sus dos amigos dejaron de reírse y
emitieron un sonido de queja, al parecer no estaban de acuerdo con lo que había
dicho–. Vamos, dejemos aquí al pequeño acosador.
Se dio la vuelta y camino por el
mismo camino por el que había venido. Chen lo siguió el primero, justo antes de
que Chanyeol le dedicase una despedida con la mano y se fuese tras ellos con los
brazos en alto.
Sehun no pretendía rendirse tan
fácilmente. Ni con Luhan, que iba primero, ni con Baekhyun.
–¿Estás seguro que a tu madre le parece bien que te quedes a dormir
aquí? No quiero problemas con ella.
Luhan y Sehun se encontraban cambiando las sabanas de la cama del mayor
para que el menor se quedase a dormir con él. Luhan conocía, no muy bien pero
si lo suficiente, a la madre de Sehun como para saber que era controladora y
cascarrabias, para tener que convencerla tendría que haber hecho las mil y un
maravillas.
–Estaba de buen humor –explicó con una sonrisa–. Pero me ha hecho
prometer que a la siguiente iras tu a mi casa a dormir. Algo así como un cama
por cama o… La verdad: he dejado de escucharle en cuanto ha dicho que sí
–sonrió como un memo.
Hacía ya un rato que ambos jóvenes habían terminado de cenar, se habían
lavado los dientes y ahora se disponían a ver una película antes de dormir, eso
si no pasaba algo más. No lo habían hablado, les daba vergüenza hablar de ello
la verdad. Porque normalmente cuando la relación es heterosexual no hay
problema, bueno si lo hay pero no del mismo tipo que con una relación
homosexual.
Ambos estaban nerviosos, no por compartir cama (ya lo habían hecho
antes de declararse) si no por lo que podía suponer implícitamente. No se podía
negar que los dos tenían ganas de que eso pasase, pero tampoco es como si lo
hubiesen exteriorizado y el otro lo supiese. Por si acaso Sehun había llevado
un condón y lubricante, que estaban bien escondidos en su mochila. Por su parte
Luhan le había robado un par de condones a Kris y había comprado el lubricante,
por si acaso las cosas no eran como las pintaban.
–Entonces… ¿qué película quieres ver? –preguntó el más bajo mientras
cogía su ordenador y lo utilizaba para poder encontrar aquella que quisiese–.
Nos ha quedado claro que una de terror no –rió entre dientes al recordar el
desastre que fue para ambos. No llegaron ni a ver el final de la película–.
¿Una de aventuras o de humor?
–Preferiblemente de aventuras –opinó–. Me apetece ver acción, golpes,
sangre…
–¿Qué te parece Shutter
Island? Me la han recomendado
miles de veces y aun no me la he visto.
–Me parece bien, no me suena haberla visto tampoco –se encogió de
hombros.
El mayor no tardo en poner la película, luego con un gesto le indico
que se tumbase sobre la cama, que en seguida iba él. Después de posicionar el
ordenador en el lugar perfecto para que ambos viesen bien se tumbo a su lado,
pasando su brazo por debajo del cuello de Sehun, arrimándolo a él en un ligero
abrazo. Como respuesta Sehun se engancho con sus piernas a su cuerpo, tal y
como esperaba que hiciese. Siempre lo hacía.
–No comprendo porque te la han recomendado, nada tiene sentido –se
quejo Sehun al terminar de ver la película.
–Es una película hecha para pensar –comentó Luhan con una sonrisa. A él
le había encantado y comprendía perfectamente porque se la habían recomendado.
Estaba claro que la gente le conocía bien al recomendarle películas en las que
el final era incierto y lleno de intriga–. Tendremos que buscar otro género
entonces, que nos guste a los dos digo.
El menor asintió con la cabeza a la vez que se estiraba y bostezaba.
Hubiese preferido gastar aquel tiempo en acurrucarse cerca de Luhan (cosa que
ya hacia) y comérselo a besos, de tal manera que ninguno de los dos pudiese
respirar.
Luhan beso su mejilla antes de que terminase de bostezar, de esta
manera no pudo terminarlo. Dejo salir un quejido antes de que lo volviese a
besar, esta vez en la boca. La sensación del bostezo a medias y el lujurioso
beso hacían una combinación extraña. No le era del todo agradable, pero eso
cambio rápidamente cuando la adrenalina y la excitación corrió por sus venas.
Agarró al mayor por la cadera obligándolo a que se pegase a su cuerpo
tumbado, poniéndolo así sobre él. Se miraron a los ojos y se sonrieron antes de
volver a besarse otra vez. Siguieron de esta manera durante un buen rato. Las
manos de Sehun habían pasado a la espalda baja de Luhan y a su trasero, mientras
que una de las manos de Luhan exploraba el costado derecho, propinándole
pequeñas corrientes placenteras a su novio, y la otra revolvía su pelo con
ansia.
El menor dio un brinco cuando la mano que Luhan tenía sobre su lateral
pasó a estar en la parte delantera bajo el pantalón.
–¡E…espera! –exclamo antes de pensar si quería que parase o no. Luhan
se asustó por el repentino ataque que le había dado.
–Lo…lo siento, yo pensaba que tú querías y… –se tapó la cara con el
hombro del alto de lo avergonzado que estaba.
–Y quiero pero… –suspiró porque él mismo se había buscado esa
situación. Si no hubiese hablado ahora mismo estaría disfrutando–. Pero también
quiero que tú quieras.
Luhan sonrió ante aquellas dulces palabras sin poder evitarlo. Cuando
quería, en realidad lo hacía sin querer, Sehun era lo más dulce que había visto
en su vida. Volvió a besar sus labios, esta vez de una manera más suave y
pausada.
–Nos lo tomaremos con tranquilidad –beso nuevamente sus labios de una
manera ruidosa–. Iremos poco a poco –viajo hasta su cuello para darle placer
ahí–. No es como si tuviésemos que correr, aun nos queda mucho tiempo para
profundizar y hacerlo bien.
Decidió entonces que lo mejor
sería esperarle en la puerta frente a la facultad de Luhan. Tarde o temprano
tendría que salir y ahí estaría él para ofrecerle su brazo, hacer las paces y
volver a salir juntos nuevamente. Empezaba a creerse eso de que era un
acosador, tal y como lo había llamado Baekhyun hacia unas horas. Pero no. Él
simplemente tenía que hacer todo lo posible para que Luhan volviese con él.
Tardaba en salir, normalmente
cuando estaban aun juntos Luhan salía corriendo del edificio para encontrarse
con él. Comprendía que ahora con lo dolido que estaba no saliese con el mismo
entusiasmo pero algo tenía que quedar.
Su entusiasmo poco duro en
esfumarse cuando vio a Tao, que acompañaba a Luhan. Su rostro palideció,
llevaba una botella de agua. Una cosa era que le echase zumo donde solo el
mayor lo podía ver y otra cosa muy diferente que lo hiciese donde había tanta
gente.
Se puso nervioso. Muy nervioso.
Si Zitao creyese que estaba acosando a Luhan, siguiéndolo o lo que fuese, la
pagaría con él y haría el ridículo delante de su novio. Eso no podía darse de
esa manera.
Cuando sintió que todo estaba
perdido diviso a Baekhyun más o menos al lado de Luhan y de Zitao. Camino en
esa dirección, Zitao se dio cuenta de que estaba y se puso en guardia preparado
para golpear a Sehun, pero Sehun paso de ellos y siguió caminando hasta
Baekhyun, este le miro extrañado sin comprender que hacia tan cerca de él, y
comprendió aun menos porque Sehun se había abalanzado sobre él a besarle en la
boca. ¿Es que se había vuelto loco? ¿Iba a tener que preocuparse ahora de un
acosador el también?
Definitivamente odiaría a Sehun,
le pegaría y no le volvería dejar arrimarse a él otra vez si se daba ese caso.
Su salvación llego en forma de
amante. Un mosqueado Kris apareció de la nada (bueno de la nada no, Baekhyun
había quedado con él al salir de clase) y agarró a Sehun con fuerza,
separándolo de su pequeño idiota.
–¿Qué te crees que estás
haciendo? –le miro de manera amenazante mientras prácticamente zarandeaba al
menor.
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