[Hunhan] Luminescent II Parte 42

Celos por cena (Luhan).

Después de haber recibido una llamada muy extraña de Sehun había cogido el coche y sin dudarlo un segundo me había puesto a buscarle. Se suponía que él iba a venir a festejar el año nuevo chino conmigo y mis amigos, pero había sido demasiado para él. Y me odiaba por no haber tenido en cuenta antes el porqué era una exageración.

¿Cómo iba a querer cenar con el equipo que había asesinado a sus padres? No sé ni cómo se me había ocurrido proponérselo y me sentía fatal. En años iba a ser la primera vez que no iba a celebrar ese día tan especial con mis amigos. Incluso a Tiarn se lo había inculcado como tradición. Ya que nosotros seis éramos su pequeña y extraña familia.

En la escuela siempre se metían con ella por no tener madre y vivir con seis hombres diferentes. Y a su manera lo había pasado muy mal aunque fuese el tipo de persona a la que no le gustase dejar ver sus debilidades. Incluso siendo una niña tan pequeña, adorable y sensible era fuerte y dura. Una roca difícil de moler y así seguiría siendo para siempre.

No podía protegerla siempre porque debía de madurar y sabia que si desde pequeña la sobreprotegía tanto acabaría por no dar a torcer mi brazo jamás. Por esa razón, entre otras, no me puse de su lado en la niñez que había tenido con Sehun. Además, estaba seguro de que Sehun lo había hecho con una buena razón y que había intentado ser bueno con ella.

No me agradaba el hecho de que le hubiesen roto el corazón, aunque ese alguien hubiese sido mi novio, pero había sido necesario y era muy joven para negarse a conocer el amor de verdad. Porque aunque a veces parezca imposible acaba llegando. Y si no, ahí estábamos Sehun y yo como ejemplo.

Ambos hombres, el heterosexual, al principio no quería saber nada de mí y luego yo nada de él, y lo más importante: yo había sido uno de los causantes de la muerte de sus padres. Asesinato en realidad. El volver a estar juntos parecía algo realmente imposible, pero ahí estábamos después de seis años.

-¿Puedes hacerme un favor Jongdae? –mire a la medio dormida Tiarn que estaba en el asiento trasero.

-Siempre y cuando este en mis manos –repuso él al otro lado del teléfono-. ¿Qué necesitas?

-¿Puedes rastrearme el teléfono que te he enviado por mensaje? –como respuesta recibí un pequeño ruido de asentimiento hecho con la boca-. ¿Para dentro de cuánto tiempo lo tendrás?

-Tan pronto se me habrá el programa te enviare su ubicación –y sin más dilación colgó la llamada.

Me apunte mentalmente en ser más bueno con él. Ahora que estaba siendo más amable con todo el mundo, Yixing le había echado una gran bronca después de enterarse de cómo había utilizado a Zitao y aun compañero suyo de yoga o no sé qué cosa, se había vuelo hasta formal. Algo inaudito.

Mi móvil vibro delante de mí. Lo desbloquee sin mayor problema y metí en el GPS la calle que me indicaba. Además de la dirección el mensaje de Jongdae contenía unas pocas palabras: “No está solo”, algo que tampoco le impacto mucho ya que Sehun era una persona muy sociable y alegre cuando se juntaba con sus amigos.

Paré y aparqué el coche justo en la salida del parque en el que Sehun se encontraba según el GPS. Apague el motor y observe a Tiarn por última vez antes de mirar fuera. Mi novio se encontraba sentado en un banco con su prometida. La rabia me inundo por dentro. Pensé que lo encontraría abatido por el mero hecho de recordar que yo vivía con gente que el odiaba o algo parecido pero no, en vez de eso sonreía como si nada hubiese pasado. Parecía incluso que le daba igual haberme dado plantón.

A cada segundo que pasaba más me enfada y más celoso me ponía. ¿Qué tenía ella que yo no? ¿Por qué coño no se podían separar el uno del otro? No es como si fuesen hermanos gemelos o tan solo hermanos. Eran amigos, se habían conocido hace seis años y ya. No eran nada especial. Nada especial. Y me lo tenía que repetir una y otra vez a mi mismo para convencerme de ello.

“Yo no tengo la culpa de que nos veas de esa manera. Tampoco tengo la capacidad de cambiar tu percepción o sea que controla tu propia mente”. Esas habían sido las palabras que me había dedicado ella. ¡Como si fuese tan fácil hacerlo! ¿Cómo no iba a ver a una pareja de jóvenes enamorados cuando era lo que parecían? Era imposible no hacerlo, al menos para mí.

Pero Sehun no sería capaz de engañarme ¿verdad? Sabía que podía confiar en él, o al menos quería creer ciegamente en él. Pero era muy difícil.

Para intentar tranquilizarme volví a mirar a Tiarn. Esta al final se había quedado dormida y su expresión era totalmente inocente. Pero tenía claro que cuando se hiciese mayor se volvería una de esas mujeres complicadas a las que es imposible de comprender.

-Ojala te pudieras quedar así, tal y como estas –susurre mientras acariciaba su fino pelo-. Ojala no te separes de mi jamás hija mía.

Cerré los ojos para armarme de valor e ir a donde se encontraba la parejita. Fastidiarles el momento pero en el tiempo que no había observado la escena una persona más se les había sumado. No podía reconocerlo bien pero estaba seguro de que lo conocía de algo. Un simple vago recuerdo.

Después de unos cuantos segundos hablando entre ellos tres la pareja, que ahora formaban Soojeong y el desconocido se despidió de Sehun, dejándolo solo en el lugar. Era mi oportunidad para estar con él.

Salí del coche y desperté a Tiarn a regañadientes, estaba muy a gusto ella al parecer. No quería meterle prisa, pero tampoco sabía cuánto tiempo iba a estar ese pequeñajo sociable solo. O sea que con prisa camine hasta donde estaba él.

-Ya os he dicho que estoy… -al alzar la mirada se encontró conmigo y con mi hija, no con las personas que esperaba ver.

-Sorpresa –sonreí esperando que me devolviese el gesto.