[ChenLay] Coaxed out Surreptitiously Parte 1


Título: Coaxed out Surreptitiously
Ranking: +19, solo el primer capitulo porque contiene Lemon, los demas +13.
Genero: AU.
Nota: Cada capitulo esta contado desde el punto de vista de uno de los protagonistas.


POW Lay:



Llevaba mucho tiempo sin salir de fiesta. Mi madre me había obligado a enfrascarme en los estudios de lleno. Comprendía que me mandara a ello aunque me aburriese de sobremanera. Si yo fuese ella también lo haría, ya que yo no soy un niño de papa y mi futuro depende de mis estudios. Se supone.

Me niego a pensar que voy a estar estancado en la nada de por vida, tengo aspiraciones mucho mayores que esas. Por eso cuando choque de espaldas, sin querer, con un chico algo menor que yo. Con la mirada perdida que tanto me caracterizaba lo mire de arriba abajo y le sonreí. La tela de sus ropas era de buenísima calidad y su perfil se veía firme y segura. Me acerque a su oído dispuesto a disculparme y a hacer el papel de chico perfecto. Lo agarre por el hombro y me miro fijamente. Con una pequeña sonrisa me acerque hasta su oído y en un tono alto, por la música, me presente.

-Lo siento, me han empujado y he caído hacia atrás –me lo invente pues había sido culpa mía y no de otra persona-. Soy Yixing, pero puedes llamarme Lay si quieres.

-Jongdae –se presento el haciéndome saber que era coreano, tanto por el nombre como por el acento que tenia-, pero aquí me llaman Chen –reí ligeramente esperando que pudiera escuchar mi cantarina risa.

-Nunca había conocido a un coreano que tuviese un mote chino –le admití. El simplemente sonrió y asintió con la cabeza-. Supongo que todos en la fiesta te habrán pedido ya una naranja o algo así –bromee haciendo que de su boca saliese una carcajada que apenas pude escuchar.

-Si te soy sincero no –note como su mano se posaba en mi hombro para poder hablarme mejor al oído-. Apenas conozco a dos tres personas de la fiesta y acabo de llegar.

-Creo entonces que aun te queda una larga noche con las naranjas entonces –baje la voz aunque aun me dirigiese a su oído.

-¿¡Qué!? –pregunto él con cara de desconcierto pues no me había escuchado. Sonriendo para mí mismo, me acerque más a su oreja para que pudiese seguir escuchando lo que tenía que decirle en aquel “suave tono”. Lo agarre con algo más de fuerza del hombro, dejando que mis dedos tocasen la suave piel de su cuello.

-Digo que vas a pasar una noche muy agotadora con el dichoso chiste –sentí como se estremecía y la piel de su cuello se ponía de gallina. Satisfecho, pase con una caricia mi mano por su brazo hasta cogerlo de la muñeca y tire hacia un lado sin aun separarme de él-. Vamos a tomar algo, que por ahora me has caído bien.

Chen asintió antes de despedirse de los dos amigos con los que había acudido a la fiesta. Tire de él hasta donde se encontraba la barra libre. Aun era temprano y la gente no había comenzado a beber mucho o sea que nos la encontramos prácticamente desierta, para los dos. Le indique que se sentara en la silla de al lado mientras llamaba al camarero y le pedía dos chupitos de tequila.

-No tienes pinta de tolerar muy bien el alcohol –me comento mientras miraba atentamente como el camarero preparaba los pequeños vasos.

-Lo tolero mal, pero no me sube especialmente –encogí mis hombros recordando cuantas veces había vomitado casi habiéndolo olido-. Y ¿tu? –inquirí con un gesto de cabeza.

-Nunca he sido de beber por lo cual me sube más rápido de lo normal –trago saliva antes de que los dos agarrásemos el vaso. Le mire y sonreí-. ¿De un trago? –me sonrió el al preguntar. Yo asentí con ímpetu ante la pregunta, bebiéndomelo todo de un trago. Mi garganta pico y ardió. Una mueca de desagrado asomo por mi cara mientras buscaba el limón. Escuche como Jongdae se reía al ver mi cara y me tendía el cacho de limón. Me lo metí de manera rápida a la boca observando que su vaso ya estaba vacío y él ni se había inmutado.

-¿No te lo has bebido? –me volví a acercar a él para preguntárselo.

-Sí que lo he hecho –aseguro mientras asentía también con la cabeza-. Puede que el alcohol se me suba rápido pero lo trago con suma facilidad –explico ante mi extrañada mueca. Repentinamente volví a notar como mi garganta ardía otra vez y tosí varias veces, volviendo a sentarme de manera adecuada en el asiento.

-Tendrás que enseñarme a beber –reí entre dientes volviendo a pedir otro con la escusa.

Realmente no sé cuantos chupitos nos llegamos a tomar, pero en cuando vi que se tambaleaba y que a mí me comenzaban a dar ganas de vomitar dejamos de pedirlos. Por lo pronto parecía que nos llevábamos bien y todo. Los acercamientos se habían vuelto más frecuentes y yo no era el único que los buscaba. De vez en cuando me agarraba de las muñecas o jugueteaba con mi cabeza a su antojo. Tenía razón. No soportaba nada bien el alcohol.

-¿Qué haces? –me pregunto curioso antes de reírse por como sonaba su voz a la vez que me agarraba de los hombros para no caerse.

-¿Eh? –estábamos en una esquina, alejados de la música donde había poca gente y todo estaba más tranquilo. Le acababa de agarrar de la camiseta con las dos manos y había estirado de ella, escondiéndome entre su cuerpo y la pared. Mi mirada estaba fija en el más allá, sin prestarle mucha atención a algo en concreto. Simplemente me había resbalado pero luego me había podido incorporar tan rápido que parecía que lo hubiese hecho queriendo-. Es que acabo de ver a mi ex… -mentí con una mueca de desagrado-. Esta loca y no hace más que seguirme a los sitios –mis ojos se entrecerraron al mirar a Chen intentando parecer inofensivo-. No… no sé cómo ha sabido que estaba aquí –murmure haciéndome el preocupado mientras intentaba esconderme más arrimándome a él.

-¡Oh! –exclamo sorprendido-. Lo siento, pensaba que eras gay –mi mirada se cruzo con la suya y sonreí nervioso.

-Lo soy –admití lentamente. Jamás lo había dicho en alto en realidad y me sentía extraño-. Corte con ella por eso mismo. Imagínate que cara se le  tuvo que quedar cuando le dije que la dejaba porque me gustaban los chicos –solté su camiseta estirándola con las palmas de las manos sobre su pecho para alisar las pequeñas arrugas que le había hecho.

-Me lo imagino… -empatizo conmigo mientras miraba atrás como si buscara la chica loca que supuestamente quería verme muerto-. No debe de ser nada agradable –note como sus manos dejaban de presionar mis hombros y pasaban por la parte superior de mis brazos hasta colocar una en mi cintura y otra en la pared. Volví a mirar nerviosamente a la fiesta, intentando ignorar el hecho de que había notado su movimiento en mi cuerpo.

-¿Po-podemos irnos de aquí, por favor? –dude al preguntar de manera tierna-. No quiero que una chalada me fastidie la noche y nos lo estábamos pasando muy bien –me acerque mejor a su oreja para hablarle de una manera más tranquila. Chen asintió apartando la mano de la pared y empujándome con cuidado por la espalda con la que hasta hace unos segundos tenía en mi cintura.

-Algunas veces las chicas pueden ser muy malas –me dijo al salir como si aquello fuese algo que no supiese nadie.

En la calle hacia fresco, frio comparando con el calor que hacia dentro del local, pero claramente antes de salir habían ido a recoger sus pertenecías y al taparse el cuerpo con los abrigos no notaron tanto la diferencia en el cuerpo, pero si en la cara y manos.

-Por eso me gustan más los chicos. Son más tranquilos en ese tema –comente mientras sacaba unos guantes del bolsillo. Fui a ponérmelos cuando observe a Chen frotarse las manos para que entraran en calor-. Toma –se los ofrecí de manera desinteresada para que me tomara como una persona humilde y generosa. El miro los guantes con cierto interés antes de volver la mirada hacia mi otra vez.

-Prefiero que te los pongas tu Lay –sonrió de manera abierta-. Tienes unos dedos muy delicados y finos, y se te congelaran más fácilmente –soltó sin que yo me lo esperase. En cierto modo me sentí mal por lo que quería hacer con él, ya que hasta entonces había sido muy caballeroso conmigo-. Además, los dedos fríos siempre hacen sentir más cosas.

No supe qué quiso decir con aquellas palabras exactamente pero mis mejillas se tornaron rojas al instante. Esperaba que pensase que fuese por el frío que hacía en la calle, si es que se daba cuenta de eso. Tosiendo un poco incomodo, pues se me había hecho un nudo en la garganta, me puse los guantes.

-¿Quieres ir a algún lugar en especial? –me pregunto mirándome fijamente. Me encogí sobre mi mismo al notar su feliz mirada en mí-. Aun es pronto para irse a casa y si mi padre me ve así me matara –soltó una risa antes de golpear su hombro contra una farola. Soltó un pequeño quejido que enseguida acallo pues no le había dolido tanto gracias a los efectos del alcohol. Reí al ver lo torpe que se había vuelto por unos cuantos tragos y me acerque a ayudarle para que caminara de manera recta.

Hubiese sido mejor que no lo hubiese hecho. Nada más que lo agarrase de la cintura comenzó a tropezarse con todo, haciendo movimientos exagerados mientras caminaba. Aunque me llevase prácticamente con él y varias veces temí por ver nuestras caras en el asfalto reí al ver que de alguna manera lo tenía todo controlado. Iba borracho sí, pero dentro de lo que cabía sabia como quería su cuerpo: limpio de moratones y con todos los dientes.

-Yixing ~ -me llamo con voz cantarina. Me gire para que tuviera en cuenta que le estaba escuchando ya que al llamarme por primera vez por mi nombre real había llamado mi atención-. Vamos a un hotel.
Me quede de piedra. Esa parte no estaba del todo en mi plan. Si que se encontraba, pero al menos debía de pasar una semana para llegar hasta ahí. Aun tenían que estar en la primera semana llena de ternura y amor, y luego, puede y solo puede, que tuvieran relaciones sexuales.

Mi garganta se seco de tal manera que ni yo pude escuchar mi respuesta. Pero Jongdae sonrió me agarro de la mano, entrelazando sus dedos con los míos de una manera bien torpe. Siguió hablando de cosas de poco sentido mientras tiraba de mí a través de las calles, llegando hasta un gran hotel un poco apartado del centro.

Nos acercamos a recepción mientras mi vista quedaba maravillada con la gran cantidad de lujos que había en el lugar. La gran lámpara araña que había nada más llegar debía de tener al menos unos doscientos cristales, y todos los muebles parecían ser viejos, costosos y cómodos. Las paredes de mármol blanco pulido hacían relucir toda la estancia y el personal iba perfectamente ataviado. Todo estaba en su sitio… menos yo.

No era difícil que me sintiera fuera de lugar allí. Y me pareció ver que todo el mundo se daba cuenta de ello. Se quedaban mirándome, o puede que nos mirasen a los dos, o solo a Chen, pero de alguna manera u otra habíamos llamado su atención.

Jongdae volvió a darse la vuelta y me miro con la cara colorada por culpa de alcohol. Sonrió y no pude evitar devolverle la sonrisa. Con un leve gesto me indico que le siguiera y así hice. Subimos por un gran ascensor hasta la quinta planta. Intento dejarme pasar en primer lugar, pero alegue que no sabía a dónde íbamos y que era mejor que yo le siguiese.

-Creo yo que tú estas mejor que yo –comento soltando una pequeña risa-. Encontrarías antes el lugar que yo –hablo mientras su cuerpo comenzaba a curvarse hacia un lado, quedando en diagonal casi golpeándose contra la pared. Casi corrí hasta él para volver a ponerlo derecho.

Acabe cogiendo la tarjeta que se había metido en el bolsillo y busque por mi cuenta la habitación. Si me detenía a pensar, el pobre no estaba en condiciones de hacer nada y de seguro que se quedaría dormido nada más echarse contra la cama. Abrí la puerta de la habitación con cierta dificultad, porque tenía que mantenerlo sujeto. Esta estaba decorada con el mismo motivo que la entrada, solo que en medio había una gran cama.

Escuche como se cerraba la puerta detrás de mí y como las manos de Chen exploraban la parte anterior superior de mi cuerpo por encima de la ropa aun. Me extraño que lo pudiera hacer con tal precisión, pero al notar los besos que fue dejando sobre mi cuello cualquier pensamiento se borro de mi mente. Tanto su lengua como sus dientes se deslizaron a lo largo de este haciéndome estremecer por completo cuando sus manos se metieron por debajo de mi jersey y camiseta. Con la mente aun en blanco me di la vuelta y agresivamente pegue sus labios contra los míos.

Lo agarre de los mofletes procurando que nuestros labios se acompasaran algún día. Costo, pero al final lo conseguimos. Me sentía raro, normalmente yo no hacia ese tipo de cosas. Si bien algunas personas me miraban mal al pasar llamándome puto o prostituto, lo hacían sin saber. Lo que más se aproximaba a mi manera de ser era caza fortunas. Pero la gente solo era capaz de diferenciar las cosas entre blanco y negro, y si no hacías lo que la mayoría hacia eras malo.

Nos separamos para poder coger aire. Aprovecho para empujarme contra la cama y quitarse el jersey que llevaba junto con la camiseta. Intente fijarme en el, en su cuerpo, pero en seguida se  tiro encima mío acortando tanto la distancia que dejo de haberla. Sin perder el tiempo tiro de mi ropa hacia arriba, levante el cuerpo para ayudarle de alguna manera a quitármelo.

Cuando volví a abrir los ojos estábamos los dos totalmente desnudos, el encima de mí. Sin hacer mucha fuerza se posiciono encima de mi pecho, sentándose. Agarro su propio miembro y golpeo varias veces mi boca con él, alargue la lengua intentando crear contacto.

-Cómeme la polla –me ordeno mientras intentaba atinar a lamérsela siquiera, pero la movía tan rápido que me era difícil. Una pequeña risa cruzo la habitación, seguido de un ahogado gemido que pronuncio cuando con su ayuda me metió la parte superior en la boca y chupe. Observe como se mordía el labio y me agarraba del pelo y tiraba para profundizar la introducción, pero era imposible en esa posición. Yo no era un contorsionista.

Pareció darse cuenta del error porque se aparto de encima mío y se inclino hacia delante envistiendo, metiéndome toda su extensión dentro. Me atragante pero no me dio tregua pues volvió a envestirme otra vez, aunque con algo más de cuidado. No estaba acostumbrado a ese tipo de mamada y no sabía qué era lo que tenía que hacer muy bien, o sea que me dispuse a mover la lengua, lo mejor que pude.

Le di un par de toques en el costado, pidiéndole que cambiásemos de posición para poder hacer el trabajo más a gusto pero no me hizo caso y antes de que me diera cuenta se había corrido en mi boca. Se aparto de mí y se dejo caer a mi lado mientras yo tragaba su semen y tosía. Cuando ya e hube tranquilizado sonreí y me dirigí hacia él para besarle.

Se había dormido.


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