Después de la conversación que
habían tenido en casa de los chinos las cosas volvieron un tanto a la
tranquilidad. Luhan convenció a Baekhyun de
que no se volviese a meter con Zitao, no al menos con ese tema, y además
el menor le prometió que hablaría con Chanyeol y Jongdae para que no lo
hicieran también. El mayor se sorprendió de que el chico se mostrase tan
comprensivo ante el tema. Por su parte Sehun también quiso hablar con ellos
pero en cuanto se entero de que ya no era necesario no hizo nada, solo siguió
al lado de Zitao como si nada lo pudiese mover del lugar.
–La cosa es sencilla –al afectado
se le veía muy nervioso. En ese momento Jongin, Sehun y Tao estaban en un bus
urbano, de camino hacia la casa del “futuro novio de Tao”, que era como le
llamaba Sehun aunque el chino le hubiese dicho una y otra vez su nombre. El
mayor de los tres estaba que no paraba quieto, la idea de Sehun era muy alocada
y fácil de que saliese mal, pero no tenía nada mejor o sea que se conformaba
con eso y daba gracias–. Tu futuro novio vive en un buen barrio, en una casita
muy bonita seguro. Tendrás mucho sitio para pintar.
–No deberías de hacerle caso, es
muy mala idea –suspiro Jongin que aun no se creía lo que iban a hacer. En
realidad él iba por si pasaba algo muy malo porque a Sehun se le ocurriría una
idea aun más estúpida y Zitao solo sabría quedarse paralizado. Además, tampoco
tenía nada mejor que hacer e ir a pintarle la casa a un desconocido era el
mejor plan que tenia.
–Tú calla que no has dado ninguna
idea producente.
–No la he dado porque no conozco
al chico y no puedo ponerme en situación. ¿Acaso te crees que tu plan es
infalible? ¿No has pensado en las consecuencias? –le encaro el moreno.
–¿Qué consecuencias? –Sehun
utilizo un tono de burla mientras ponía el labio inferior del revés y torcía
los ojos cada uno para un lado–. La consecuencia será que hoy Huang Zitao
saldrá con novio gracias a mí y tu solo habrás puesto pegas.
–Me están entrando unas ganas de
callarte la boca –le amenazó el menor dejando entrever su manera para hacerlo.
–Atrévete –le retó con una
sonrisa en la boca ya que sabía que no se iba a atrever.
Los dos se miraron durante un par
de segundos, desafiándose entre sí. Jongin suspiro, dando a entender que se
rendía. El menor sonrió feliz por su triunfo. Sonrisa que le duro incluso
cuando Kai lo agarro de los lados de la cara y estampo sus labios contra los
ajenos. No es como si fuese un beso apasionado o con movimiento, sus labios
solamente se entrelazaron (de esta manera fue más que un simple roce) compartiendo
algo de la calidez de cada uno.
Cuando Jongin se separo de él
escucho como de la boca de Sehun salían palabras y silabas sin ningún sentido
ni orden. Puede que besarlo no fuese la mejor manera de callarlo pero al menos
ahora no se estaba metiendo con él. Por otra parte Zitao solo atino a mirar
hacia otro lado para darles la intimidad que no necesitaban.
El resto del trayecto lo hicieron
en “silencio” porque era imposible hablar aun cuando Sehun no paraba de hacer
ruidos extraños. Zitao con la mirada afilada le echaba la culpa a Kai, pero
este miraba por la ventana ignorándolo.
Al llegar a la parada de bus que
les correspondía se bajaron. Miraron el papel donde habían apuntado la
dirección del misterioso chico y se dedicaron a buscar la casa. Bueno, que casi
mansión. Los tres sabían que el barrio era bueno y que en él solo vivía la alta
sociedad de Seúl, en parte Sehun tenía miedo de cruzarse con Kris porque
Baekhyun le había dicho que este tenía mucho dinero.
–Esto es muy sencillo –eran las
primeras palabras con sentido que pronunciaba el menor desde el beso. Sehun
saco un bote de espray de color de la mochila en cuanto encontraron la casa a
la que se dirigían. Jongin se alejo un poco para desentenderse del asunto–.
Escribe “Kyungsoo me gustas” y tú número de teléfono. Bien grande, para que lo
vea sin falta –señalo la gran pared que rodeaba la casa y que era el prefecto
lienzo.
¿Nadie les había explicado que
eso se podía hacer de una manera más discreta? Como por ejemplo dejarlo en el
casillero del hospital o algo. Porque si, Kyungsoo y Zitao estaban de prácticas
en el mismo hospital. Zitao como enfermero y Kyungsoo como médico. Y en el
hospital claramente tenían una sección en la que podían dejar sus pertenencias
y ponerse el pijama que conformaba el uniforme. No era tan difícil pensar que
se podía dejar ahí mismo una nota, era más fácil hacerse con la dirección del
chico, ir hasta su barrio y con un espray firmar las paredes su casa.
Zitao cogió el espray y pareció
dudar sobre si hacerlo o no. Al ver la situación Sehun intento quitarle el bote
y forcejearon un poco por él. Al final el chino se decidió y con un pequeño
gemido lleno de angustia empezó a escribir. Iba escribiendo “Kyungsoo me gusta”
cuando el chico al que se refería la frase apareció repentinamente por la
puerta que tenia aquel inmenso muro. Los miro con sus ojos grandes, casi a
punto de salirse de sus orbitas. Parecía estar muy alterado.
–¿Qué se supone que estáis
haciendo? –exigió una explicación antes de mirar lo que habían dibujado en su
pared. Al verlo quedo horrorizado–. ¡Borrad eso! ¡Mis padres me van a matar
como lo vean! –se aproximo a ellos y le quito el espray a Zitao con fuerza.
Jongin se adelanto al ver que
ninguno de sus amigos sabia que responder ante las acusaciones del chico.
–Lo siento, de verdad que he
intentado pararles pero ninguno de estos dos cabezas de chorlito me han hecho
caso –hizo énfasis en eso de “cabezas de chorlito” ya que les había advertido
más de una vez que esa no era una buena idea.
–¿¡Qué lo sientes!? –exclamó el
ricachón–. ¡Solo borrad lo que habéis puesto y os ahorrareis una denuncia!
–Wow Tao… –murmuro Sehun para su
amigo–. Te gustan peleones ¿eh?
El chico se había quedado en
blanco, no sabía que decir, ni cómo reaccionar ni nada de nada. Solo se había
quedado mirando hacia Kyungsoo totalmente paralizado. Su amigo tuvo que darle
un pequeño golpe en el hombro para que reaccionara. No era su intención que le
pillasen con las manos en la masa. Además, Kyungsoo le miraba directamente a él
ya que era el único al que conocía en persona.
–Es que veras…
–¿¡Qué te gusto!? –y es que el
propietario acababa de leer lo que ponía en la pintada que habían hecho en su
muralla. Zitao se puso rojo, casi llegando a una tonalidad carmesí.
Luhan estaba tratando a su
compañero de piso como a un niño al que habían castigado con estarse en la mesa
hasta que se comiese todo lo que tenía en el plato. El menor miraba hacia abajo
avergonzado mientras el otro le echaba una gran bronca.
–No puedo creer que acudieses a
Sehun para pedirle consejo amoroso –bramó–. ¡Tú mismo has visto en primera
persona como salen sus planes!
–Luhan, tranquilízate –le pidió
Baekhyun que ahora se pasaba todo el día con él. Hizo sentar al mayor en una de
las sillas que rodeaban la mesa y masajeo levemente sus hombros, intentando que
así se tranquilizara–. Tú pasas mucho tiempo conmigo últimamente, es normal que
no encontrase un momento para pedirte a ti consejo. Aunque Tao –se dirigió al
otro–, a los únicos a los que podrías pedirles consejo amoroso aquí es a Kai y
a mí, los demás no te podrán dar un consejo medianamente bueno. Pero eso es algo
que ya has podido comprobar.
–¿Qué hay de mi? –gruñó Luhan aun
molesto por la traición que había sufrido de su mejor amigo. Baekhyun apretó un
poco más sus hombros haciendo que exclamase de dolor.
–Tú eres un pasivo –le
respondió–. Siempre dejas que los demás den el primer paso, tú nunca lo das o
sea que cualquier consejo que puedas dar tú solo viene de la teoría y no de la
practica. No sabes cómo se siente una persona que va a declarar sus
sentimientos porque siempre se te declaran a ti. No sabes lo mal que lo ha
tenido que pasar Tao para hacer lo que ha hecho. En realidad no tienes derecho
a opinar.
Esa era de las pocas veces en las
que Zitao estaría de acuerdo con Baekhyun, estaba seguro de ello. En parte era
cierto lo que él había dicho, no le servía de nada la teoría de una persona que
jamás había corrido el riesgo y que siempre había esperado a que los demás
hiciesen todo el trabajo. Además, no era ni capaz de solucionar el tema
“Baekhyun”. Claramente Luhan no era la persona indicada a la que preguntarle
nada.
Y parecía que el mayor también
estaba de acuerdo con lo que había dicho el único coreano que habitaba el
lugar, pues a regañadientes se calmo y dejo de mirar de una manera tan severa a
su amigo.
–Aun así, no vuelvas a pedirle a
Sehun consejo amoroso porque él no es precisamente muy astuto en ese tema
–ahora su voz era mucho más amena–. Se le cae la baba con cualquier cosa que
hace o dice Jongin y ni se entera de eso. Jongin sería capaz de ver eso y darse
cuenta de que le gusta Sehun si dejase tan solo un momento de lado la obsesión
insana que tiene conmigo –para él Jongin solo buscaba alguien con quien
compartir la vida de una manera agradable y aunque Sehun fuese el tipo de
persona que le iba a complicar mucho las cosas estaba más que claro que le
gustaba.
–Entonces ¿qué consejo me dais
vosotros? –Baekhyun y Luhan se miraron un instante antes de volver a mirarlo y
prepararse para responderle.
–Ahora que ya has dado tu primer
paso tienes que esperar a ver qué es lo que él te va a responder –le oriento su
amigo de toda la vida–. Ten en cuenta que el paso que has dado ha sido muy
grande y muy… espectacular. Va a necesitar un tiempo para asumirlo y…
–No hagas caso de este
soplagaitas –le ordeno Baekhyun–. Precisamente porque has empezado pisando
fuerte tienes que seguir haciéndolo ahora. Has cambiado la imagen que tiene el
chico de ti, no puedes confundirlo más o se pensara que hay algo raro en ti y
acabara por alejarse. Acorrálalo en el baño y…
–¿En serio te crees que
acorralarlo en el baño y hacerle de todo es algo que va a funcionar? –le
interrumpió el mayor levantándose de la silla y encarándolo.
–Contigo funciono ¿no? –respondió
con una traviesa sonrisa. Luhan se puso rojo al recordar ese acontecimiento, al
igual que le pasó a Zitao solo que en su caso fue por enterarse de algo tan
íntimo–. No escuche yo que te quejaras mucho –pronunció más esa sonrisa suya.
–En serio –hablo de manera
entrecortada–, yo te… yo te… –agarró al menor de cada lado de la cabeza y
estampo un furtivo beso en sus labios. Beso que poco a poco fue cogiendo más y
más pasión mientras su cordura se iba haciendo pequeña y siendo dejada de lado.
Zitao no sabía dónde meterse.
Sabía ya como solían terminar aquellas mini discusiones que tenia la pareja.
Porque sí: el chico ya los veía como una pareja normal y corriente, bueno
quizás un poco pegajosa. Iban a todos lados juntos, apenas se separaba,
Baekhyun se quedaba a dormir todos los fines de semana (y no porque él se lo
impusiese a Luhan. Zitao juraría que en el baño del mayora ahora habían dos
cepillos de dientes y cosméticos que su amigo no utilizaba) y se apalancaban en
el sofá de la sala con una manta por encima para ver películas que Zitao no
quería ver.
–Eh.. esto… –se levantó de su
asiento al ver que no paraban y que incluso habían pasado a meterse mano–. Yo
me voy… –tampoco tenía otro mejor sitio al que ir–. ¡Como os lo montéis aquí
más os vale limpiar la cocina con legía!
Hizo bien en salir de aquella
casa de locos. Ahora ya era difícil encontrar la tranquilidad que antes reinaba
en ella y eso le era extremadamente extraño. Le gustaba que hubiese vida en el
lugar, no iba a mentir, pero a veces le hacía sentirse extraño. Aunque Luhan
pasase tiempo con Baekhyun no le había dejado de lado y solía mimarlo con
bastante frecuencia. Solía cocinar para él cosas que le gustaban y de vez en
cuando le traía un regalito. Esos gestos provocaban que Baekhyun se pusiese
celoso pero se las apañaba para calmarlo a su manera. Tenía que ser realmente
agotador para el mayor pero había logrado sobrevivir durante una larga
temporada y al haberse acostumbrado ahora ya actuaba de manera automática.
Escuchó como sonaba su teléfono
cuando llego al parque que había cerca de su casa. Normalmente solía estar repleto de niños pero parecía ser aun muy
temprano ya que solo había un puñado. Cuando cogió el teléfono vio que era un
número desconocido. No era una llamada de China, el número habría sido bastante
más largo en ese caso. Intrigado decidió cogerlo.
–¿Sí? ¿Quién es? –preguntó
esperando que al otro lado de la línea contestasen.
–¿Zitao? –la voz le parecía conocida pero no sabía exactamente donde
la había escuchado. No se alarmo ya que el teléfono solía cambiar el tono de la
gente–. Soy yo, Do Kyungsoo.
El chino estuvo tentado en colgar
el teléfono pero el tono amable del chico le convenció para no hacerlo.
–Me preguntaba si podías quedar ahora un rato –cuestiono. Tao se
puso nervioso, estaba claro de que quería hablar Kyungsoo.
–Estoy libre en estos momentos
–su voz denotaba nerviosismo por todos los lados posibles–. ¿Dónde quieres que
nos veamos? –aun con todo Huang Zitao no era un cobarde y quería llegar al
fondo del asunto.
–¿Sabes cómo hay una cafetería del estilo oeste antiguo según sales del
hospital y sigues el camino hacia la facultad? Esta como a unos doscientos
metros de esta.
–Creo que ya se de que cafetería
hablas –mintió porque en realidad no sabía de qué maldito sitio le hablaba.
–Bien, nos vemos en una hora. ¿Te parece? –como respuesta Zitao hizo
una pequeña exclamación a modo de asentimiento–. Nos vemos entonces.
El alto llego un poco tarde a la
cita con Kyungsoo. Aun no sabía si era cita amorosa o una cita para verse y no
podía engañarse en que le haría ilusión pensar que era del primer tipo. Cuando
entro en el bar busco a Kyungsoo con la mirada. Lo encontró fácilmente pues a
esa hora no había mucha gente ya que la hora de desayunar ya había pasado. Este
lo recibió con una pequeña sonrisa.
–Lo siento, al parecer no sabía
donde esta exactamente y me he perdido –se disculpo el chino.
–No te preocupes, yo acabo de
llegar también –acepto sus disculpas de una manera muy disciplinada. Uno de los
camareros del lugar les cogió el pedido y no taro en llevárselo a la mesa.
Hasta ese momento estuvieron hablando de cosas triviales, fue después del
primer sorbo que Kyungsoo se puso serio–. Supongo que sabrás porque quería
hablar contigo ¿no?
–Si –siseó antes de tragar
saliva–. Antes de nada gracias por no denunciarnos, la verdad es que no sé
porque hago caso a Sehun si está claro que yo no sé hacer esas cosas.
–La verdad es que me había
parecido extraño por tu parte. Siempre pareces tan tímido y cauteloso que me
dio mucha impresión –la sonrisa que esbozo provoco una pequeña sonrisa y un
leve sonrojo en Zitao–. Me sentí muy halagado por lo que hiciste el otro día
pero a mí me gustan las chicas, no los chicos. Lo siento.
Kyungsoo se veía realmente
apenado por no poder corresponder sus sentimientos. Zitao suspiro con fuerza,
en el fondo sabía que no iba a ser correspondido pues la suerte con la que
contaba últimamente era muy limitada.
–Lo comprendo. Creo que en
realidad ya sabía que me ibas a rechazar y no es como si estuviese colado por
ti –intentó convencerle para que no le tuviera lastima.
–Quiero que sepas que no te he
traído aquí para decirte solamente eso, si hubiese sido así habría esperado un
poco más para no hacerte perder el tiempo –hizo una pequeña pausa para
verificar que había captado otra vez la atención del chico alto–. Tengo un
primo, que en nada va a venir del extranjero. El es… como tú… homosexual…
–parecía que tenía reparo en decir la palabra por si se sentía ofendido.
–Creo… –por un momento se
desconcentro–. Creo que he entendido la idea. Gracias por tu interés pero
tampoco estoy seguro de ser homosexual y que solo me gusten los hombres. Tú me
llamaste la atención porque eres una persona atenta y afable. Además, que casi
todos mis amigos sean gays creo que me hace pensar que yo también lo soy y…
–Comprendo –asintió el bajo
mostrándole que no era necesario que dijese nada más–. No quiero insistir en
cuanto mi primo pero es que el sería perfecto para ti. Es muy atento. Pero
comprendo tu situación, tiene que ser muy agobiante –el chico asintió con la
cabeza mostrándole que sí que lo era–. Me gustaría ayudarte pero no conozco a
muchas chicas la verdad, soy una persona más bien tímida. Pero si no tienes mi
teléfono y me gustaría que me llamases cuando quisieras. Que no podamos ser
pareja no significa que no podamos ser amigos ¿no? Seguro que acabaremos
trabajando juntos además.
A Tao le gustaba mucho la
sensación hogareña que desprendía Do Kyungsoo. Además de ser amable le parecía
que era fácil ser cercano a él. Incluso siendo conocidos que trabajaban juntos
de vez en cuando en las practicas que se preocupase de esa manera por él le
provocaba confianza.
–Tienes razón. Seamos amigos.
Los únicos a los que le faltaba
para visitar y que le diesen consejo eran Chanyeol y Jongdae. No eran
precisamente la opción que más le gustaba pero tampoco creía que se perdiese
nada por intentarlo. Ya había hecho lo peor al hacerle caso a Sehun, aunque
Jongin le había dicho miles de veces que no lo hiciese, y había acabado siendo
un gran desastre. Si acudía a Luhan o a Baekhyun cada uno le iba a dar un
consejo diferente y completamente contradictorio y acabarían en la cama como la
última vez. Por lo tanto le quedaban Chanyeol y Jongdae. Podía sentir que se
estaba metiendo en la boca del lobo.
–Lo creas o no nosotros te
comprendemos –le indicó Chen. Estaba utilizando un tono de voz normal, lo cual
era extraño para él–. Cuando a nosotros Baekhyun nos dijo que era gay nos hizo
plantearnos muchas cosas porque nos habíamos criado exactamente igual.
–Que tengas dudas no es malo
porque significa que te interesa algo y quieres saber que es. No te comas tanto
la cabeza –siguió Chanyeol.
Zitao los miro perplejos a los
dos. Aquella conversación estaba siendo mucho más amena de lo que había
esperado. Quizás el ir a verlos no había sido tan malo al fin y al cabo.
–Diciéndome eso me siento como un
idiota al haber acudido a todo el mundo antes que a vosotros –suspiró con
pesar–. Vosotros… ¿algunas vez os habéis sentido atraídos por un hombre?
–Umsh… no de una manera pasional
al menos –Chanyeol dudo en hablar–. Idolatro a muchos hombres pero eso no
significa que me sienta atraído por ellos de una manera carnal, me siento
atraído porque son geniales.
Aquello desconcertó más al menor,
y eso que la idea era sencilla.
–Lo que Chanyeol quiere decirte
–Jongdae se dio cuenta de que se había perdido– es que si por Kyungsoo te
sentiste atraído por su personalidad y la aura que desprendía no tienes porque
ser gay. Está claro que a ti te gustan las cosas tranquilas y monas, lo cual no
significa que te tenga que atraer sexualmente un hombre –Zitao comenzaba a
comprender. Chen miro a su mejor amigo–. ¿Te importa que ponga a Yura de
ejemplo?
–Mientras no seas grosero y sepas
lo que dices… –no se sentía con derecho de negarle esa opción aunque no se
sentía del todo conforme con la idea.
–Yura es el tipo opuesto a lo que
me atrae en una chica, quitando el físico –concreto–. Ella es una persona
delicada, independiente y muy inteligente. Yo solo buscaba una chica que fuese
divertida, un poco idiota para que pudiera quererme y que le gustase más
venirse conmigo a subir un monte antes que pasarme la noche del viernes viendo
películas ñoñas. Aun teniendo ese tipo de ideal concreto no me llevo mucho
enamorarme de ella y saber que quería pasar con ella todo el tiempo que
pudiese. En tu caso tú tienes muy claro qué tipo de personas te gustan y eso
hace que te confundas. Te da igual si es chico o chica mientras cumpla tus
expectativas.
–Ser bisexual no es nada malo –se
apresuro a decir Chanyeol–. A veces es un poco peligroso pero lo único que haces
es abrirte puertas.
–Tampoco sé si soy bisexual. ¿Qué
pasa si creo que lo soy e intento que funcionen las cosas con una chica y luego
resulta que soy homosexual?
Los dos mayores se quedaron
pensativos un momento.
–Siempre he estado rodeado de
hombres –siguió el menor–. De pequeño fui a un colegio solo para chicos, en los
entrenamientos solo éramos chicos. Como nos ha pasado a todos, no quería saber
nada de las chicas y cuando menos me lo esperaba ya era un adolescente tímido
que no conocía a ninguna chica y que tenía dificultades para hablar con ellas.
–Te presentaremos chicas entonces
–concluyo Jongdae–. Serán de tú tipo no te preocupes.
–Una de las compañeras de casa de
Jinri seria perfecta para ti. Es guapa, atenta, agradable, cariñosa y además es
china –exclamo emocionado Chanyeol–. Hablare con ella para que podamos
concertar una cita entre los dos. Tú déjanoslo a nosotros.
–Y no te preocupes que no te
vamos a gastar una broma pesada –normalmente las sonrisas de Chanyeol y Jongdae
solían ser burlonas, pero en ese momento eran amables y agradables. A Zitao le
gustaba esa faceta de ellos–. Lo hemos hablado entre nosotros y queríamos
pedirte perdón en persona por el mal rato que te hicimos pasar el otro día. No
era nuestra intención.
Como si se hubiesen sincronizado
ambos chicos agacharon la cabeza mostrando su respeto y arrepentimiento.
–No pasa nada –susurro agradecido
por el detalle–. Baekhyun me dijo que estáis acostumbrados a juntaros con gente
tan alegre como vosotros y que os sentís un poco descolocados con personas
serias como Jongin y yo, incluso un poco con Luhan –aunque el mayor no lo había
incluido porque estaba delante el chico estaba seguro que a él también lo
incluían dentro–. Pero cuando os ponéis serios también sois muy agradables la
verdad.
Para celebrar su aniversario de
nadie sabía exactamente qué (la pareja contaba una gran historia llena de
entresijos para que simplemente los demás no supiesen que estaban celebrando un
mes desde que se pelearon de mala manera en el local) Baekhyun le había
regalado a Luhan un perro. El mayor se vio horrorizado ante ello pues
habían quedado en que se regalarían
cosas discretas y de poco valor. Pero el menor sonreía con el pequeño perro de
raza silky terrier en los brazos y
era prácticamente imposible decirle que no.
–La perra de mi abuela dio a luz
el otro día y regala cachorros. ¿Verdad que es bonito? –le miro con ojos de
niño bueno–. Nosotros nos hemos quedado con otro cachorro y Jongdae y Chanyeol
también. Sehun les tiene alergia pero Jongin ha dicho que quiere uno también,
¡porque son TAN monos!
Luhan suspiro profundamente antes
de dejarle entrar en casa. Estaba claro que acabaría quedándose con el perro,
Baekhyun lo sabía a la perfección.
–Tao tendrá que dar el visto
bueno primero –advirtió–. ¿Quieres algo? ¿El cachorro ha comido ya?
–No gracias, y él ya ha comido.
He estado jugando con él para que se cansase y tú y yo pudiésemos jugar también
–insinuó–. Pero primero quiero ver tú regalo –exclamo mientras extendía la mano
para que se lo diese cuanto antes ya sentado en el sofá.
–Después de ver tu regalo no
quiero darte el tuyo, te decepcionara –rodó los ojos sin poder evitarlo. ¿Cómo
iba a saber el que el regalo de Baekhyun iba a ser tan impresionante?
–No digas bobadas –extendió con
más fuerza el brazo.
–Ahora vengo –Luhan salió
prácticamente corriendo a su habitación y volvió rápidamente con dos paquetes
en la mano: uno grande y otro más pequeño–. Ábrelos –le dejo el pequeño en la
mano y el grande en el regazo.
Con ilusión Baekhyun se dispuso a
abrir primero el paquete que tenía en la mano encontrándose con dos fundas de
móvil iguales, solo variaba el tamaño ya que eran para móviles diferentes.
–Esto es… –abrió con aun más
energía el otro paquete encontrándose ahí dos camisetas a juego. En una ponía “masaje
penetrante” y en la otra “el coche de mi ex”. Baekhyun no pudo evitar reír ante
lo que ponía en su camiseta.
–Sabia las ganas que tenias de
que tuviésemos cosas a juego –comentó Luhan mientras le sonreía–. Al principio
pensé en comprarte un pijama para que lo tuvieras aquí, pero luego recordé que
te gusta dormir desnudo –rió suavemente–. ¿Te gusta?
–¿Qué si me
gusta? –aun con el regalo encima el menor consiguió agarrar al mayor de los dos
y acercarlo peligrosamente a él–. Hoy tu y yo mancillaremos este sofá, tal y
como lo hicimos con el coche de mi ex –beso con ansia a su ahora pareja. No es
que hubiesen hablado de ser novios o algo parecido pero quedaba claro que no
eran solamente amigos o follamigos.
Luhan encerró
entre su cuerpo y el sofá al menor. No tardo mucho en acostarlo sobre el mueble
mientras él seguía sobre el moreno. Sin previo aviso comenzó a introducir su
mano dentro de la camiseta. Acaricio su pezón izquierdo provocando un sonoro
gemido del menor que al parecer venia ya excitado pensando en lo que iban a
hacer cuando se viesen.
El momento era
perfecto pero el cachorro decidió ponerse a ladrar al escuchar aquel alto
gemido ya que lo había despertado de sus ensoñaciones. Ambos chicos miraron al
perro preocupados por si le pasaba algo. Fácilmente pudieron ver que no era
así.
–Creo que le
llamare Baek, ya que es tan ruidoso como tú –se burlo Luhan aun sin parar de
escuchar al perro.
–¡Ni se te
ocurra hacer eso! –exclamo el menor–. ¡Acabaras hartándote de decir mi nombre
por el perro y luego no lo gemirás! –aquella razón hizo que el chino comenzase
a reírse a carcajadas.
Aquellas
carcajadas escondieron el sonido de las llaves que abrían la puerta por donde
estaba entrando Zitao.
–¿Tenemos un
perro en casa? –preguntó claramente emocionado mientras corría a la sala donde
se encontraban ellos. Luhan saco su mano de debajo de la camiseta de Baekhyun
para que no les echase la bronca pero su compañero de piso estaba muy ocupado
agarrando al perro y jugando con él–. ¿Cómo se llama? –cuestionó ansioso.
–Baek.
–Luhan del
culo gordo –exclamo el coreano para nombrar al perro.
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