[EXORGIA] #WEIRD Capitulo 11



Después de la conversación que habían tenido en casa de los chinos las cosas volvieron un tanto a la tranquilidad. Luhan convenció a Baekhyun de  que no se volviese a meter con Zitao, no al menos con ese tema, y además el menor le prometió que hablaría con Chanyeol y Jongdae para que no lo hicieran también. El mayor se sorprendió de que el chico se mostrase tan comprensivo ante el tema. Por su parte Sehun también quiso hablar con ellos pero en cuanto se entero de que ya no era necesario no hizo nada, solo siguió al lado de Zitao como si nada lo pudiese mover del lugar.
El problema empezó cuando el chino le pidió ayuda al menor en temas amorosos. Al mayor de los dos le parecía bien pedirle consejo a él precisamente, cosa que sorprendió al chico pues aparte de Kai nunca nadie le había pedido consejo amoroso.

–La cosa es sencilla –al afectado se le veía muy nervioso. En ese momento Jongin, Sehun y Tao estaban en un bus urbano, de camino hacia la casa del “futuro novio de Tao”, que era como le llamaba Sehun aunque el chino le hubiese dicho una y otra vez su nombre. El mayor de los tres estaba que no paraba quieto, la idea de Sehun era muy alocada y fácil de que saliese mal, pero no tenía nada mejor o sea que se conformaba con eso y daba gracias–. Tu futuro novio vive en un buen barrio, en una casita muy bonita seguro. Tendrás mucho sitio para pintar.

–No deberías de hacerle caso, es muy mala idea –suspiro Jongin que aun no se creía lo que iban a hacer. En realidad él iba por si pasaba algo muy malo porque a Sehun se le ocurriría una idea aun más estúpida y Zitao solo sabría quedarse paralizado. Además, tampoco tenía nada mejor que hacer e ir a pintarle la casa a un desconocido era el mejor plan que tenia.

–Tú calla que no has dado ninguna idea producente.

–No la he dado porque no conozco al chico y no puedo ponerme en situación. ¿Acaso te crees que tu plan es infalible? ¿No has pensado en las consecuencias? –le encaro el moreno.

–¿Qué consecuencias? –Sehun utilizo un tono de burla mientras ponía el labio inferior del revés y torcía los ojos cada uno para un lado–. La consecuencia será que hoy Huang Zitao saldrá con novio gracias a mí y tu solo habrás puesto pegas.

–Me están entrando unas ganas de callarte la boca –le amenazó el menor dejando entrever su manera para hacerlo.

–Atrévete –le retó con una sonrisa en la boca ya que sabía que no se iba a atrever.

Los dos se miraron durante un par de segundos, desafiándose entre sí. Jongin suspiro, dando a entender que se rendía. El menor sonrió feliz por su triunfo. Sonrisa que le duro incluso cuando Kai lo agarro de los lados de la cara y estampo sus labios contra los ajenos. No es como si fuese un beso apasionado o con movimiento, sus labios solamente se entrelazaron (de esta manera fue más que un simple roce) compartiendo algo de la calidez de cada uno.

Cuando Jongin se separo de él escucho como de la boca de Sehun salían palabras y silabas sin ningún sentido ni orden. Puede que besarlo no fuese la mejor manera de callarlo pero al menos ahora no se estaba metiendo con él. Por otra parte Zitao solo atino a mirar hacia otro lado para darles la intimidad que no necesitaban.

El resto del trayecto lo hicieron en “silencio” porque era imposible hablar aun cuando Sehun no paraba de hacer ruidos extraños. Zitao con la mirada afilada le echaba la culpa a Kai, pero este miraba por la ventana ignorándolo.

Al llegar a la parada de bus que les correspondía se bajaron. Miraron el papel donde habían apuntado la dirección del misterioso chico y se dedicaron a buscar la casa. Bueno, que casi mansión. Los tres sabían que el barrio era bueno y que en él solo vivía la alta sociedad de Seúl, en parte Sehun tenía miedo de cruzarse con Kris porque Baekhyun le había dicho que este tenía mucho dinero.

–Esto es muy sencillo –eran las primeras palabras con sentido que pronunciaba el menor desde el beso. Sehun saco un bote de espray de color de la mochila en cuanto encontraron la casa a la que se dirigían. Jongin se alejo un poco para desentenderse del asunto–. Escribe “Kyungsoo me gustas” y tú número de teléfono. Bien grande, para que lo vea sin falta –señalo la gran pared que rodeaba la casa y que era el prefecto lienzo.

¿Nadie les había explicado que eso se podía hacer de una manera más discreta? Como por ejemplo dejarlo en el casillero del hospital o algo. Porque si, Kyungsoo y Zitao estaban de prácticas en el mismo hospital. Zitao como enfermero y Kyungsoo como médico. Y en el hospital claramente tenían una sección en la que podían dejar sus pertenencias y ponerse el pijama que conformaba el uniforme. No era tan difícil pensar que se podía dejar ahí mismo una nota, era más fácil hacerse con la dirección del chico, ir hasta su barrio y con un espray firmar las paredes su casa.

Zitao cogió el espray y pareció dudar sobre si hacerlo o no. Al ver la situación Sehun intento quitarle el bote y forcejearon un poco por él. Al final el chino se decidió y con un pequeño gemido lleno de angustia empezó a escribir. Iba escribiendo “Kyungsoo me gusta” cuando el chico al que se refería la frase apareció repentinamente por la puerta que tenia aquel inmenso muro. Los miro con sus ojos grandes, casi a punto de salirse de sus orbitas. Parecía estar muy alterado.

–¿Qué se supone que estáis haciendo? –exigió una explicación antes de mirar lo que habían dibujado en su pared. Al verlo quedo horrorizado–. ¡Borrad eso! ¡Mis padres me van a matar como lo vean! –se aproximo a ellos y le quito el espray a Zitao con fuerza.

Jongin se adelanto al ver que ninguno de sus amigos sabia que responder ante las acusaciones del chico.

–Lo siento, de verdad que he intentado pararles pero ninguno de estos dos cabezas de chorlito me han hecho caso –hizo énfasis en eso de “cabezas de chorlito” ya que les había advertido más de una vez que esa no era una buena idea.

–¿¡Qué lo sientes!? –exclamó el ricachón–. ¡Solo borrad lo que habéis puesto y os ahorrareis una denuncia!

–Wow Tao… –murmuro Sehun para su amigo–. Te gustan peleones ¿eh?

El chico se había quedado en blanco, no sabía que decir, ni cómo reaccionar ni nada de nada. Solo se había quedado mirando hacia Kyungsoo totalmente paralizado. Su amigo tuvo que darle un pequeño golpe en el hombro para que reaccionara. No era su intención que le pillasen con las manos en la masa. Además, Kyungsoo le miraba directamente a él ya que era el único al que conocía en persona.

–Es que veras…

–¿¡Qué te gusto!? –y es que el propietario acababa de leer lo que ponía en la pintada que habían hecho en su muralla. Zitao se puso rojo, casi llegando a una tonalidad carmesí.


Luhan estaba tratando a su compañero de piso como a un niño al que habían castigado con estarse en la mesa hasta que se comiese todo lo que tenía en el plato. El menor miraba hacia abajo avergonzado mientras el otro le echaba una gran bronca.

–No puedo creer que acudieses a Sehun para pedirle consejo amoroso –bramó–. ¡Tú mismo has visto en primera persona como salen sus planes!

–Luhan, tranquilízate –le pidió Baekhyun que ahora se pasaba todo el día con él. Hizo sentar al mayor en una de las sillas que rodeaban la mesa y masajeo levemente sus hombros, intentando que así se tranquilizara–. Tú pasas mucho tiempo conmigo últimamente, es normal que no encontrase un momento para pedirte a ti consejo. Aunque Tao –se dirigió al otro–, a los únicos a los que podrías pedirles consejo amoroso aquí es a Kai y a mí, los demás no te podrán dar un consejo medianamente bueno. Pero eso es algo que ya has podido comprobar.

–¿Qué hay de mi? –gruñó Luhan aun molesto por la traición que había sufrido de su mejor amigo. Baekhyun apretó un poco más sus hombros haciendo que exclamase de dolor.

–Tú eres un pasivo –le respondió–. Siempre dejas que los demás den el primer paso, tú nunca lo das o sea que cualquier consejo que puedas dar tú solo viene de la teoría y no de la practica. No sabes cómo se siente una persona que va a declarar sus sentimientos porque siempre se te declaran a ti. No sabes lo mal que lo ha tenido que pasar Tao para hacer lo que ha hecho. En realidad no tienes derecho a opinar.

Esa era de las pocas veces en las que Zitao estaría de acuerdo con Baekhyun, estaba seguro de ello. En parte era cierto lo que él había dicho, no le servía de nada la teoría de una persona que jamás había corrido el riesgo y que siempre había esperado a que los demás hiciesen todo el trabajo. Además, no era ni capaz de solucionar el tema “Baekhyun”. Claramente Luhan no era la persona indicada a la que preguntarle nada.

Y parecía que el mayor también estaba de acuerdo con lo que había dicho el único coreano que habitaba el lugar, pues a regañadientes se calmo y dejo de mirar de una manera tan severa a su amigo.

–Aun así, no vuelvas a pedirle a Sehun consejo amoroso porque él no es precisamente muy astuto en ese tema –ahora su voz era mucho más amena–. Se le cae la baba con cualquier cosa que hace o dice Jongin y ni se entera de eso. Jongin sería capaz de ver eso y darse cuenta de que le gusta Sehun si dejase tan solo un momento de lado la obsesión insana que tiene conmigo –para él Jongin solo buscaba alguien con quien compartir la vida de una manera agradable y aunque Sehun fuese el tipo de persona que le iba a complicar mucho las cosas estaba más que claro que le gustaba.

–Entonces ¿qué consejo me dais vosotros? –Baekhyun y Luhan se miraron un instante antes de volver a mirarlo y prepararse para responderle.

–Ahora que ya has dado tu primer paso tienes que esperar a ver qué es lo que él te va a responder –le oriento su amigo de toda la vida–. Ten en cuenta que el paso que has dado ha sido muy grande y muy… espectacular. Va a necesitar un tiempo para asumirlo y…

–No hagas caso de este soplagaitas –le ordeno Baekhyun–. Precisamente porque has empezado pisando fuerte tienes que seguir haciéndolo ahora. Has cambiado la imagen que tiene el chico de ti, no puedes confundirlo más o se pensara que hay algo raro en ti y acabara por alejarse. Acorrálalo en el baño y…

–¿En serio te crees que acorralarlo en el baño y hacerle de todo es algo que va a funcionar? –le interrumpió el mayor levantándose de la silla y encarándolo.

–Contigo funciono ¿no? –respondió con una traviesa sonrisa. Luhan se puso rojo al recordar ese acontecimiento, al igual que le pasó a Zitao solo que en su caso fue por enterarse de algo tan íntimo–. No escuche yo que te quejaras mucho –pronunció más esa sonrisa suya.

–En serio –hablo de manera entrecortada–, yo te… yo te… –agarró al menor de cada lado de la cabeza y estampo un furtivo beso en sus labios. Beso que poco a poco fue cogiendo más y más pasión mientras su cordura se iba haciendo pequeña y siendo dejada de lado.

Zitao no sabía dónde meterse. Sabía ya como solían terminar aquellas mini discusiones que tenia la pareja. Porque sí: el chico ya los veía como una pareja normal y corriente, bueno quizás un poco pegajosa. Iban a todos lados juntos, apenas se separaba, Baekhyun se quedaba a dormir todos los fines de semana (y no porque él se lo impusiese a Luhan. Zitao juraría que en el baño del mayora ahora habían dos cepillos de dientes y cosméticos que su amigo no utilizaba) y se apalancaban en el sofá de la sala con una manta por encima para ver películas que Zitao no quería ver.

–Eh.. esto… –se levantó de su asiento al ver que no paraban y que incluso habían pasado a meterse mano–. Yo me voy… –tampoco tenía otro mejor sitio al que ir–. ¡Como os lo montéis aquí más os vale limpiar la cocina con legía!


Hizo bien en salir de aquella casa de locos. Ahora ya era difícil encontrar la tranquilidad que antes reinaba en ella y eso le era extremadamente extraño. Le gustaba que hubiese vida en el lugar, no iba a mentir, pero a veces le hacía sentirse extraño. Aunque Luhan pasase tiempo con Baekhyun no le había dejado de lado y solía mimarlo con bastante frecuencia. Solía cocinar para él cosas que le gustaban y de vez en cuando le traía un regalito. Esos gestos provocaban que Baekhyun se pusiese celoso pero se las apañaba para calmarlo a su manera. Tenía que ser realmente agotador para el mayor pero había logrado sobrevivir durante una larga temporada y al haberse acostumbrado ahora ya actuaba de manera automática.

Escuchó como sonaba su teléfono cuando llego al parque que había cerca de su casa. Normalmente solía estar  repleto de niños pero parecía ser aun muy temprano ya que solo había un puñado. Cuando cogió el teléfono vio que era un número desconocido. No era una llamada de China, el número habría sido bastante más largo en ese caso. Intrigado decidió cogerlo.

–¿Sí? ¿Quién es? –preguntó esperando que al otro lado de la línea contestasen.

¿Zitao? –la voz le parecía conocida pero no sabía exactamente donde la había escuchado. No se alarmo ya que el teléfono solía cambiar el tono de la gente–. Soy yo, Do Kyungsoo.

El chino estuvo tentado en colgar el teléfono pero el tono amable del chico le convenció para no hacerlo.

Me preguntaba si podías quedar ahora un rato –cuestiono. Tao se puso nervioso, estaba claro de que quería hablar Kyungsoo.

–Estoy libre en estos momentos –su voz denotaba nerviosismo por todos los lados posibles–. ¿Dónde quieres que nos veamos? –aun con todo Huang Zitao no era un cobarde y quería llegar al fondo del asunto.

¿Sabes cómo hay una cafetería del estilo oeste antiguo según sales del hospital y sigues el camino hacia la facultad? Esta como a unos doscientos metros de esta.

–Creo que ya se de que cafetería hablas –mintió porque en realidad no sabía de qué maldito sitio le hablaba.

Bien, nos vemos en una hora. ¿Te parece? –como respuesta Zitao hizo una pequeña exclamación a modo de asentimiento–. Nos vemos entonces.


El alto llego un poco tarde a la cita con Kyungsoo. Aun no sabía si era cita amorosa o una cita para verse y no podía engañarse en que le haría ilusión pensar que era del primer tipo. Cuando entro en el bar busco a Kyungsoo con la mirada. Lo encontró fácilmente pues a esa hora no había mucha gente ya que la hora de desayunar ya había pasado. Este lo recibió con una pequeña sonrisa.

–Lo siento, al parecer no sabía donde esta exactamente y me he perdido –se disculpo el chino.

–No te preocupes, yo acabo de llegar también –acepto sus disculpas de una manera muy disciplinada. Uno de los camareros del lugar les cogió el pedido y no taro en llevárselo a la mesa. Hasta ese momento estuvieron hablando de cosas triviales, fue después del primer sorbo que Kyungsoo se puso serio–. Supongo que sabrás porque quería hablar contigo ¿no?

–Si –siseó antes de tragar saliva–. Antes de nada gracias por no denunciarnos, la verdad es que no sé porque hago caso a Sehun si está claro que yo no sé hacer esas cosas.

–La verdad es que me había parecido extraño por tu parte. Siempre pareces tan tímido y cauteloso que me dio mucha impresión –la sonrisa que esbozo provoco una pequeña sonrisa y un leve sonrojo en Zitao–. Me sentí muy halagado por lo que hiciste el otro día pero a mí me gustan las chicas, no los chicos. Lo siento.

Kyungsoo se veía realmente apenado por no poder corresponder sus sentimientos. Zitao suspiro con fuerza, en el fondo sabía que no iba a ser correspondido pues la suerte con la que contaba últimamente era muy limitada.

–Lo comprendo. Creo que en realidad ya sabía que me ibas a rechazar y no es como si estuviese colado por ti –intentó convencerle para que no le tuviera lastima.

–Quiero que sepas que no te he traído aquí para decirte solamente eso, si hubiese sido así habría esperado un poco más para no hacerte perder el tiempo –hizo una pequeña pausa para verificar que había captado otra vez la atención del chico alto–. Tengo un primo, que en nada va a venir del extranjero. El es… como tú… homosexual… –parecía que tenía reparo en decir la palabra por si se sentía ofendido.

–Creo… –por un momento se desconcentro–. Creo que he entendido la idea. Gracias por tu interés pero tampoco estoy seguro de ser homosexual y que solo me gusten los hombres. Tú me llamaste la atención porque eres una persona atenta y afable. Además, que casi todos mis amigos sean gays creo que me hace pensar que yo también lo soy y…

–Comprendo –asintió el bajo mostrándole que no era necesario que dijese nada más–. No quiero insistir en cuanto mi primo pero es que el sería perfecto para ti. Es muy atento. Pero comprendo tu situación, tiene que ser muy agobiante –el chico asintió con la cabeza mostrándole que sí que lo era–. Me gustaría ayudarte pero no conozco a muchas chicas la verdad, soy una persona más bien tímida. Pero si no tienes mi teléfono y me gustaría que me llamases cuando quisieras. Que no podamos ser pareja no significa que no podamos ser amigos ¿no? Seguro que acabaremos trabajando juntos además.

A Tao le gustaba mucho la sensación hogareña que desprendía Do Kyungsoo. Además de ser amable le parecía que era fácil ser cercano a él. Incluso siendo conocidos que trabajaban juntos de vez en cuando en las practicas que se preocupase de esa manera por él le provocaba confianza.

–Tienes razón. Seamos amigos.


Los únicos a los que le faltaba para visitar y que le diesen consejo eran Chanyeol y Jongdae. No eran precisamente la opción que más le gustaba pero tampoco creía que se perdiese nada por intentarlo. Ya había hecho lo peor al hacerle caso a Sehun, aunque Jongin le había dicho miles de veces que no lo hiciese, y había acabado siendo un gran desastre. Si acudía a Luhan o a Baekhyun cada uno le iba a dar un consejo diferente y completamente contradictorio y acabarían en la cama como la última vez. Por lo tanto le quedaban Chanyeol y Jongdae. Podía sentir que se estaba metiendo en la boca del lobo.

–Lo creas o no nosotros te comprendemos –le indicó Chen. Estaba utilizando un tono de voz normal, lo cual era extraño para él–. Cuando a nosotros Baekhyun nos dijo que era gay nos hizo plantearnos muchas cosas porque nos habíamos criado exactamente igual.

–Que tengas dudas no es malo porque significa que te interesa algo y quieres saber que es. No te comas tanto la cabeza –siguió Chanyeol.

Zitao los miro perplejos a los dos. Aquella conversación estaba siendo mucho más amena de lo que había esperado. Quizás el ir a verlos no había sido tan malo al fin y al cabo.

–Diciéndome eso me siento como un idiota al haber acudido a todo el mundo antes que a vosotros –suspiró con pesar–. Vosotros… ¿algunas vez os habéis sentido atraídos por un hombre?

–Umsh… no de una manera pasional al menos –Chanyeol dudo en hablar–. Idolatro a muchos hombres pero eso no significa que me sienta atraído por ellos de una manera carnal, me siento atraído porque son geniales.

Aquello desconcertó más al menor, y eso que la idea era sencilla.

–Lo que Chanyeol quiere decirte –Jongdae se dio cuenta de que se había perdido– es que si por Kyungsoo te sentiste atraído por su personalidad y la aura que desprendía no tienes porque ser gay. Está claro que a ti te gustan las cosas tranquilas y monas, lo cual no significa que te tenga que atraer sexualmente un hombre –Zitao comenzaba a comprender. Chen miro a su mejor amigo–. ¿Te importa que ponga a Yura de ejemplo?

–Mientras no seas grosero y sepas lo que dices… –no se sentía con derecho de negarle esa opción aunque no se sentía del todo conforme con la idea.

–Yura es el tipo opuesto a lo que me atrae en una chica, quitando el físico –concreto–. Ella es una persona delicada, independiente y muy inteligente. Yo solo buscaba una chica que fuese divertida, un poco idiota para que pudiera quererme y que le gustase más venirse conmigo a subir un monte antes que pasarme la noche del viernes viendo películas ñoñas. Aun teniendo ese tipo de ideal concreto no me llevo mucho enamorarme de ella y saber que quería pasar con ella todo el tiempo que pudiese. En tu caso tú tienes muy claro qué tipo de personas te gustan y eso hace que te confundas. Te da igual si es chico o chica mientras cumpla tus expectativas.

–Ser bisexual no es nada malo –se apresuro a decir Chanyeol–. A veces es un poco peligroso pero lo único que haces es abrirte puertas.

–Tampoco sé si soy bisexual. ¿Qué pasa si creo que lo soy e intento que funcionen las cosas con una chica y luego resulta que soy homosexual?

Los dos mayores se quedaron pensativos un momento.

–Siempre he estado rodeado de hombres –siguió el menor–. De pequeño fui a un colegio solo para chicos, en los entrenamientos solo éramos chicos. Como nos ha pasado a todos, no quería saber nada de las chicas y cuando menos me lo esperaba ya era un adolescente tímido que no conocía a ninguna chica y que tenía dificultades para hablar con ellas.

–Te presentaremos chicas entonces –concluyo Jongdae–. Serán de tú tipo no te preocupes.

–Una de las compañeras de casa de Jinri seria perfecta para ti. Es guapa, atenta, agradable, cariñosa y además es china –exclamo emocionado Chanyeol–. Hablare con ella para que podamos concertar una cita entre los dos. Tú déjanoslo a nosotros.

–Y no te preocupes que no te vamos a gastar una broma pesada –normalmente las sonrisas de Chanyeol y Jongdae solían ser burlonas, pero en ese momento eran amables y agradables. A Zitao le gustaba esa faceta de ellos–. Lo hemos hablado entre nosotros y queríamos pedirte perdón en persona por el mal rato que te hicimos pasar el otro día. No era nuestra intención.

Como si se hubiesen sincronizado ambos chicos agacharon la cabeza mostrando su respeto y arrepentimiento.

–No pasa nada –susurro agradecido por el detalle–. Baekhyun me dijo que estáis acostumbrados a juntaros con gente tan alegre como vosotros y que os sentís un poco descolocados con personas serias como Jongin y yo, incluso un poco con Luhan –aunque el mayor no lo había incluido porque estaba delante el chico estaba seguro que a él también lo incluían dentro–. Pero cuando os ponéis serios también sois muy agradables la verdad.


Para celebrar su aniversario de nadie sabía exactamente qué (la pareja contaba una gran historia llena de entresijos para que simplemente los demás no supiesen que estaban celebrando un mes desde que se pelearon de mala manera en el local) Baekhyun le había regalado a Luhan un perro. El mayor se vio horrorizado ante ello pues habían  quedado en que se regalarían cosas discretas y de poco valor. Pero el menor sonreía con el pequeño perro de raza silky terrier en los brazos y era prácticamente imposible decirle que no.

–La perra de mi abuela dio a luz el otro día y regala cachorros. ¿Verdad que es bonito? –le miro con ojos de niño bueno–. Nosotros nos hemos quedado con otro cachorro y Jongdae y Chanyeol también. Sehun les tiene alergia pero Jongin ha dicho que quiere uno también, ¡porque son TAN monos!

Luhan suspiro profundamente antes de dejarle entrar en casa. Estaba claro que acabaría quedándose con el perro, Baekhyun lo sabía a la perfección.

–Tao tendrá que dar el visto bueno primero –advirtió–. ¿Quieres algo? ¿El cachorro ha comido ya?

–No gracias, y él ya ha comido. He estado jugando con él para que se cansase y tú y yo pudiésemos jugar también –insinuó–. Pero primero quiero ver tú regalo –exclamo mientras extendía la mano para que se lo diese cuanto antes ya sentado en el sofá.

–Después de ver tu regalo no quiero darte el tuyo, te decepcionara –rodó los ojos sin poder evitarlo. ¿Cómo iba a saber el que el regalo de Baekhyun iba a ser tan impresionante?

–No digas bobadas –extendió con más fuerza el brazo.

–Ahora vengo –Luhan salió prácticamente corriendo a su habitación y volvió rápidamente con dos paquetes en la mano: uno grande y otro más pequeño–. Ábrelos –le dejo el pequeño en la mano y el grande en el regazo.

Con ilusión Baekhyun se dispuso a abrir primero el paquete que tenía en la mano encontrándose con dos fundas de móvil iguales, solo variaba el tamaño ya que eran para móviles diferentes.

–Esto es… –abrió con aun más energía el otro paquete encontrándose ahí dos camisetas a juego. En una ponía “masaje penetrante” y en la otra “el coche de mi ex”. Baekhyun no pudo evitar reír ante lo que ponía en su camiseta.

–Sabia las ganas que tenias de que tuviésemos cosas a juego –comentó Luhan mientras le sonreía–. Al principio pensé en comprarte un pijama para que lo tuvieras aquí, pero luego recordé que te gusta dormir desnudo –rió suavemente–. ¿Te gusta?

–¿Qué si me gusta? –aun con el regalo encima el menor consiguió agarrar al mayor de los dos y acercarlo peligrosamente a él–. Hoy tu y yo mancillaremos este sofá, tal y como lo hicimos con el coche de mi ex –beso con ansia a su ahora pareja. No es que hubiesen hablado de ser novios o algo parecido pero quedaba claro que no eran solamente amigos o follamigos.

Luhan encerró entre su cuerpo y el sofá al menor. No tardo mucho en acostarlo sobre el mueble mientras él seguía sobre el moreno. Sin previo aviso comenzó a introducir su mano dentro de la camiseta. Acaricio su pezón izquierdo provocando un sonoro gemido del menor que al parecer venia ya excitado pensando en lo que iban a hacer cuando se viesen.

El momento era perfecto pero el cachorro decidió ponerse a ladrar al escuchar aquel alto gemido ya que lo había despertado de sus ensoñaciones. Ambos chicos miraron al perro preocupados por si le pasaba algo. Fácilmente pudieron ver que no era así.

–Creo que le llamare Baek, ya que es tan ruidoso como tú –se burlo Luhan aun sin parar de escuchar al perro.

–¡Ni se te ocurra hacer eso! –exclamo el menor–. ¡Acabaras hartándote de decir mi nombre por el perro y luego no lo gemirás! –aquella razón hizo que el chino comenzase a reírse a carcajadas.
Aquellas carcajadas escondieron el sonido de las llaves que abrían la puerta por donde estaba entrando Zitao.

–¿Tenemos un perro en casa? –preguntó claramente emocionado mientras corría a la sala donde se encontraban ellos. Luhan saco su mano de debajo de la camiseta de Baekhyun para que no les echase la bronca pero su compañero de piso estaba muy ocupado agarrando al perro y jugando con él–. ¿Cómo se llama? –cuestionó ansioso.

–Baek.


–Luhan del culo gordo –exclamo el coreano para nombrar al perro.

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