Los más jóvenes del grupo estaban
algo cansados de que los ignoraran. Incluso Tao había comenzado a pasar de
ellos porque estaba ocupado. Siempre se quedaban ellos dos solos y luego se
burlaban de que siempre estaban juntos y parecían una pareja. Al final se
habían acabado enterando de la rara relación que mantenían Baekhyun y Luhan o
sea que Kai paso del mayor. Según decía podía conseguir a quien le diese la
gana y no iba a comerse la cabeza con cosas que no habían podido ser como él
quería. Sehun por su parte había aplaudido esa determinación.
Al sentirse de esa manera ambos
decidieron salir de fiesta juntos, sin avisar a los demás. Estaban seguros que
aun así no les harían caso. Cada uno habría hecho un plan diferente sin contar
con los demás, por lo tanto no se sentían mal por hacer el suyo propio.
Habían bebido más de lo
necesario, solo había que verlo por los andares que tenían para llegar hasta la
casa de Jongin. Sí, había pasado ya como media hora desde que habían salido de
la fiesta y aun seguían borrachos perdidos. Se reían de estupideces, cada uno
del otro porque no sabía andar como una persona normal y parecían simios al
hacerlo.
–La diferencia es que yo soy
blanco, o sea que el simio aquí eres tú –se burló Sehun mientras intentaba
subirse sobre la espalda de Jongin. Cualquier
cosa por acabar en el suelo al parecer.
–¡Quita! –le ordenó el otro
mientras intentaba encontrar las llaves de su casa. Por causalidades de la vida
toda su familia se había ido a visitar a su abuela y se había quedado solo ese
fin de semana. Tenía ganas de ver a su abuela pero no quería dejar solo a su
buen amigo–. Llámame lo que quieras envidioso. Pero hoy la gente no apartaba la
mirada de mí, que lo sepas.
–Mentiroso –se burló–. Tú no has
ligado nada de nada.
–Cállate, sí que lo he hecho
–ambos se enfrascaron en una conversación estúpida sobre lo que había pasado
esa noche y lo que no.
–Y ¿si has ligado porque estas
entonces aquí conmigo? –los dos chicos arrastraban las palabras y pronunciaban
todo como les daba la gana. Era un milagro que se entendiesen entre ellos.
–No quería dejarte solo, sino me
hubiese ido con mi abuela.
–Solo sabes poner escusas –se
siguió riendo. Aunque él tampoco había ligado nada de nada y prácticamente se
estuviese riendo de él mismo también.
–Cuando te pones así de idiota me
dan unas ganas de callarte que… –Jongin saco las llaves de su bolsillo pues
habían llegado a su casa–. Te pones adorable cuando no paras de balbucear
porque estás nervioso –ahora el que se reía era el moreno y el otro se tragaba
sus palabras.
–No eres más que un idiota
engreído Kim Jongin –le aseguró mientras dejaba que el chico abriese la puerta
para que pudieran entrar a un lugar resguardado.
Los dos subieron las escaleras
que llevaban al piso donde vivía la familia. Aunque no tenían ascensor vivían
en el primer piso o sea que no era difícil de llegar hasta la vivienda. Nada
más llegar Sehun se desabrocho el cinturón con una exclamación ahogada dejando
ver lo a gusto que se sentía sin que le apretasen las inexistentes caderas que tenia.
–¿Vas a desnudarte aquí mismo?
–cuestionó el propietario de la casa.
–¿Algún problema? Luego lo
recogeré todo, no te preocupes –habló mientras se cuestionaba si debía de
desabrocharse los pantalones o no.
–¿Te irás desvistiendo hasta
llegar a mi cama entonces? –la voz de Jongin era claramente insinuante. El
menor se sonrojo de manera exagerada y volvió a balbucear de la misma manera
que lo había hecho cuando se besaron–. Quédate tranquilo –se acercó a la oreja
del menor hablando en susurros sin dejar de poner nervioso al menor– que no
ataco –beso su mejilla.
Kai se dispuso a hacer el camino
hacia su habitación cuando Sehun lo agarró del cinturón y le obligo a dar pasos
hacia atrás.
–Y ¿si eres tú quien está deseoso
de que le ataque? –mordió su oreja antes de que su compañero se diese la vuelta
y lo agarrara con fuerza para estampar sus labios con los ajenos.
Lo que no sabían estos dos era
que esa misma noche Chanyeol había sacado a Zitao de fiesta también. El resto
tenía planes, y cuando habían intentado contactar con Jongin y Sehun estos no
les habían respondido, o sea que el mayor decidió tomar la iniciativa. La cita
que Chanyeol y Jongdae habían montado para Zitao no había salido bien del todo
y habían decido que lo mejor era intentar otra cosa diferente. Muy diferente.
Se encontraban en medio de la
discoteca primera LGTB que habían encontrado. Ninguno de los dos sabía dónde
meterse exactamente. Chanyeol se sentía agradecido de que tanta gente se
acercase a él para ligar pero se estaba cansando de dar negativas. Él
normalmente era el tipo de persona que no decía que no a nada. Por su parte Tao
se estaba desesperando al ver que no llamaba tanto la atención de la gente y
eso que habían ido allí por él.
Al menos pudieron disfrutar de
más de una copa gratis de las veces que les habían invitado a los dos. Y si es
que el chino pasaba la mirada por el local no había mucho buen género donde
escoger. A todos les podía sacar defectos. A todos menos a… ¿qué hacia Kyungsoo
allí? ¿No se suponía que era heterosexual?
Como alma que lleva el diablo el
chico se planto delante del futuro medico. Chanyeol le seguía aunque se
disculpaba con un chico más bajito que él por casi atropellarlo en el camino.
El enfermero toco la espalda del chico que hacía poco le había rechazado para
llamar su atención. Cuando el chico de ojos grandes se dio la vuelta se
sorprendió mucho al verlo, pero le sonrió ampliamente y le saludo con la mano.
–Pensaba que eras heterosexual
–fue directo al grano. Parecía que el chico no se sorprendía de que le hiciese
esa pregunta porque casi no se inmuto. Como si no hubiese escuchado el
comentario, prácticamente ignorándolo de manera descarada, llamo a dos chicos y
volvió a darse la vuelta. Dando a entender de esta manera que no le ignoraba.
–Huang Zitao te presento a mi
primo Kim Junmyeon y a su amigo Zhang Yixing –señalo con la mano a cada uno
diferente mientras los presentaba de uno en uno–. Ambos son homosexuales recién
llegados y les estaba intentando enseñar el ambiente por aquí. Pero creo que ha
sido un gran fracaso –exclamó. Su interlocutor casi echo a reír al ver la
semejanza con su situación.
–Os presento a Park Chanyeol
–agarró a su amigo por el brazo y le obligo a meterse en la conversación,
haciendo que dejase de hablar con el chico más bajo con el que hablaba antes–.
Intentábamos buscar un buen sitió pero no ha sido posible.
Después de intercambiar saludos y
hablar un poco más los cinco decidieron que lo mejor era salir fuera y
encontrar un lugar más acogedor para poder hablar más tranquilamente. Ya
llevaban horas dando vueltas por la discoteca y no había cambiado prácticamente
nada desde que habían entrado.
–Es muy amable por tu parte
acompañar a tu primo y a su amigo a un lugar que tan poco te tiene que agradar
a ti –lo elogio el Chanyeol.
–Si hablamos de personas amables
tendríamos que mencionarte a ti también –Kyungsoo se encogió sobre si mismo
abrigándose más del fresco mientras veía como delante de ellos los tres chicos
hablaban de manera bastante animada. Su primo acababa de llegar de Japón de un
intercambio de estudios y le había ofrecido a su compañero de piso allí cogerse
unas vacaciones con él en Corea–. Ayudar y acompañar a un amigo confundido es
algo muy noble. Aunque se te veía muy cómodo ahí dentro –bromeó.
–Bueno, uno de mis mejores amigos
–se había tomado en serio esa broma y se disponía a explicar con detalles el
porqué– es gay y nos obligaba a todos a acompañarle. No es que fuera
precisamente un chico tímido al que le diese miedo el lugar o darse cuenta de
su condición, solo repetía que era muy apetecible para viejos verdes y que
necesitaba a alguien que le protegiese –echo a reír al recordar la primera vez
que había estado en aquella discoteca. Luego Baekhyun prefirió prescindir de su
compañía y de la de Jongdae porque al parecer le espantaban a los tíos buenos.
–Oh… Entonces ya tienes
experiencia –se sorprendió–. Para mí esta noche ha sido la primera vez y la
verdad es que no me ha agradado mucho. Me siento aliviado porque ahora Junmyeon
y Lay podrán venir con Zitao.
–De bueno te quieres fiar –el
mayor echo a reír–. En todo caso me los deberías de encargar a mí. Tao no se
atrevería a entrar en ninguna parte si no hubiese alguien por detrás
empujándole.
Ambos echaron a reír, porque
aunque Kyungsoo no le conociese mucho podía asegurar que era verdad.
–¡Chanyeol! ¡Kyungsoo! –el chino
del que estaban hablando alzo la voz para llamarlos. En seguida recibió una
reprimenda para que bajase la voz de los dos chicos que le acompañaban. Pareció
darse cuenta de lo que había hecho pues no volvió a hablar hasta que los tuvo
en frente–. Estamos hablando de ir a comer algo. ¿Tenéis hambre vosotros
también?
Cuando Sehun despertó a la mañana
siguiente lo hico de manera sobresaltada. Una manta y un brazo le cubrían, en
seguida se deshizo de ellos de lo alterado que estaba. A su lado Jongin gruño y
se movió al lado contrario queriendo dormir aun. El menor se toco todo el
cuerpo como si esperase encontrar algo extraño en él, pero claramente no había nada
raro.
Sabía que estaba desnudo porque
recordaba lo que había pasado a la noche. Desde el beso en el autobús que había
estado deseando de que pasase algo más entre ellos y por eso se dedicaba a
meterse tanto con su amigo. No sabía de qué otra manera podía haber provocado
aquello. Habían llegado hasta el final porque le dolía el culo. Intento
levantarse pero le dolía más de lo que había creído que le dolería.
–Estate quieto y metete en la
cama –le pidió un medio dormido Jongin que tampoco sabía muy bien a quien o a
que le estaba hablando–. Aun es temprano.
Quizás debía de hacerle caso. La
familia Kim iba a pasarse todo el fin de semana fuera y no les pillarían de esa
guisa si se quedaba un rato más.
–Jongin –Sehun se puso posiciono
bocabajo porque le era menos doloroso de esta manera. Además, de esta manera
era más fácil de meterle mano–. Despéjate un poco y vámonos a dar una ducha.
Juntos –cuando Oh Sehun perdía la vergüenza la perdía del todo.
–¿Por qué…? –bostezó y tuvo que
volver a empezar a construir la pregunta–. ¿Por qué me tengo que duchar contigo?
No eres Luhan…
¡Plas! El ofendido había golpeado
sin ninguna piedad la espalda del moreno.
–¡Poco te importo ayer, maldito
idiota! –comenzó a levantarse asqueado de la vergüenza que le estaba haciendo
pasar. Aquella respuesta le había desagradado de sobremanera. Oh Sehun no tenía
nada que envidiarle a nadie, ni siquiera a Luhan. Vale que Luhan fuese guapo
pero el menor también lo era y además era más alto y de apariencia más
masculina.
Se levanto de la cama y reprimió un
doloroso quejido. Se dispuso a buscar su ropa ignorando todo lo que fuese a
salir de la boca del moreno idiota.
–Sehun, era broma –intentaba
arreglarlo pero el menor no quería escuchar sus escusas–. De verdad que me
apetece esa ducha.
–Lo siento pero no eres Tao, no
me interesas –le devolvió las hirientes palabras con la misma moneda.
–¿Te gusta Tao? –preguntó
asombrado.
–No, pero me gusta dejarte
hablando solo o sea que déjame en paz –le ordeno mientras se levantaba creyendo
que ya tenía toda su ropa.
–Te estoy diciendo que era broma
–Jongin cogió toda la ropa que Sehun tenía entre las manos y la tiro al suelo.
Este no pudo defenderse y se quejo porque le había costado recogerlo todo sin
sentir un gran dolor como para que ahora llegase el moreno y echase por la
borda todo su trabajo. Kai agarró del cuello al menor y al acercarse saboreo
los labios del chico aunque este gruñera–. Ayer a la noche me lo pase muy bien,
y si ahora no tuviese resaca volvería a repetir –aseguró.
–¿En serio? –el menor se había
relajado después de terminar el beso. No quería darle la satisfacción de que lo
viese balbucear y se volviese a burlar de él por eso. Ante la pregunta que
había hecho, Jongin asintió con un pequeño sonido antes de volver a besar sus
labios y pasar a besar su cuello metiendo en un mundo de dulce y suave placer
al pequeño para que dejase de sentir dolor en su trasero–. Bien, porque quiero
ofrecerte una cosa.
–Vale. Pero cuéntamela en la
ducha –le ofreció–. Entre lo que bebimos y lo que paso a la noche no podrás
hacer movimientos muy grandes. Luego te daré una pomada que te ira muy bien
–sonrió antes de volver a besar los labios de su compañero.
–La verdad es que tienes razón…
¡Espera! ¿¡Qué has dicho de una pomada y donde!? –exclamo al interpretar lo que
significaban aquellas palabras juntas. Kai atino a reír de la cara de espanto
que había puesto mientras intentaba llevarlo lo más suavemente posible al baño.
Un penetrante olor a café
despertó a Chanyeol. Se removió en la cama de un lado a otro agarrándose con
más ahincó a la almohada. Desde esa posición alzó la cabeza para ver cómo Jinri
llevaba una bandeja con el desayuno de los dos en ella. Al verlo decidió
incorporarse aunque estuviese perfectamente tumbado.
–Es tan bonito y agradable que
una chica guapa te traiga e desayuno a la cama… –suspiró el mayor lleno de
emoción.
–Te estás mal acostumbrando
–gruño ella–. Yo ayer también salí de fiesta y por tu culpa no he podido
descansar bien –Chanyeol en vez de disculparse se rio ligeramente como si
aquello fuese una tontería.
–Suerte la mía que justo te pille
mientras entraba –sonrió como un idiota feliz.
Se quedaron en silencio mientras
la menor servía el café en dos vasos diferentes, uno para cada uno. Aparte del
café también había zumo y algunas galletas y pastas. Aunque ninguno de los dos
tenía la tripa como para comer algo tan pastoso. Noches alegres mañanas tristes.
–¿Por qué cortamos nosotros dos?
–era extraño que alguien no se acordase de porque no habían funcionado las
cosas con su antigua pareja–. No es como si no nos soportásemos o algo –añadió rápidamente–.
Creo que pasó más tiempo aquí que en mi casa –bromeó.
La chica se quedo pensando en que
debía responderle. No es que con Chanyeol tuviese que controlar las palabras,
solo quería ser certera con lo que decía.
–Aunque los dos quisiésemos tener
una relación seria el concepto no era el mismo para los dos –explicó
atentamente–. Como no funcionaba decidimos que lo mejor era cortar por lo sano.
–Aaaah –aquel sonido lo dijo más
para sí mismo que para los dos aunque fuese demasiado alto para que solo lo
hubiese escuchado él–. Deberíamos de volver.
–¿Tú y yo? –perpleja por lo fácil
que sonaba para él.
–Está claro que entre nosotros
hay humo –comenzó a explicar algo que para Jinri no tenía sentido. ¿Humo? ¿De
qué hablaba?–. Me refiero al dicho que dice “Donde hay humo ha habido fuego”.
Nuestro fuego aun no se ha apagado.
Parecía fácil decirlo, y es que
realmente lo estaba comentando como quien habla del buen tiempo, pero una
relación no se podía construir así como así. Al menos era verdad que Chanyeol
pasaba más tiempo en la casa que Jinri compartía con sus amigas que en su
propia casa. Empezando porque todos los fines de semana se quedaba a dormir
allí y pasaba con ella casi todo el día (los demás estaban muy ocupados y no
tenía ganas de molestarlos). Y durante la semana lectiva se pasaba más tiempo
en la universidad de un lado a otro que en casa donde solo paraba para dormir.
–Y ¿qué pasa con tus amigos?
–¿Qué pasa con ellos? –preguntó
sin comprender.
–No es que quiera nombrarlo como
razón de peso para que cortásemos la otra vez pero cada dos por tres me decías
que no tenías tiempo para mí porque tenías miles de cosas que hacer con ellos.
No me malinterpretes –se apresuro a añadir– me gusta que tengas tus amigos y
que pases el tiempo con ellos pero…
–Digamos que nos estamos haciendo
mayores y que nos hemos dado cuenta de que hay otras cosas además de los amigos
–suspiró un poco abatido aun por ver como sus dos mejores amigos se alejaban un
poco de él aunque no fuese de manera intencionada–. Haremos muchos planes
juntos, ¡ya verás! Ahora tengo licencia de moto y de coche.
Ese comentario provoco una
pequeña risa por parte de ella. Él no pudo evitar mirarle feliz. Jinri era la
única ex novia con la que se hablaba porque había intentado ser comprensiva con
lo que para él significaban sus amigos. Tuvieron largas conversaciones, y
también discusiones, sobre cómo debían de organizarse para pasar tiempo juntos
sin dejar de ver cada uno a sus respectivos amigos. Cosa que no hicieron las
demás novias que el mayor había tenido.
–Podemos intentarlo –asintió con
una sonrisa un poco más amplia que una simple–. De todos modos mis amigas se
creen que ya estamos saliendo juntos o sea que no habrá mucha diferencia.
–Es un buen punto a mi favor que
aunque venga aquí todos los fines de semana no nos hayamos acostado juntos
–comentó refiriéndose al sexo–. Aunque espero que eso cambie –le dedicó una
traviesa mirada.
–Porque no quiero que me llenes
la cama de café, si no te tiraba un cojín en cima –bromeó.
Luhan no sabía cómo se había
metido en aquel embrollo. Baekhyun le había invitado a ir a su casa para que
Baek y la perra que el tenían jugasen un poco ya que eran hermanos y era triste
separarlos. Todo iba bien, incluso al menor se le había ido el cabreo por el
nombre que le había puesto el chino a su cachorro, pero cuando escucho que la
puerta principal se abría y que por ella entraban los padres de su especie de
novio se puso muy nervioso.
No es como si ellos supiesen que
los dos jóvenes mantenían una relación extraña, era imposible que lo supiesen,
pero el hecho de pensar que estaba a punto de conocer a los padres de él se
ponía nervioso.
La cachorra de Baekhyun, que se
llamaba Ken, salió corriendo a la entrada (seguido de Baek) a recibir a los
dueños.
–¡Baekhyun! ¿Estás en casa?
–preguntó la femenina voz de su madre. Mientras ella preguntaba el muchacho ya
se había puesto de pies y ayudaba al mayor a hacerlo también. Le agarró de la
mano y lo llevo hasta la entrada porque veía que el chico no se iba a mover si
él no le obligaba a hacerlo–. Ken está muy feliz de poder jugar con su hermano
–comentó mientras miraba a los dos cachorros correr por la entrada.
–Omma, Appa. Os estaba esperando
–cogió las bolsas que llevaba su padre en la mano para llevarlas él mismo a la
cocina.
–¿Este es Luhan? –preguntó el
padre mirando al nombrado de arriba abajo. Baekhyun asintió antes de irse a la
cocina.
–Mi hijo tiene buen gusto.
Siempre los escoge muy guapos –la señora Byun también miro de arriba abajo al
chico que cada vez se ponía más nerviosa.
–Soy Luhan –hizo una gran
reverencia–. Gracias por su hospitalidad, espero no crear muchas molestias.
–Déjate de formalidades –le pidió
la madre mientras se acercaba a él–, y dame un abrazo yerno –sonrió mientras
alzaba los brazos alrededor del cuerpo del chino y lo abrazaba–. Gracias a ti
por cuidar de nuestro hijo, se que a veces no es fácil pero…
Sin comprender que era lo que
pasaba miro confundido a Baekhyun que recién aparecía con las manos ya libres.
Este le sonrió de oreja a oreja.
–Appa y Omma ya saben que soy
homosexual –le explicó–. Casi ni tuve que decírselo, ellos ya se lo esperaban.
–Oh… –y es que no sabía que más
decir. Para él aquello era algo nuevo.
–¿Estaréis hambrientos verdad?
–el señor Byun interrumpió el silencio que el cohibido Luhan había creado–.
Hemos traído pollo frito y pizza para cenar.
Todos fueron a la cocina y
ayudaron a poner la mesa mientras la madre de Baekhyun organizaba la comida
para que fuese equitativa con todos los presentes. No era muy difícil ya que
eran solo cuatro personas. Claro que luego estaban los dos cachorros.
–Tus padres no saben que eres gay
¿verdad? –preguntó Baekhyun pues se había quedado preocupado por la reacción
que había tenido. Luhan negó ya sentado en una silla, justo a su lado.
–Solo les veo en navidades porque
mi abuela decide juntar a toda la familia –al escuchar eso su especie de pareja
no pudo evitar cogerle de la mano y apretarla con fuerza. Al fin y al cabo el
chico estaba acostumbrado a tener una vida en familia muy animada y para él era
raro ver una familia que apenas se llevaban entre ellos–. No te preocupes –se
giro para sonreírle–. Siempre ha sido así. Les da igual lo que haga siempre y
cuando al final pueda hacerme cargo de la empresa familiar.
–No sabía que tu familia tuviese
una empresa –el menor del lugar hablo con admiración.
–Si bueno… Mi familia es dueña de
“Sinopec” desde hace más o menos tres generaciones –explico aun sabiendo que no
iban a comprender de que hablaba.
–¿Esa no es la empresa
petrolífera más importante de China? –preguntó el padre estupefacto esperando
equivocarse. El chino trago saliva. La verdad es que no le gustaba que la gente
supiese que provenía de una familia rica, más que nada porque su relación con
su familia era muy limitada y podía sentir como muchas veces no tenía ninguna
vinculación real a ellos. Aun con todo asintió–. Hijo, me impresiona que
siempre vayas a por chicos guapos y ricos –rió ante su propio comentario.
Durante la cena Luhan se mantuvo
en silencio, aunque teniendo en cuenta que la familia Byun era muy ruidosa casi
ni se dieron cuenta. Era de comprender que el chico no se sintiese a gusto del
todo después de haber soltado tal exclusiva teniendo en cuenta que el único que
sabía de su procedencia en Corea era Zitao.
Los dos cachorros se quedaron dormidos
en la cama que la familia tenía para Ken. Parecía que se habían hecho muy
amigos pues no habían parado de jugar en todo el día.
–Dicen que los perros aprenden
que morder duele cuando juegan con sus hermanos y que los que son separados no
lo comprenden y tienden a morder más –Baekhyun había vuelto a llevarle a su
habitación, lejos del alcance de sus padres. Su madre se había dedicado a
coleccionar tuppers para Luhan porque decía que estaba muy delgado y que
alguien tan guapo como él tenía que comer como debía–. Luhan… –lo llamo
suavemente ya que este no le estaba haciendo mucho caso. Al escuchar su propio
nombre se giro hacia él–. Sé que no quiere hablar de ello, pero tengo una
pregunta.
El mayor comprendió de que quería
hablar en cuanto vio su decidida mirada. Con un gesto de cabeza le mostro que
podía preguntar lo que quisiese.
–Cuando salía con Kris el me dijo
que se había apuntado a la universidad pública porque sentía curiosidad por
cómo vivía el pueblo llano y que los colegios privados le agobiaban. ¿Por qué
escogiste tu ir a la pública? –el chico aun tenía esa mirada de decisión en los
ojos.
–Por Zitao –Luhan se sentó en la
cama de él y le indico que se pusiese a su lado–. Somos amigos desde muy
pequeños aunque su familia no tenga ni por asomo el dinero que tiene la mía.
Cuando le dije que quería irme a estudiar al extranjero casi echo a llorar y le
ofrecí venirse conmigo, que yo con mis ahorros le pagaba la universidad que él
quisiera. Acepto porque él no podía permitirse el seguir estudiando pero como
condición puso que quería seguir estudiando en una universidad pública. Yo solo
quería seguir a su lado…
El silencio se hizo presente
entre los dos durante un largo minuto. Era extraño no escuchar salir palabras
de la boca de Baekhyun. Por eso le miro fijamente y vio que estaba pensativo.
–Eso es muy bonito… –susurró por
lo bajo antes de estampar sus labios suavemente contra la mejilla de Luhan–.
¿Por qué tú tienes un amigo tan bueno y yo me tengo que conformar con los
descerebrados de Chanyeol y Jongdae? –se quejó antes de agarrarle del cuello de
la camisa y besarle los labios directamente.
Con un poco de impulso paso su
pierna derecha al otro lado del cuerpo ajeno, posando sus rodillas y parte de
la pierna sobre la colcha sin dejar de besarlo. Poco a poco se fueron acostando
sobre la mullida cama, sin poder parar de tocarse y besarse. No de una manera
pasional, más bien de una manera cariñosa y pausada.
Cuando el menor noto que las
manos de Luhan estaban tocando su culo por debajo de la muda incluso se separo
de él de manera lenta. Dándole a entender de esta manera que no era necesario
que apartase las manos.
–Hoy dormirás aquí, no hay ningún
problema con eso. Ya he hablado antes con mis padres –le sonrió de oreja a
oreja.
–¿Crees… crees que es una buena
idea? Ellos ya saben que tú y yo… –hablaba de manera entrecortada.
–Si yo soy tan abierto en el tema
sexual es porque ellos lo son y me han enseñado a tener cuidado –le informó. La
verdad es que esas palabras tenían sentido–. Además, no planeo hacer nada esta
noche –esa oración llamo demasiado la atención del mayor. No podía creerse que
hubiesen salido de los labios de Byun Baekhyun–. Pero mañana mis padres se
levantaran temprano para ir a trabajar y tú y yo tendremos la casa para
nosotros solos. ¿Podrás esperar? –preguntó con una inocencia muy fingida que no
se la creería nadie.
–Umsh… –se relamió los labios
antes de contestar–. Esperare solo si me afirmas que nosotros no somos dos
simples amigos que hacen cosas de pareja, si no que somos una pareja de verdad.
Baekhyun no respondió
directamente, se le quedo mirando a los ojos de manera seria.
–No tengo por costumbre
presentarles a mis padres chicos que son amigos que hace cosas de parejas. Solo
les presento a mis amigos más allegados y a mis novios –acerco su cabeza a la
de él y con movimientos suaves pero certeros atino a dejarle una pequeña marca
en la parte en el que el cuello y el hombro se juntan–. Novio –se relamió los
labios antes de seguir–. Ahora que hemos dejado las cosas claras que sepas que
seguiré dejando de estas marcas hasta que no tengas una sola duda.
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