[Hunhan] Luminescent II Parte 10

Este capitulo es un poco transicion (?) si os sabe a poco lo siento. Pero es que era para presentar a los padres porque se que era de interés común y para meter la trama secreta(??)
Gracias por leer *3*

La familia Lee (Sehun).

-Te cambias de ropa –me había ordenado Soojeong al ver que pensaba ir muy informal a la cena que teníamos-. Hace un mes tu padre te regalo un traje precioso –me recordó mientras hurgaba entre las prendas de mi armario-. Sehun, no puedes ir a una comida formal con esos vaqueros –ahora ya parecía que hablaba teniendo un monologo propio en vez de querer intercambiar opiniones conmigo-. Me parece genial que vayas así vestido cuando quedes con tus amigos, pero con tus padres es distinto. ¿Cuántas veces te lo he repetido? Llevamos ya seis años así.

Me deje caer sobre mi cama, sentado, mientras esperaba que ella encontrase lo que estaba buscando algo decente para que me lo pusiera. Krystal, en mi cabeza la llamaba así para molestarla pero nunca lo haría a la cara, era la única persona que con diferencia me imponía respeto. No es que fuese una persona agresiva a la que había que temer, pero su fina y fría mirada podía malinterpretarse de mil maneras.

La cuestión era que por lo general era una chica muy animada y generosa, solo que a veces aquellas formas que tenia al hablar y sus hobbies hacían malinterpretar sus acciones.

-Este es perfecto –sonrió dejándome ver el traje que había escogido para mí. Yo no entendía de ese tipo de prendas, si no fuese por el color todos me parecerían iguales. O sea que fiándome de su buen gusto asentí lentamente, salió de la habitación y dejo que me vistiera a solas.

Mi madre me sonrió abiertamente y me abrazo fuerte en cuanto me vio entrar por la puerta del restaurante. Le devolví ambos gestos con sumo cariño, se lo merecía al fin y al cabo. Los señores Lee, mis padres adoptivos, se habían volcado conmigo desde el primer día. Habían intentado darme lo mejor y procurar que el ambiente en el que nos encontrábamos fuese lo más familiar posible para mí. Prácticamente desde que me había introducido en aquella familia no había tenido ningún problema notable.

Acompañe a Soojeong para saludar a las demás personas que tenían más o menos nuestra edad. Debía de admitir que no tenia gran relación con ellos, ni me la había propuesto tener, pero por mis padres tenía que ser ciertamente cortes y educado. No quería dejar a mis padres en mal lugar.

Como siempre la cena fue sosa. Todo el mundo se encargaba más de coger bien los cubiertos y de hablar sobre finanzas que de algo que fuese realmente interesante. Al menos algunos jóvenes se atrevieron a hablar sobre deportes, pero en seguida callaron cuando los adultos les preguntaron sobre sus estudios y planes para el futuro.

Todo era cortesía.

-Cada vez estas más delgado cariño –me regaño mi madre cuando por fin pude hablar con mis padres al finalizar la cena-. ¿Quieres que envié un cocinero a tu casa para que te haga de comer? –pregunto como si fuese lo más normal del mundo.

-Jongin y yo nos alimentamos bien, no te preocupes Omma –respondí yo con una pequeña sonrisa en la boca-. Soojeong suele pasarse mucho por casa y siempre nos deja algo hecho en la nevera además –agregue para que viese que comíamos comida casera. Ella sonrió más tranquila.

-Aun así. Quiero que vengas más veces a comer a casa ¿sí? –acaricio mis mejillas con suavidad-. Tu padre y yo te echamos mucho de menos desde que te independizaste y queremos verte más seguido –sonreí con ternura ante sus palabras.

Mi padre apoyo una mano en mi hombro, dándole así más énfasis a lo que mi madre había dicho. Era verdad que hacía ya mucho tiempo que no me pasaba por casa, pero llevaba mucho tiempo ocupado. Me habría gustado poder pasar más tiempo con ellos pero… era complicado.

-Tu madre necesita que su hijo querido le de cariño –confeso mi padre aunque fuese algo que se viese muy claramente-. Yo también echo de menos jugar a algo con mi hijo ¿sabes? –sonrió levemente pues no era una persona de sonrisa fácil-. Algún día de la semana que viene vamos a celebrar una pequeña fiesta en casa, queremos que vengas y… puedes traerte a tus amigos sin ningún problema. Siempre nos han caído muy bien.

Los mire con suma gratitud y asentí lentamente mientras les daba las gracias.

-Seguro que les encantara ir a casa, siempre os han apreciado mucho –tanto mi madre como yo sonreímos, ella sobre todo. Luego mi padre le dijo algo al oído, esta asintió y beso sus labios antes de darme un suave beso a mí en la frente (claramente me agache para que pudiera hacerlo), y luego se fue, dejándonos solos a los dos hombres.

-No me gusta hablar de trabajo con tu madre delante, y más cuando no sabe de lo que vamos a hablar, no quiero preocuparla –comprendí al instante de que quería hablar conmigo. Asentí rápidamente ante sus palabras, poniéndome serio.

-Aun no me han dado ningún trabajo importante, es lo normal, no soy más que un novato –me justifique aunque sabía ya de por sí que no me lo iba a echar en cara-. Pero mi jefe se ha encariñado un tanto de mí y no creo que tarde mucho en confiarme cosas que de verdad importen.

El escuchaba cada una de mis palabras con gran interés. Al fin y al cabo le interesaban, yo no estaría haciendo lo que hacía si no fuese por él. Dígase que no me molestaba para nada complacer aquel deseo suyo si además a mi me iba bien. Después de ver todo lo que le debía a aquel señor sería muy difícil rechazar aquel pedido que me había hecho.

-No es necesario que te tomes muchas prisas, hijo –reparo él-. Al fin y al cabo el trabajo se hace mucho mejor cuando uno tiene paciencia y se lo toma con tranquilidad ¿verdad? Encárgate primero de aprender todo lo que puedas en ese trabajo que tienes, y luego súmale lo que te encomendé. Pero no es necesario que te agobies por ello, no por ahora.

-Gracias Appa –respondí yo con respeto dedicándole una pequeña reverencia.