[Hunhan] Luminescent Parte 9

He estado pensando y voy a trasladar los días de actualización, ya que los que estan ahora me vienen un poco mal y luego ya veis que no puedo actuzalizar a tiempo TT

Los días pasaran a ser lunes, miercoles y viernes. Espero que os parezca bien. Por lo general el viernes subire bastante temprano los capitulos, intentare que sea al llegar de clase.

Pues so, nos vemos y... intentare contestar los comentarios este fin de semana TT

Baekhyun (Chanyeol).

Recogí a Sunyoung de su casa, como todos los días y nos metimos acto seguido en mi coche. Ella comenzó a explicarme qué tipo de día había tenido y lo mucho que le irritaba ese jefe que no le dejaba superarse día a día. Aquella muchacha que iba en el asiento del copiloto era pura alegría, alegría que siempre acababa contagiándome.

-…la cuestión es que no entiendo porque tengo que cubrir noticias como “¿Es verdad que este año las medusas se van a acercar antes a nuestra costa?” o “El peligro de no conocer bien lo que te alimenta” –hablo con demasiada energía como para que pareciese que en realidad se estaba quejando-. Si al menos me mandasen a cubrir un tifón… -bufo mientras provocaba una pequeña risa en mí.

-Avísame cuando hayas matado a tu jefe. Te proporcionare una buena defensa –asegure mientras ella golpeaba mi costado en bromas.

Seguimos hablando durante todo el trayecto. En realidad el trayecto no era muy largo, el psiquiátrico donde se encontraba Baekhyun se encontraba a las afueras, pero relativamente cerca del centro de la ciudad.

Mi móvil sonó, haciendo que la conversación que tenia con mi novia fuese cortada al instante. Me miro interrogante y asentí. En seguida note como metía su mano en el bolsillo para coger el aparato y leerme el mensaje. Aunque condujese con la mirada fija en la carretera note como su cara se iluminaba, dejando mostrar esa sonrisa tan bonita que ella tenía.

-Adoro a Junmyeon-Oppa –sonrió feliz-. Tiene unas ideas muy buenas –admitió antes de comenzar a leer el mensaje-. “Hemos quedado en merendar y cenar todos juntos, como en los viejos tiempos. Mira a ver si te pueden conceder un permiso para que Baekhyun venga también”. Seguro que le hace mucha ilusión el volver a verlos a todos –sonrió agregando ella su propia opinión.

-¿No te molesta? –inquirí al recordar que habíamos hecho ya planes para el fin de semana entero-. Si quieres puedes venir con…

-Sera una noche de chicos Chanyeol-ssi –sonrió con cierta dulzura-. Una chica tan femenina como yo no pega entre tanto macho –alce una mano del volante y le acaricie la mejilla, agradecido por toda la comprensión que estaba teniendo en esos momentos-. Encontrare algo para hacer, no te preocupes.

Aparque el coche cerca de la entrada. Ni me moleste en cerrarlo con llave ya que era un recinto seguro. Guie a la chica, aunque ya no fuese necesario, hasta una de las salas principales del edificio. No sin antes haber saludado al personal de aquella residencia.

Encontramos a Baekhyun sentado al lado de la ventana leyendo el último libro que le había regalado.

-¡Baekhyun-ah! –exclamo Sunyoung al verle. Este se sobresalto por el tono de voz de la chica, miro alrededor confundido y sonrió al vernos. Se levanto de la silla mientras se tapaba mejor con una manta que llevaba. Decidí atrasarme un poco para hablar con uno de los responsables sobre el permiso del siguiente fin de semana-. ¿Tienes frío? –le pregunto mientras lo abrazaba con cierta fuerza.

-Le daré una respuesta coherente cuando haya mirado los últimos formularios, test y notas que tenemos señor Park –me respondió el médico con el que estaba hablando-. Aunque Baekhyun no represente un peligro para la sociedad no estamos seguros de que la sociedad exterior sea adecuada para una persona con su trastorno. Espero que lo entienda.

Asentí a mi pesar pues aquella respuesta no me había gustado. Los psicólogos y los psiquiatras jamás te decían nada certero. Comprendía que su ciencia no fuese completamente exacta pero yo necesitaba una respuesta que me dejase las cosas claras.

-Vera. Solo quiero llevar a Baekhyun a una cena con unos amigos de la infancia –comencé a explicar-. Todos saben de la situación en la que Baekhyun se encuentran y no harían nada que pudiera perjudicarle –asegure firmemente-. Además, no me separaría de él, en ningún momento.

-Comprendo lo que dice señor Park –respondió él-. No me cabe duda de que es una persona muy responsable, lo ha demostrado siempre que ha venido. Pero incluso cuando usted viene aquí Baekhyun se encuentra en un entorno controlado, con personal dispuesto a ayudar en caso de emergencia. Pero en el momento en el que sale de la residencia está desprotegido. Podría incluso darle problemas a la hora de tomarse su medicación.

Trague saliva, sin saber que decirle exactamente. Tenía un argumento para remediar aquel problema que me había puesto el doctor pero veía venir los mil y un problemas que podían surgir de su cabeza. La voz de la experiencia.

-Claro… -comente suavemente mientras presionaba mis ojos con los dedos suavemente intentando quitarme el cansancio de ellos-. Usted es el médico, el que ha estudiado. Sabrá mucho mejor que yo lo que le conviene a Baekhyun.

Mi interlocutor sonrió feliz al ver que no era ese tipo de personas que se moría por tener la razón a toda costa. Aunque igual sonreía ante el halago que había salido de mi boca. De cualquier manera, se despidió de mí y me dedico una reverencia, la cual yo imite.

-No digo que te quede mal el manto –escuche hablar a mi novia-, solo te digo que lo mejor es ponerse al lado de la calefacción y lejos de las ventanas.

-Pero al lado de las ventanas es donde más luz hay –se quejo él con una voz un tanto infantil.

-Buenos días cariño –me entrometí en la conversación mientras me agachaba sobre la cabeza de mi amigo y le daba un pequeño toque con los labios en la cabeza-. ¿Has estado bien? –él asintió, feliz de verme. Acerco más su cuerpo al mío sin levantarse de la silla en la que estaba y apoyo su cabeza sobre mi pecho-. Yo también te he echado de menos –murmure suavemente mientras acariciaba con mi palma abierta su brazo haciendo que entrase en mayor calor.

Aquel acto pareció complacerlo completamente. Solo le falto ronronear para parecer un pequeño animalillo inofensivo que se resguardaba de un mal día.