[Hunhan] Luminescent II Parte 12

Dentro del armario (Luhan).

Entre dentro del edificio en el que estaba la empresa. Era temprano y aun  no había llegado casi nadie. Aquel día quería hacer cuanto antes la pequeña mudanza de departamento. Me iba a ser un poco pesado andar de departamento en departamento para poder trabajar. Lo bueno era que apenas tenía gente a mi mando y que pocas personas podrían molestarme o ponérmelo difícil. Al fin y al cabo jamás dejaría que un problema sentimental pusiese en la cuerda floja mi trabajo. No quería volver a fallar a mis buenos amigos y compañeros.

No se lo merecían, ya habían sufrido suficiente por mi culpa y no tenia porque volver a repetirse.

Aun estaba medio dormido. Había dormido bien ya que la cama de Tiarn era muy cómoda. Un poco pequeña pero bien blanda. Además, el tenerla entre mis brazos me hacía sentir que estaba a salvo y me tranquilizaba. Como había acudido antes de lo normal a trabajar Kris la llevaría a la escuela, ya que era el que tenía el horario más flexible.

Iba en mi mundo cuando alguien me cogió de la mano que tenia libre, en la otra llevaba el maletín con todos los papeles que me había llevado a casa. Me gire dispuesto a encontrarme con Minseok, pero en vez de encontrármelo a él tuve que alzar la mirada para encontrarme con la cara de póquer de Sehun.

-Buenos días gege –me sonrió tiernamente-. ¿Has dormido bien?

Le mire incrédulo. Parecía que decirle las cosas por las buenas, por las malas y echarle de mi casa no era suficiente para que me dejase en paz. Sonreí momentáneamente para que bajase la guardia y le empuje dentro de un armario. Cerré la puerta tras nosotros.

-¿Qué crees que estás haciendo? –pregunte soltando su mano de un tirón-. Te he dicho que no quiero nada contigo, dudo que sea tan difícil de entender.

-Y yo dudo que sea difícil de entender lo que te dije. No voy a rendirme tan fácilmente, deberías de haberte dado cuenta ya –contradije yo. Me daban ganas de zarandearlo y quizás de golpearlo, suavemente.

-Mira Sehun. ¿Sabes por qué no me importo escuchar de la boca de Tiarn que iba a casarse contigo? Soy su padre, tendría que haberme enfadado contigo o algo ¿no crees? –asintió aunque no pareciese que estuviese de acuerdo con lo que yo decía-. Le he enseñado que lo que es suyo es suyo y de nadie más. Que si de verdad quiere algo lo proteja y no lo deje caer en manos de otra persona. ¿Entiendes? Tiarn ve que eres suyo, no dejara que te acerques a mí en ese sentido.

En vez de tomárselo a mal pareció que se lo tomo a bien pues sonrió con cierto recochineo a lo que yo le decía.

-¿Crees que una niña me va a detener? No me malinterpretes gege, adoro a tu hija y jamás haría algo que le pudiera dañar. Pero mis nuevos padres me han enseñado lo mismo que tu a ella y…

-Yo no soy tuyo –interrumpí sus palabras-. Metete eso en la cabeza Sehun. Si  te das por vencido podríamos ser incluso amigos, pero no llegaremos a ser nada más.

No le vi venir. Acaricio mi nuca con sus dedos con suavidad antes de volver a besarme. No fue un beso lleno de deseos como el que me había dado en casa, si no uno más suave, como si intentase transmitir algo con él. Debía de admitir que este segundo me había gustado más no era tan… no. No me había gustado. Tenía que quitarme esos pensamientos de la cabeza.

-No eres mío –parecía que al menos si se daba cuenta de ello-, pero porque llevamos mucho tiempo sin vernos. Si no te hubieras ido, o si me hubieses llevado conmigo todo sería diferente –susurro prácticamente sobre mis labios. Sus dedos aun seguían acariciando mi nuca, enredándose lentamente con mi cabello-. No me importa que sea difícil, yo no te lo puse en bandeja. Pero… -se mordió el labio lentamente mientras inspeccionaba mi rostro.

Se acerco nuevamente a mis labios, pero aparte la cara y le empuje con la palma de mi mano. Aun así no paro y dejo un ligero beso en mi mejilla. Cerré los ojos algo cansado, había tenido que madrugar y vaya recibimiento que estaba teniendo en la empresa.

-El viernes que viene tengo una comida de familia –comenzó a hablar. ¿Por qué me lo contaba? ¿Qué pretendía?-. ¿Podría llevar a Tiarn? –aquella pregunta me molesto sin saber exactamente por qué. ¿Ahora pasaba de mi para encariñarse ahora con mi hija?-. Se sentirá como una princesa –aseguro-, y quiero enseñarle una cosa.

Separe nuestros cuerpos por completo, dejando un espacio medio entre los dos para que no me pudiese atosigar. Iba a estar muy alerta por si se le ocurría nuevamente echarse encima mío como si fuese un animal en celo.

-Puedes llevarla si quieres –acepte después de pensármelo bien. Que yo no quisiera saber nada de él no significaba que la pequeña tuviese que perder una persona a la que le tenía un cariño inexplicable-. Pero si la traes tarde que haya cenado ya. Nada de gominolas, o no la podrás controlar y…  más te vale devolvérmela entera.

Mi tono de voz sonó muy autoritario pero me parecía lo normal. Dejar a mi hija con otra persona hacia que me preocupase por ella continuamente. Luego pensaba que si la había podido cuidar cuando era un bebé no iba a tener ningún problema ahora.

Al fin y al cabo Tiarn se había vuelto una niña obediente y buena, cuando quería. A veces se le cruzaban los cables y decidía no hacer caso a nadie, solo a Deokshim. Pero aun entonces si tenias paciencia no era difícil de hacerla entrar en razón.

-Sehun… -dude en hablar o no-. Necesito un niñero para Tiarn y…

-Claro, puedes contar conmigo –me corto al saber lo que le iba a pedir-. Ahora mismo solo tengo las prácticas y no son muy difíciles o sea que puedo encargarme de ella.

-Pero te aviso que no quiero que te acerques a mí –me puse serio-, como vuelvas a lanzarte así sobre mi te denunciare por acoso. Te lo aviso.

Escuche como se reía de manera burlona a lo que yo había dicho. ¿Acaso le parecía gracioso?

-Ya veremos si eres capaz de hacerlo gege.