Luminescent II Parte 43

Incluso el frío reconforta (Sehun).

Tanto Junmyeon como Soojeong cuando querían podían ser muy pesados. Por pura casualidad me había encontrado con ellos en el parque en el que había acabado sin querer y hasta que vieron sonreír un poco no se quisieron ir. Agradecía la compañía que me habían dado durante esos cortos minutos pero quería estar solo.

Había intentado acudir a la cita que tenía preparada con Luhan desde hacia tiempo pero me había sido imposible. El solo pensar que iba a pasar el resto de la noche con los que había provocado la muerte de mis padres era aterrador. Pensaba que lo había superado pero está claro que es algo difícil de perdonar.

Que hubiese perdonado a Luhan no significaba que hubiese perdonado a los demás. En parte Minseok me parecía una bellísima persona y no me importaría seguir teniendo relación con él pero con los demás era diferente. Además de que no los conocía mucho cada vez que los veía no podía evitar imaginarme sus manos manchadas de sangre. La sangre de mis padres. ¿Cómo iba a poder pasar un buen rato con ellos?

Escuche pasos que se acercaban. Volvían a ser esa pareja estúpida que parecían más bien mis padres antes que mis amigos en ese momento.

-Ya os he dicho que estoy… -pero al alzar la mirada me encontré con Luhan y Tiarn delante de mí.

-Sorpresa –sonrió como si estuviese reprimiendo una alegría mayor de la que tenía.

-Ho-hola –no pude evitar imitar su gesto al sentirme realmente feliz por dentro. Había venido a buscarme. No tenía ni idea de cómo había conseguido encontrarme pero había dejado a sus amigos para venir conmigo y eso me provocaba euforia dentro de mí.

Tiarn estaba adormilada y se frotaba los ojos continuamente casi cayendo al suelo cuando se despistaba, desconcentrándose de seguir despierta.

-Ven Tiarn –le ofrecí abriendo los brazos para que se colocase entre ellos y mi cuerpo y así entrase en calor. Sin dudarlo ella obedeció, pero creo que estaba tan dormida que no sabía lo que estaba haciendo. La acurruque con cuidado y en seguida sentí como se iba quedando dormida-. ¿Qué hacéis aquí? –pregunte con curiosidad mientras alzaba la vista hacia Luhan.

Él, con tranquilidad, se sentó a mi lado, posando sus manos sobre una que tenía más o menos libre.

-Quería pedirte disculpas por haber sido un egoísta -¿Egoísta? ¿Ahora se le llamaba egoísta a la persona que te busca en medio de la noche por toda la ciudad para verte?-. No sé porque no se me ocurrió pensar en que tú no querrías pasar la noche en mi casa cuando hace años paso lo que paso. Yo solo quería… -se le veía agobiado con lo que estaba diciendo. Se sentía mal e incomodo o sea que pose mis labios sobre los suyos para acallarlo.

-No te preocupes, todo está bien –sonreí bobamente para reconfortarlo. Me miró a los ojos, con ellos bien abiertos como si no entendiese nada-. Que hayas venido conmigo teniendo en cuenta la tradición tan grande que es para ti celebrar el año nuevo chino con ellos es… -no tenía palabras para describirlo-. Gracias, lo necesitaba.

Como si leyese mi mente, agarro mis mejillas con sus manos desnudas y me obligo a acercarme más a él, fundiéndonos en un simple beso. Durante el tiempo que llevaba allí en el parque había tenido la carencia del afecto. Incluso si Soojeong me había abrazado para despedirse, el contacto que me proporcionaba ella no era nada comparando con el que me proporcionaba Luhan. Tan cálido y dulce.

-Aun no hemos cenado nada –me informó-. ¿Quieres cenar con nosotros dos? –volvimos a besarnos una vez más.

-Claro, aunque parece que Tiarn no va a ser capaz de degustar nada –reí por lo bajo mientras la señalaba con la mirada.

Se había quedado completamente dormida. Hecha una pequeña bola (manchando con sus botas de invierno mi abrigo) cómoda y caliente, tal y como había esperado que estuviese.

-En cuanto huela un poco de comida despertara, siempre lo hace –aseguro mientras acariciaba el castaño pelo de su hija-. Tiene el sentido del olfato demasiado desarrollado si se trata de comida al menos. Además… -y antes de seguir hablando volvimos a besarnos una vez más cuando nuestras miradas se cruzaron, sin poder evitarlo.

-Appa… -entre mis brazos Tiarn se revolvió un poco-. ¿Appa es el hombre que le gusta a plebeyo pálido Sehun? –aunque no creo que después vaya a recordar mi respuesta lo correcto es responderle ¿no?

-Así es. Appa es el hombre de quien te hable el otro día –para observar mejor a su hija Luhan apoyo su cabeza sobre la mía haciéndonos parecer unos curiosos sobre qué era lo que tenia abajo.

-Entonces ¿tú eres mi Omma? –Luhan suelta una larga carcajada antes de recibir un pequeño golpe por mi parte. ¿Por qué Omma? ¿No puedo ser yo también Appa?

-Así es cariño –le responde él-. En todos los sentidos además –se separa de mí antes de que lo pueda volver a golpear. Sabe perfectamente lo duro que es para mí ser la mujer de la relación pero aun así prefiere tomárselo a broma antes que de manera seria.

-En ciertos momentos te odio. De verdad –me muerdo el labio inferior para no ladrarle o algo parecido. Tampoco es que quiera perturbar la tranquilidad en la que estábamos sumidos, aunque ya no haya tanta.

-Tú eres incapaz de odiarme Lee Sehun –sonríe él acercándose otra vez y besándome la frente-. Además, ahora somos una pequeña familia ¿no? ¿Qué hay de malo?

Y la verdad es que no hay nada de malo. Aunque seamos una familia extraña somos una familia genial, muy unida me atrevería a decir y todo.