[EXOTP] Ambrosia Parte 4

Otro nuevo día más en la cárcel. Últimamente los presos estaban muy revolucionados, puede que fuese por el buen tiempo que hacia últimamente. Siempre se había dicho que el buen tiempo tenía la capacidad de volver a las personas más alegres y más movidas. Y es que aunque a Jongin el calor siempre le había dado ganas de dormir le era prácticamente imposible ya que no había momento en el que Chanyeol no hiciese ruido o parara de moverse. Al acudir a la biblioteca Sehun le prohibía siempre dormirse encima de los libros, aunque pareciese que el menor tenía aun más ganas de hacerlo que él mismo.

-Si nos portamos bien mañana podremos ir de excursión –pronuncio en un tono altivo el chico alto sin poder disimular la emoción. Y no era para menos que aquello le emocionase. Pocas veces se les permitía a los reclusos hacer excursiones en grupo. Lo más importante era que presos como Tao o como Kris no iban a poder ir, ya que era problemáticos y por lo tanto acabaría siendo un día de lo más tranquilo-. Quiero poder correr y… ¡Seguro que Baekhyun vendrá con nosotros! –se emociono más aun-. Si viene seguro que jugara un rato con nosotros y…

¿Jugar con nosotros? Jongin podía comprobar entonces porque Chanyeol tenía aquella fama de infantil para sí mismo. Entre que absolutamente TODO le emocionaba y TODO le daba ganas de jugar. Era imposible ver a una persona adulta en vez de a él.

-Tsh… Tsh… -los llamo alguien al otro lado de la verja. Chanyeol fue el primero en mirar, pues aquella emoción se había convertido en ganas de moverse y era capaz de hacerlo muy rápido. Corrió, casi saltando, a la verja para atender a Baekhyun el cual lo miraba sonriendo mostrando su felicidad también-. Mañana si que iré a supervisaros –le informo ensanchando su sonrisa-, pero no podremos jugar juntos ya que si lo hacemos a mí se me caerá el pelo.

Ambos dejaron salir un gemido de sus bocas, él del alto más grave que él de su amigo. Aun así, esa pequeña desmotivación no fue suficiente para que volviesen a hablar juntos. ¿Tanto tenían que contarse? Se veían todos los días durante muchas horas. ¿Qué podía pasar de noche cuando ambos estaban dormidos para tener cosas de las que hablar en una cárcel en la que tenían todo controlado? Por muy bueno que fuese Baekhyun a veces Jongin odiaba el hecho de que trabajase allí ya que el comportamiento que tenían ellos dos delante de él le enfada sin poder evitarlo.

-Hoy no puedo quedarme a hablar mucho, tengo que ir a la enfermería –Chanyeol frunció el ceño ante las palabras del guardia. Normalmente no solía ir a la enfermería sin una buena razón o si no era para visitar a Junmyeon (y Chanyeol esta razón no la contaba como una buena razón ya que no le agradaba que Baekhyun se lo pasase mejor con otra persona que con él). Baekhyun miro hacia los lados y al ver que no había nadie a la vista o mirando hacia el lugar al menos se levanto la camisa del uniforme un poco por el costado y le enseño un inmenso moretón que tenia sobre las costillas-. Creo que me he roto algo, además del moratón claro.

-No tiene buena pinta –el menor tuvo que aguantarse las ganas de tocarle aquella zona ya que sabía que si lo hacía le iba a crear un gran dolor-. ¿Cómo te lo has hecho?

-Fue algo estúpido la verdad –Baekhyun soltó una pequeña risa sin poder evitarlo-. Estaba acompañando a Kris y a Tao a sus celdas cuando Kris tropezó y sin querer me empujo a mi contra las barras –explico intentando hacer un poco de mímica aunque eso provocase más dolor-. Al pobre casi lo cuelgan pensando que lo había hecho queriendo –volvió a reír.

Chanyeol esbozó una sonrisa por el simple hecho de no querer preocupar mucho a su amigo. Seguro que viviría más seguro pensando que Kris había tropezado y que había sido todo un accidente, nada más, en vez de saber que por su culpa el mayor la había pillado con él.

-Luego hablamos ¿sí? –Baekhyun acaricio la mejilla de Chanyeol suavemente-. No te preocupes por mi –sonrió dulcemente al ver la triste cara de su amigo-, seguro que Junmyeon-Hyung hace un buen trabajo y que acabara por no dolerme nada de nada.

El menor intento sonreír abiertamente. No consiguió hacerlo de una manera muy natural ya que se sentía incapaz de hacerlo, pero al menos lo intento. Baekhyun feliz de verle sonreír un poco se despidió y siguió su camino hacia la enfermería donde le esperaba su buen amigo.

Enfadado consigo mismo y con el mundo, igual incluso un poco con el bajito por no darse cuenta de lo que era obvio, pego una fuerte patada a la pared. Tenía que deshacerse de aquella rabia interna que tenía si no quería explotar. Aunque visto de otra manera ya había explotado al pegar la piedra. Después de un par de segundos se arrepintió de haberlo hecho pues dolía lo que no estaba escrito.

En silencio Jongin lo observaba. No se había enterado bien de qué era lo que le había hecho enfadar y por lo cual no podía darle consuelo. Se incorporo en su propia cama y camino hasta el chico grande con el que compartía celda. Posó su mano sobre su hombro, esperando poder tranquilizarlo aunque fuese solo un poco.

Y en medida lo consiguió. Chanyeol respiro con paciencia varias veces. Se dio la vuelta y miro de soslayo a Kai. Asintió a la nada y después de darle un par de palmadas en la espalda se dirigió a su cama. Dejándose caer sobre esta como un peso muerto después de haber subido las pequeñas escaleras que tenía que subir. Intento concentrarse en lo que le esperaba fuera: su familia, sus amigos… Tenía que pensar en cosas que le pusiesen de buen humor y en lo que le daba fuerza día a día para seguir adelante.

-La cárcel es una mierda –se dijo para sí mismo. Se dejo caer en el pesimismo.

Su mal humor perduro la mayoría del tiempo. A veces se olvidaba de que estaba enfadado pero al rato se acordaba y se cabreaba aun más. Jongin había desaparecido otra vez, como siempre. Y eso le enfadaba aun más. Sabia, o pretendía saber, que Jongin no era culpable de los caprichos de Zitao y que Kris fuese un lameculos. Porque era eso precisamente. Podía dar todo el miedo que quisiese al resto de presos, pero si Tao no estuviese en la cárcel él no sería más que otro de los invisibles.

Para rematar su día, se encontró con el dúo que en ese momento más odiaba. Tao lo ignoro prácticamente por completo, al contrario que Yifan, este le dedico una irónica sonrisa, de esas que se le daba tan bien esbozar, y un saludo gesticulado en forma de burla. Chanyeol sabía bien a qué se refería: intentaba aparentar que él podía hacerlo todo y que tenía control sobre todo lo que le rodeaba. Aun así, si su gran amigo y compañero se llegaba a enterar de que había agredido a Baekhyun queriendo no sería capaz de sonreír tan feliz. Al joven no se le había pasado por alto el fetiche que tenía el moreno con el guardia.

En parte podía comprender ese porqué, y por dentro le hacía rabiar ya que desde su punto de vista Baekhyun era suyo. Él era el preso favorito del mayor y eso no iba a cambiar nunca. Estaba claro que el bajo jamás tenía que haber aceptado aquel trabajo.

-No vuelvas a tocar a Baekhyun –Chanyeol había empotrado a Kris contra la pared. Desde que había sabido de la agresión había intentando tramar un plan para que este pagara las consecuencias pero se había dejado llevar por sus instintos primarios.

Acabarían por castigarle, pero le daba igual. El simple hecho de tener que proteger a su amigo era más importante que un simple castigo de la cárcel. ¿Qué le iban a hacer? Como mucho lo aislarían de los demás, y de esta manera estaría lejos de lo peligroso: Kris y Tao.

-¿Recuerdas ese trato que hicimos hace tiempo? ¿El de yo te consigo cosas y a cambio tú y Tao no os metíais con los míos? Debí de haberlo roto en el momento en que tú amo toco a Jongin –le propino un puñetazo en la mandíbula sin pensárselo.

Estaba claro que Yifan no se iba a quedar quieto, y de ahí empezó la pelea que siguió hasta que los guardias pudieron separarlos. Era la primera vez que Chanyeol provocaba un problema y tampoco sabía bien que iba a ser de él, pero esperaba que Kris fuese a tener el mismo o peor castigo. Se lo merecía, por cabrón.

-¿Qué hiciste tu para acabar aquí, Sehun? –le pregunto el mayor curioso. Jamás se lo había preguntado ya que no quería obligarlo a hacerlo. El sabia ya que había matado a su padre, incluso se había justificado contándole sus razones (otra cosa es que a él le valiesen o no). Aun así el menor jamás le había contado el porqué se encontraba en la cárcel.

No parecía ser un mal chico y dudaba que hubiese hecho algo realmente malvado. Siempre parecía estar medio dormido o distraído. Incluso llegaba a parecer que había fumado algo, pero eso era imposible y menos teniendo en cuenta que se pasaba todo el día en la biblioteca y que Luhan, un guardia, iba a visitarle cada dos por tres. Había visto ya un par de veces a Baekhyun por ahí y siempre le preguntaba donde estaba Chanyeol, sorprendido de no ver a los dos compañeros juntos.

-Un amigo y yo intentamos atracar un banco –explico de manera simple-. No salió bien, nos pillaron y nos metieron en la cárcel.

-Y ¿dónde está él? –Sehun lo miro repentinamente, como si aquella pregunta le hubiese molestado-. Quiero decir: os metieron a los dos en la cárcel ¿verdad? Lo lógico sería permanecer juntos para que la estancia aquí fuese la más amena posible.

-Tenemos diferentes maneras de pasar nuestra estancia aquí –repuso-. A mí me gusta pasar desapercibido, no llamar la atención y vivir tranquilo y él prefiere relacionarse con la gente. Aunque no creo que le valga de algo en vida –frunció el ceño preocupado por su amigo-. Seguimos llevándonos muy bien, cada vez que coincidimos en alguna parte todo es como si no hubiese pasado nada de nada. Cuando éramos pequeños siempre cuido de mi, tiene una especie de síndrome que le hace creer que es mi hermano mayor –bromeo mientras sonreía.

Jongin ojeo más a fondo la revista que tenía delante, había estado leyendo un artículo sobre un lago rosa que había en Australia y porque era así (aunque no le había quedado claro), se había aburrido de leer sobre ello y había decidido comenzar una conversación. Algo bastante raro en él ya que siempre era una persona callada y tranquila, pero personas como Naesang y Sehun le hacían sentirse a gusto. Le eran familiares.

-Tiene pinta de ser un kamikaze –opino por su propio pie haciendo que Sehun soltase una pequeña risa y luego asintiese ante lo que había dicho, parecía estar de acuerdo con ello aunque de que hablasen fuese de su propio amigo. Aquello le agrado a Jongin; Sehun no era el tipo de persona que se dedicaba a juzgar a la gente por unas cuantas palabras, simplemente respetaba todo lo que se le ponía de por medio.

Era difícil pensar que había acabado en la cárcel y en cierto modo le recordaba al estúpido de Chanyeol. Pero tampoco le iba a decir que le recordaba a su compañero de celda, de ese que le había contado tantas cosas extrañas. No sabía cómo se lo iba a tomar, pero tampoco quería dar un paso en falso para una amistad tranquila que tenia dentro de aquel lugar. Incluso le había hablado a Naesang del lugar para que él también se pasase por allí y pudiese andar más tranquilo. Él le había respondido que normalmente solía estar en la biblioteca y que cuando salía tenía sus propios trucos para que no viesen donde se encontraba.

Ambos se quedaron en silencio mientras seguían leyendo o simplemente pensando que se encontraban en algún lugar diferente al de ahora. El silencio se agradecía.

-Mañana en vez de venir aquí a leer y pasar el tiempo tengo intenciones de pasarme por la sala de arte. ¿Quieres venir? –le ofreció después de unos largos minutos de silencio-. No es tan silencioso como este lugar pero es divertido y la gente que suele ir allí es muy interesante y normal.

Jongin se lo pensó bien antes de responder, ya que le parecía que tenía algo importante que hacer.

-Lo siento, mañana es mi juicio  final y no voy a poder ir –Sehun le miro con sorpresa-. Mi abogado tiene muchas esperanzas puestas en que me dejaran salir de aquí dentro de poco. No debería de tener esperanzas de ello ya que si luego pasa todo lo contrario me vendré abajo.

-Supongo que te dejaran salir, aunque te pondrán algún otro castigo. Mataste a alguien pero salvaste tu vida y la de tu madre, tienen que tener eso en cuenta. Además, el caso no ha sido televisado o sea que no tienes a grandes multitudes en tu contra –sonrió como si fuese un perro fiel.

-¿Has aprendido ese tipo de cosas aquí en la cárcel? –pregunto con curiosidad.

-En parte. Otra gran parte la aprendí del juicio –hizo una pequeña pausa para pasar a la siguiente hoja-. Tengo cara de tonto y de no enterarme de las cosas pero cuando la gente menos se lo espera estoy poniendo atención. El abogado que teníamos Chanyeol y yo…

-Espera –cortó repentinamente el mayor de los dos-. ¿Chanyeol? ¿Un chico algo que siempre parece estar en su propio mundo y que se lo pasa como si estuviese en un parque de atracciones? –Sehun asintió ante la evidencia-. Pensaba que le habían metido en la cárcel por tráfico de drogas… -murmuro avergonzado por saber tan poco de su compañero de piso.

-Ese rumor se extendió muy rápido por lo bien que se le da hacer trapicheos –comenzó con otra explicación más-. La verdad es que no es del todo mentira, ya que cuando estábamos fuera alguna vez llego a hacerlo –se encogió de hombros-, pero jamás le pillaron con las manos en la masa. No como en el atraco. Los dos venimos de familias muy pobres y necesitábamos el dinero para que no desahuciaran a mi familia –bajo la mirada haciendo ver lo difícil que había sido para él tomar la decisión de delinquir de esa manera para poder salvar a su familia-. Nos pillaron, pero en el juicio se declaro que lo hicimos –volvió otra vez a la explicación del principio- para salvaguardar un bien mayor, o sea que nos cayó bastante poco para lo que habíamos hecho. Además, a Chanyeol no se le ocurrió otra cosa que pintar dos pistolas de agua de negro para que pareciesen de verdad –rió ante lo inevitable aunque a Jongin no le pareciese tan gracioso-. Era imposible que no nos cogiesen ahora que lo pienso bien –siguió sonriendo como si en realidad hubiese sido una anécdota de un día de paseo al lado del río.

Kai pensó que aquellos dos chicos estaban locos, pero luego se dio cuenta de que no les quedaba mayor alternativa que hacer una tontería suicida para salvar a sus familias. Porque según lo que había entendido un familiar de Chanyeol estaba muy enfermo también. Al fin y al cabo el había hecho algo parecido ¿no? Matar a su propio padre no era una buena opción, pero había tenido que llegar hasta tal extremo para que él y su madre pudiesen sobrevivir.

Y aunque a veces se arrepintiese de lo que le había hecho, no podía evitar pensar que si no lo hubiese hecho seria él al que tenían que haber enterrado. Y aun así no pasaba un solo día sin el que se viese a sí mismo con las manos llenas de sangre, lamentándose por haber acabado con una vida humana. Intentaba no pensar mucho en ello porque sabía que si seguía haciéndolo se volvería loco. Pero es que había acabado con una vida humana, y aunque se pueda decir muy fácilmente sufrir el tormento no es tan sencillo.

-¿Tú familia está ahora a salvo? –preguntó lleno de curiosidad.

-Viven con la madre de Chanyeol –se mordió el labio inferior-. No logramos el dinero para que no nos echasen de la casa o sea que no les quedo otra que juntarse e intentar seguir adelante. Es por esta razón que no tengo ninguna prisa de salir de aquí. Cuando salga no tendré hogar al que ir, la señora Park ya tiene suficiente con cuidar de tantas personas como para tener que dar techo a otra persona más. Por eso no comprendo que prisa tiene Chanyeol en salir de aquí… -suspiro profundamente-. Cuando salga de aquí no tendrá a donde ir…

Con intenciones de animarlo paso su mano por la espalda de su compañero. No estaba seguro de que debía decirle. Comprendía sus razones para no querer tomarse mucha prisa a la hora de salir, pero tampoco sería bueno para él quedarse mucho tiempo allí. Siendo claros: la cárcel no es lugar para ninguna persona ya que aunque las intenciones de crearlas sean buenas muchas veces pueden ser malas y cruciales para los presos que se encuentran dentro.

-Siempre puedes venir a mi casa –le ofreció-. No tengo una habitación para ti, pero si una cama muy cómoda –sonrió esperando ver la misma sonrisa en él.

Sehun lo miro con curiosidad e impresión. Ya sabía que el moreno no le consideraba alguien peligroso, un poco difícil ya que además de tranquilo era muy conformista con algunas cosas.

-¿Nadie te ha dicho que no debes de meter delincuentes en tu casa? –sonrío abiertamente al hablar.