[Hunhan] Luminescent Parte 10




Dormido en el sofá (Luhan).



La casa estaba bastante tibia cuando llegue. Estire el cuello torciéndolo hacia los lados y me saque  deje caer el abrigo que llevaba al suelo, junto a los zapatos de los cuales me había desprendido ya. Estaba agotado y con el cuerpo dolido pues la clienta de aquella noche se había dedicado a pedirme posturas de lo más extrañas. Era una habitual y pagaba en efectivo, había cierta confianza y complicidad y hasta aquella noche se me había hecho agradable satisfacerla. Pero hoy no era el caso.

Camine por la casa aun estirando mi cuerpo en todas las direcciones, parando en la sala al ver la luz del televisor encendido a aquellas horas. Me encontré al pequeño tirado sobre el sofá, dormido y con la boca medio abierta, mientras una manta le cubría el cuerpo entero para que no le entrara frío. Encendí una pequeña lámpara de luz tenue y apague la televisión sin hacer ningún ruido.

Me volví hacia él, lo mire y suspire. ¿En serio pensaba irse de fiesta? Si el pobre estaba tan agotado que no había logrado quedarse despierto hasta las cuatro de la mañana. Apoye mi mano sobre su hombro y lo zarandee varias veces.

-Sehun… Sehun… Levanta y ve a la habitación de invitados si quieres. Como sigas durmiendo aquí te va a doler la espalda mañana.

-N-no… -murmuro por lo bajo golpeando mi brazo para que dejara de zarandearlo y despertarlo.

-Sehun… -esta vez agarre la manta y tire de ella. El la agarro con poca fuerza de lo cansado que estaba y se la acabe tirando de un tirón. Ojala no lo hubiese hecho.

La sorpresa inundo toda mi mente. El pequeño Sehun tenía todo el cuerpo marcado con pequeño y grandes moretones por todos los lados. Llevaba una camiseta de manga corta y dejaba ver sus brazos llenos de ellos por todas partes, incluso pequeñas heridas y raspaduras. La misma camiseta que dejaba ver un poco de la carne de su estomago dejaba entrever también el mismo tipo de herida que tenía en los brazos.

Me lleve la mano a la boca horrorizado.

-Gege... –murmuro cogiendo la manta de mis manos y taparse con ella para no sentir el frío del ambiente. Deje que lo hiciera y me senté en el sofá junto a él. Aparte el cacho de manta que tapaba uno de sus brazos y con mis finos dedos roce con cuidado, como si fuese Tiarn, cada recoveco. Note como se estremecía y fijaba su dormida mirada en mí, aunque tuviese los ojos cerrados-. ¿Pasa algo? Tiarn hace tiempo que se dormido… -pronuncio con cierta pereza en cada una de sus palabras.

-¿Quién te ha hecho esto? –pregunte sin alzar la voz. Como por arte de magia, dio un brinco sobre sí mismo y se deshizo del pequeño agarre al que sometía su brazo tapándose bajo la manta.

-Na-nadie –negó con la cabeza con gran ímpetu-. M-mi cuerpo e-es débil y me suelen salir cuando me golpeo contra las cosas.

-No mientas –arranque la manta de sus desnudas manos y me tire sobre él-. No eres el tipo de chico que se auto infringe año –negué sin separarme un centímetro de él.

-T…tú no sabes nada –empujo mis hombros para que me separase de él sin conseguir nada ya que tenía las manos aferradas con fuerza al cojín del sofá.

-Tan solo dime quien te lo ha hecho –ordene con cierta fiereza.

-¡Señorito Luhan! –volvió a empujarme, con más fuerza esta vez, intentando separarme de él tanto por la fuerza como verbalmente. Me deje llevar por el instinto y lo agarre de una de las manos con las que me empujaba, posando mis labios sobre su moratón más cercano, besándolo.
Pronuncio una mueca y se azoro pero no se quejo ni intento detener mi acto. Ignore lo cansado que debíamos de estar los dos y repetí varias veces mis besos por su brazo mientras Sehun pronunciaba poco coherentes “Señorito Luhan…” “No…”. Pero su cuerpo seguía sin negarse cuando apreté mis labios contra los suyos.

Si bien era cierto que al principio se negó a abrir la boca tan solo un milímetro acabo haciéndolo, dejándose llevar por mi lengua y lo que yo le fuese a hacer. Lo agarre del cuello obligándolo a que se tumbara sobre el sofá al completo. Se batió durante unos segundos con mis manos pero acabo por posar sus manos sobre la hebilla de mi cinturón, quitándomelo. Abrí mis ojos y pude ver como él los cerraba con fuerza como si no se creyese lo que estaba a punto de hacer.

Agarro mi miembro con demasiada fuerza, haciéndome daño. Solté un pequeño quejido separando mis labios de los suyos al hacerlo para no morderle a él.

-Lo-lo siento… -murmuro agachando la cabeza y me la soltaba. Negué con la cabeza, agarre su mano y le obligue a que me la volviera a agarrar una vez más.

-Quiero que me toques –susurre sobre su oreja-. Quiero que me hagas gemir.

Aflojo un tanto el agarre al que me sometía pero note como movía la cabeza asintiendo. Ahora mismo debía de estar de un rojo tan intenso que debía de correr el riesgo de salirse de la escala de los colores. Tardo un tanto en comenzar a masturbarme, de manera tímida, pero sus finos y fríos dedos pudieron recorrer mi extremidad con suma facilidad.

Pase rápidamente por su cuello para no dejar ninguna marca que quedara visible, dejando una donde comenzaba la camiseta que llevaba. Normalmente no me solía controlar pero no quería que meterlo en cierto problema porque sus amigo sabían que iba a pasar la noche en mi casa, “trabajando”. Le quite la ropa que le quedaba con ansia bajo la mirada que me echaba sin parar. Solo tuve que agarrársela firmemente para que su pene reaccionara y se volviera duro y erecto.

-Espera –aparte su cuerpo del mío y salí de la sala corriendo desnudo (con una mano en mi miembro para que no diese votes y me hiciese daño). No tarde en volver con un bote de lubricante ya medio vacío. El pequeño ni se entero de que había vuelto hasta que eche un chorro del frío material sobre su entrepierna, volviéndola sumamente resbaladiza-. Hoy no tengo la suficiente saliva como para lubricarte entero –le explique observando cómo se tapaba su gran pene con las manos avergonzado aunque aun pudiese seguir viendo la mayoría.

-Esta vez no me cobraras ¿verdad? –note su pequeña evasión del tema, intentaba no parecer nervioso, como si fuese alguien experimentado, pero se veía a la legua que lo estaba.

-No, esta vez te lo dejare gratis por ser tú.

Pase mi pierna alrededor de su cuerpo, posicionándome una vez más encima de él,  tanteando mi agujero del ano para que se dilatara tanto como lo necesitaba.

-Hoy, hoy será la última vez que lo hagamos así –le prometí llamando su atención-. La siguiente vez… será algo nuevo, te lo prometo.

Volví a tirarme sobre él, dejando que mi boca y la suya chocasen con furia, haciéndome daño en los dientes, pero daba igual. Poco tardo en despertar de su sumisión ya que me agarro de las piernas y se giro, dejando que esta vez fuese yo quien tuviese la espalda sobre el sofá.

-Hyung yo… yo… -agacho la cabeza mirando mi cuerpo se unto dos dedos en el las sobras de lubricante que tenia y lo metió dentro de mi ano. Pegue un pequeño bote de la impresión que me dio su disposición. ¿No acababa pues de penetrarme el solo por su cuenta con su propio dedo? Movió los dedos dentro de mí, hacia los lados, provocando que mi agujero se dilatara de verdad. Gemí girando la cabeza hacia un lado de lo que me había excitado tomando la iniciativa. Hacia tanto tiempo que un chico no me preparaba para el sexo que lo añoraba. La totalidad de mis clientes masculinos pensaban que por mi condición de puto debía de estar ya de lo más abierto-. Me he informado de esto también.

Saco sus dedos de dentro de mí y después de intentar penetra varias veces en el lugar equivocado acabo por entrar dentro de mí de una manera lenta y suave. Apoyo sus manos a cada lado de mi cuerpo y empujo hasta el fondo para ver cuán lejos podía llegar. Una vez encontró el tope se echo hacia atrás y volvió a envestirme de la misma manera.

No fue hasta la decima o decimoprimera envestida que cambio el ritmo volviéndolo más fuerte y exagerado. Era la primera vez que daba (a no ser que se hubiese acostado con otra persona aquella semana, pero era algo que dudaba profundamente) y le costó pillar su ritmo adecuado, el cual fue un poco inestable pero consiguió que tanto él como yo llegásemos hasta nuestro punto.

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