[Hunhan] Luminescent Parte 17

Una casa en común (Luhan).

Era lunes y Sehun estaba en casa, dándole el biberón a Tiarn en una esquina mientras yo me dedicaba a teclear en mi ordenador sin mucho interés en lo que estaba haciendo. Cada dos por tres suspiraba desganado, levantaba la mirada del portátil y me fijaba en los dos. Era tierno verlo. Sehun agarraba a mi sobrina con suma delicadeza pero con la cabeza bien afianzada en su brazo y dejaba caer en un ángulo casi perfecto el biberón sobre su boca mientras ponía caras extrañas (como siempre) y Tiarn levantaba las manos para intentar coger el biberón, sin lograrlo.

Ríe con suavidad para no molestar en el ambiente que se había creado en la cocina de mi casa. Era agradable la tranquilidad que se respiraba hoy comparando con los gritos que hubo apenas unas noches atrás. Me pase la mano por la frete y sonreí.

-Ayer hable con tus padres.

Sehun se giro de repente para mirarme fijamente, sin llegar a alterarse y molestar a la niña. Vi como tragaba saliva, deseoso de comenzar a preguntar. Incline la cabeza indicándole así que podía comenzar a hablar y preguntar aunque supiese que en realidad le daba igual.

-¿Cómo sabes quienes son mis padres? –pregunto haciendo su ceceo más pronunciado.

-Yixing me dijo el otro día que fue a hacer una encuesta a tu casa –conteste con tranquilidad-. Le pareció curioso encontrarte ahí y me lo dijo, o sea que aproveche para ir a hablar con ellos sobre ciertas cosas.

-¿¡De que has hablado con ellos!? ¡No les gusta que venga a trabajar aquí! ¿Sabes?

Mi semblante se volvió serio ya que habíamos comenzado a hablar sobre cosas serias nuevamente.

-Les dije que quería que te quedases aquí durante el medio de la semana para que pudieras trabajar más tranquilo y no tener que volver a casa a altas horas de la noche. Que sepas que comprendieron bien lo que les dije.

-Pe-pero… ¡No puedes hacer esas cosas sin consultármelo a mí antes! –exclamo sobresaltando a Tiarn que dejo de tomar el biberón y se puso a llorar. Me levante a cogerla para que se tranquilizase ya que el que estaba nervioso era él, pero se negó a devolvérmela, se levanto, se dio la vuelta y me ignoro.

-No pensé en eso pero… no lo hice con ninguna mala intención –torcí el morro agarrándolo del hombro obligándolo a que se diese la vuelta para mirarme-. No es algo así como que vayas a mudarte aquí –seguí explicando-. Solo es mientras trabajes aquí.

-Ya… y ¿eso acaso no va a ser toda mi juventud?

Últimamente me parecía adorable cuando Sehun discutía conmigo ya que siempre utilizaba unos argumentos un tanto estúpidos y poco oportunistas, pero se estaba acostumbrando demasiado bien a discutir conmigo y, puede que lo hiciese queriendo o no, comenzaba a rebatir mis argumentos con sendas frases a las que no le faltaban nada de razón. Definitivamente el juntarse con alguien más maduro que él y con una niña que necesitaba cuidados continuos estaba haciendo que se volviese más listo o al menos más ágil de mente. Fuese lo que fuese estaba cambiando al inocente y bobalicón chico que yo había conocido anteriormente.

-Seguirás yendo a casa de tus padres, iras a clase y solo tendremos la misma relación que tenemos por la tarde. Dormirás en la habitación de invitados y…

-Y ¿si viene uno de tus amigos a dormir? Y ¿si yo quiero traer a alguien?

Vale, ya volvía a poner argumentos estúpidos. ¿El traer a alguien? ¡Venga ya! Si hacia unas  cuantas semanas era virgen y el ser que le ponía era yo era poco probable que lo fuese a hacer. Pero si a él le hacía ilusión pensarlo pues…

-Si viene un amigo tuyo lo puedes meter en tu habitación tranquilamente, hay colchones en el trastero; y si viene un amigo mío a dormir se puede quedar en mi habitación ya que…

-¡NO! –exclamo con fuerza.

-¿No? –alce la ceja expectante a lo que fuese a decir ya que no lo comprendía.

-Nada… -murmuro mientras su cara pasaba de estar blanca del shock a estar completamente roja de la vergüenza.

-¿Qué has querido decir con ese NO? –exclame agarrando a Tiarn y quitándosela de sus brazos pues seguía llorando y berreando cada vez más fuerte.

-He dicho que nada –volvió a repetir con un gesto de disgusto.

Fruncí el ceño enfadado aunque al tener a Tiarn entre mis brazos haciéndole arrumacos para que se tranquilizara quitaba toda seria connotación en mi expresión.

-¿Quieres que te diga yo que creo que has querido decir con eso? Porque no te va a gustar –le respondí secamente. Guardo silencio negándose a contestar a cualquier cosa que le fuese a preguntar yo-. Bien. Pues creo que estas celoso de cualquier persona a la que considero amigo. Lo cual es estúpido porque la misma palabra dice que son amigos, nada más que eso. Compañeros de trabajo. Esta es mi casa y yo pongo las reglas. ¡Deberías de agradecer que te haya sacado de esa casa donde te maltrataban! –exclame sin pensar lo que decía.

Nos quedamos callados durante unos largos segundos, sin mirarnos a la cara prácticamente, con la cabeza gacha.

-Por muy adulto y mayor que seas no sabes nada. Ellos son mis padres y yo los quiero –me dijo con cierta fiereza antes de coger su mochila y salir de la casa casi corriendo.

Durante los minutos siguientes solo se escucho el llanto de Tiarn, que se encontraba demasiado nerviosa como para parar. Certifique que no tenía el pañal manchado para llegar a esa conclusión, tampoco era probable que tuviese hambre ya que acababa de comer. Estaba claro que si lloraba era por la que se había montado hacia tan solo unos pocos minutos en casa. Suspire y ande hasta la sala para poner uno de los muchísimos discos de música clásica que había comprado para ella.