[Hunhan] Luminescent Parte 11




Ahora los roles han cambiado (Sehun).



Desperté entre unos brazos delgados pero lo suficientemente fuertes como para amarrarme a su cuerpo. Los dos estábamos completamente desnudos aunque nos tapase la manta que me había quitado Luhan durante la noche anterior. Note como me dolía la espalda y es que el mayor siempre tenía razón cuando me decía algo. Que poco me gustaba aquello, me hacía sentir pequeño e indefenso aunque a mi parecer anoche le di una lección sobre lo que era y lo que no era. Porque no, no era un niño.

Al pensar en lo que había pasado anoche mis recuerdos volaron haciéndomelo ver todo como si fuesen los recuerdos de una montaña rusa. Abrí los ojos despacio y me tape un poco más con la manta.

-L-Luhan… -murmure por lo bajo esperando que estuviese despierto pero con las intenciones de que si no fuese así mi voz no pudiera despertarlo.

-¿Mhf…? –no sé si eso significaba que estaba despierto o no pero…

-Ahora eres tu quien me debe 7.000.000 wons.

Se incorporo de inmediato, dejando que la manta corriese abajo por su pálido y delgado cuerpo. Me tumbe de espaldas sobre el sofá para poder mirarlo y ver su reacción. Otra de las cosas sorprendentes de él era que cambiaba de expresión como si nada, con total facilidad.

-¿Lo de ayer lo hiciste para saldar tu deuda? –me miro impresionado, aunque no entendía el porqué. Me hubiese gustado hacerme el listo delante de él y demostrarle nuevamente que podía ser inocente hasta cierto punto pero que de tonto no tenía ni un pelo.

-No, lo hice porque me apetecía pero…

-…pero es algo que te morías de las ganas por decir por cómo te engañe yo –concluyo mi frase. Aquello era raro. Siempre había visto a Baekhyun y a Chanyeol hacerlo una y otra vez, porque se conocían demasiado bien y sabían perfectamente que es lo que pensaba el uno y el otro en cualquier momento del día; pero que Luhan, el puto al que conocía de apenas una semana, supiese que era lo que pensaba me parecía asombroso y siniestro a la vez.

-S…sí eso mismo –volvió a tumbarse en el sofá, esta vez dejando su cabeza encima de mi pecho. Aquel contacto provoco que mi corazón bombeara aun con más fuerza dejando libremente que el rubio se enterase de lo nervioso que tenía que estar.

Escuche su fina sonrisa antes de que las puntas de sus dedos corretearan por mi estomago, metiéndome uno de los dedos por el ombligo. Di un bote, apartándome de él aunque aun tuviese la mayor parte de su cabeza sobre mí. ¿Qué tenia de normal o sensual que hiciera eso? Eso era raro. Es que no se lo dejaría hacer ni ha Jongin vamos.

-¿Qué… qué haces? –pregunte notando como mi voz temblaba aun más de lo que lo había hecho hasta ahora.

-A Tiarn le gusta que se lo haga –respondió el sin levantar la cabeza para mirarme al hacerlo-. Pensé que a todos los niños os gustaría que os lo hiciesen.

-¡Yo no soy ningún niño! –exclame por lo alto recordando a Tiarn de repente con su mención-. Soy mayor ¿sí? Y solo a los bebes que no se enteran de nada les puede gustar que les metan el dedo en el ombligo.

-Da igual. ¿Me vas a decir quién te ha estado pegando?

Odiaba, realmente odiaba, que pareciese tan inteligente. Había conseguido que me tranquilizara y olvidara de ciertos temas haciéndome otras cosas como tocarme el ombligo. No me gustaba que la gente me hiciese ver que eran de mi mismo parecer, de mi misma mentalidad, y que luego se hiciesen los listos saliendo con algo diferente. Me hacía sentir estúpido.

-No es asunto tuyo Hyung –le contradije-. Es mi asunto, no el tuyo y prefiero que quede así.

-Soy tu jefe, me gustaría saber la razón de tus magulladuras o si vas a venir así o peor a cuidar de mi sobrina –me contradijo. Si solo quería saberlo porque era mi jefe me tranquilizaba de alguna manera, significaba que no era un metomentodo, pero de otra manera me gustaba poco que se lo tomase como algo que no iba con él.

Me quede un rato pensando que era lo que podía responderle. Me incorpore del sofá, con lo que el también lo tuvo que hacer ya que estaba apoyado en mi. Fruncí el ceño, en aquel gesto que a la gente le hacía tanta gracia aunque yo lo hiciese en serio, y lo mire con cierto descaro.

-No mezclo lo personal con lo profesional…

-Rara manera tienes de demostrarlo –volvió a contradecirme. Tarde un poco en entender que era lo que me había dicho. ¿Rara manera de demostrarlo? No le tenía porque demostrar nada, a saber de que hablaba, en serio.

Pero lo acabe entendiendo, entendí que estaba hablando de lo que había pasado a la noche. Note un calor general en todo el cuerpo por el bochorno que estaba pasando de solo recordarlo.

-¡E-eso es diferente! –grite cogiendo la manta y tirando de ella para taparme yo y no él-. ¡Me voy a despertar a Tiarn ya que soy su niñero! –seguí vociferando antes de salir de la sala. Hacía poco que me había acordado de ella pero necesitaba una escusa para poder dejar la sala y de ver a Luhan en ese momento.

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