Ahora los roles han cambiado (Sehun).
Desperté entre unos brazos delgados pero lo
suficientemente fuertes como para amarrarme a su cuerpo. Los dos estábamos
completamente desnudos aunque nos tapase la manta que me había quitado Luhan
durante la noche anterior. Note como me dolía la espalda y es que el mayor
siempre tenía razón cuando me decía algo. Que poco me gustaba aquello, me hacía
sentir pequeño e indefenso aunque a mi parecer anoche le di una lección sobre
lo que era y lo que no era. Porque no, no era un niño.
Al pensar en lo que había pasado anoche mis
recuerdos volaron haciéndomelo ver todo como si fuesen los recuerdos de una
montaña rusa. Abrí los ojos despacio y me tape un poco más con la manta.
-L-Luhan… -murmure por lo bajo esperando que
estuviese despierto pero con las intenciones de que si no fuese así mi voz no
pudiera despertarlo.
-¿Mhf…? –no sé si eso significaba que estaba
despierto o no pero…
-Ahora eres tu quien me debe 7.000.000 wons.
Se incorporo de inmediato, dejando que la
manta corriese abajo por su pálido y delgado cuerpo. Me tumbe de espaldas sobre
el sofá para poder mirarlo y ver su reacción. Otra de las cosas sorprendentes
de él era que cambiaba de expresión como si nada, con total facilidad.
-¿Lo de ayer lo hiciste para saldar tu deuda?
–me miro impresionado, aunque no entendía el porqué. Me hubiese gustado hacerme
el listo delante de él y demostrarle nuevamente que podía ser inocente hasta
cierto punto pero que de tonto no tenía ni un pelo.
-No, lo hice porque me apetecía pero…
-…pero es algo que te morías de las ganas por
decir por cómo te engañe yo –concluyo mi frase. Aquello era raro. Siempre había
visto a Baekhyun y a Chanyeol hacerlo una y otra vez, porque se conocían
demasiado bien y sabían perfectamente que es lo que pensaba el uno y el otro en
cualquier momento del día; pero que Luhan, el puto al que conocía de apenas una
semana, supiese que era lo que pensaba me parecía asombroso y siniestro a la
vez.
-S…sí eso mismo –volvió a tumbarse en el
sofá, esta vez dejando su cabeza encima de mi pecho. Aquel contacto provoco que
mi corazón bombeara aun con más fuerza dejando libremente que el rubio se
enterase de lo nervioso que tenía que estar.
Escuche su fina sonrisa antes de que las
puntas de sus dedos corretearan por mi estomago, metiéndome uno de los dedos
por el ombligo. Di un bote, apartándome de él aunque aun tuviese la mayor parte
de su cabeza sobre mí. ¿Qué tenia de normal o sensual que hiciera eso? Eso era
raro. Es que no se lo dejaría hacer ni ha Jongin vamos.
-¿Qué… qué haces? –pregunte notando como mi
voz temblaba aun más de lo que lo había hecho hasta ahora.
-A Tiarn le gusta que se lo haga –respondió
el sin levantar la cabeza para mirarme al hacerlo-. Pensé que a todos los niños
os gustaría que os lo hiciesen.
-¡Yo no soy ningún niño! –exclame por lo alto
recordando a Tiarn de repente con su mención-. Soy mayor ¿sí? Y solo a los
bebes que no se enteran de nada les puede gustar que les metan el dedo en el
ombligo.
-Da igual. ¿Me vas a decir quién te ha estado
pegando?
Odiaba, realmente odiaba, que pareciese tan
inteligente. Había conseguido que me tranquilizara y olvidara de ciertos temas
haciéndome otras cosas como tocarme el ombligo. No me gustaba que la gente me
hiciese ver que eran de mi mismo parecer, de mi misma mentalidad, y que luego
se hiciesen los listos saliendo con algo diferente. Me hacía sentir estúpido.
-No es asunto tuyo Hyung –le contradije-. Es
mi asunto, no el tuyo y prefiero que quede así.
-Soy tu jefe, me gustaría saber la razón de
tus magulladuras o si vas a venir así o peor a cuidar de mi sobrina –me
contradijo. Si solo quería saberlo porque era mi jefe me tranquilizaba de
alguna manera, significaba que no era un metomentodo, pero de otra manera me
gustaba poco que se lo tomase como algo que no iba con él.
Me quede un rato pensando que era lo que
podía responderle. Me incorpore del sofá, con lo que el también lo tuvo que
hacer ya que estaba apoyado en mi. Fruncí el ceño, en aquel gesto que a la
gente le hacía tanta gracia aunque yo lo hiciese en serio, y lo mire con cierto
descaro.
-No mezclo lo personal con lo profesional…
-Rara manera tienes de demostrarlo –volvió a
contradecirme. Tarde un poco en entender que era lo que me había dicho. ¿Rara
manera de demostrarlo? No le tenía porque demostrar nada, a saber de que
hablaba, en serio.
Pero lo acabe entendiendo, entendí que estaba
hablando de lo que había pasado a la noche. Note un calor general en todo el
cuerpo por el bochorno que estaba pasando de solo recordarlo.
-¡E-eso es diferente! –grite cogiendo la
manta y tirando de ella para taparme yo y no él-. ¡Me voy a despertar a Tiarn
ya que soy su niñero! –seguí vociferando antes de salir de la sala. Hacía poco
que me había acordado de ella pero necesitaba una escusa para poder dejar la
sala y de ver a Luhan en ese momento.
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