[Hunhan] Luminescent II Parte 25

Te debo una explicación (Sehun).

Jongin consiguió sacar a Krystal de la habitación, y después de un rato consiguió tranquilizarla. Y consiguió incluso sacarle partido al a situación pues durante unos largos e incómodos minutos se escucharon los gemidos de mi amigo. Decían que el sexo con alguien cabreado era genial, o sea que aunque no me alegrase por mis oídos y conciencia lo hice por él.

-¿Qué significa lo que ha dicho Soojeong? –pregunto Luhan intentando ignorar los gemidos. Había comenzado a buscar su camisa, pero no la encontraba por ninguna parte.

Suspire lentamente. La verdad era que esperaba no tener que explicar lo que estaba a punto de explicar porque no me sentía para nada orgulloso de mi decisión.

-Si Soojeong y yo nos casábamos y acordábamos entre los dos poder hacer lo que quisiésemos dentro del matrimonio con otras personas no importaría nada la relación que tuviese con cualquier otra persona, y eso claramente te incluye completamente a ti –cerré los ojos-. Mis padres, tanto los adoptivos como los biológicos, no permitirían que si quiera saliese con un chico, ni hablar de lo que es casarse. Lo mismo si fueses de otra raza. No son homófonos o racistas, simplemente están chapados a la antigua. Mi compromiso y matrimonio con ella solo iba a ser un tapadera para poder estar contigo. Nadie sospecharía nada y…

-Créeme cuando te digo que me siento muy… no sé como se dice en coreano ¿”hagalado” quizás? –murmuro por lo bajo para ver si no escuchaba su fallo-. Pero está mal hecho. Es bonito pensar que te has estado tomando tantas molestias por mí pero no podemos estar juntos Sehun, ya te lo he explicado. Además, no es algo que lo tengas que hablar tu contigo mismo. Tienes que tenerla a ella también en cuenta.

Se sentó a mi lado, aun sin vestirse del todo y acaricio mi espalda lentamente. Como si intentase darme consuelo de esta manera. Apoyo sus labios sobre mi hombro y dejo un ligero beso. Era molesto ver como después de verlo tan dispuesto no íbamos a hacer nada.

Escuchamos como alguien tocaba la puerta y de esta directamente entraba Soojeong, con la bata de ducha de Jongin puesta por encima. Tenía las mejillas coloradas y el pelo un poco revuelto, pero aun así se veía tan preciosa como siempre. Incluso un poco más salvaje de lo normal. Lo que sí que se notaba mucho era que estaba mucho más tranquila de lo que estaba antes.

-Sehun, yo te juro que un día de estos te mato –aseguro mientras se posicionaba delante nuestro y se sentaba encima de un pequeño mueble, cruzando los brazos-. Pero bueno, cuéntame tu plan –suspiro cansada.

El mayor separo sus labios de mi cuerpo y la miro fijamente antes de volver a dirigir su mirada hacia mí. Esperando también que empezase a hablar.

-Antes de que diga nada respira fuerte ¿vale? –me miro con indiferencia lo cual me hizo plantearme el seguir hablando-. No tengo un plan exacto –admití-. Sé que vas a…

-Sehun –me interrumpió-. Estoy teniendo mucha paciencia ahora o sea que más te vale decir algo con sentido. ¿Sabes lo que para mí supone estar prometida? Yo quería poder pasar mis dos últimos años de universidad en Estados Unidos. Si no cancelo el compromiso mis padres no me van a dejar ir de ninguna manera ¿¡sabes!? –se exalto por un momento-. Encuentro una manera de librarnos de este peso y tú no quieres ayudarme porque… Que no pongo en duda vuestra relación, ni nada. Me da igual, pero con ella estas consiguiendo joderme a mí y eso ya no lo puedo tolerar tan fácilmente. ¿Desde cuándo eres gay? –pregunto de repente contrariada.

-No es que sea gay. Luhan es el único hombre que me ha gustado –asegure con una pequeña sonrisa-. Sé que encontraras otra manera de deshacerte del compromiso, eres muy lista –sonrió ante el elogio, a veces era muy fácil contentarla-. Y cuando yo encuentre la manera de ayudarte, lo haré.

-Tu ayuda no me alienta mucho  Sehun –repuso ella levantando las cejas. No pude evitar sonreír ante su pequeña queja y recriminación. No parecía estar enfadada y era como si estuviese intentando en serio ponerse en mi lugar, o en nuestro lugar. Algo que de verdad debía de apreciar teniendo en cuenta la situación en conjunto-. Te aviso que si encuentro una solución y aunque en ella no acabes especialmente bien, la utilizare.

Dejando ese pequeño ultimátum salió de la habitación sin decir nada más. Volvíamos a estar a solas. Y nada más cerrarse la puerta volvía a estar otra vez contra la cama, teniendo a Luhan medio encima. No sé qué era lo que le estaba pasando por la cabeza porque hacia unos segundos se negaba a hacer nada pero no podía negar que su picarona sonrisa me había encantado.

-No pretenderás solo dormir ¿verdad? –alzo una de sus perfectas cejas al preguntar esperando no encontrarse una negación por respuesta. No pude evitar morderme el labio, de solo pensar lo que podríamos hacer él y yo juntos.

Iba a ser como en los viejos tiempos. Los dos solos. En su, ahora mi, cuarto. Me traía muy buenos recuerdos que había tardado demasiado en rememorar y volver a llevar a cabo. Deje que me tumbase sobre la cama otra vez, mientras el aproximaba rápidamente su cuerpo al mío sin parar de besarme el cuello. Antes me daba vergüenza incluso admitirme a mí mismo que sus caricias y besos me daban placer y por eso reprimía mis gemidos, pero ahora era diferente, no tenía ningún problema en mostrarlos.

Lo agarre del trasero con las dos manos, moviéndolo algo brusco contra mí, provocando que los dos cuerpos se rozasen y restregasen él uno contra él otro. Su muslo golpeo suavemente contra mi entrepierna provocando que volviese a despertar otra vez más. Comencé a quitarle el pantalón lentamente, e incluso seguí haciéndolo cuando él se incorporaba, apoyándose contra mis piernas con una impaciente expresión en los ojos.

-Date la vuelta –me pidió acompañado de un gesto de cabeza para que me diese prisa.

-¿Eh? –fruncí el ceño contrariado mientras intentaba hacerlo.

-No… no puedo esperar más –admitió mientras volvía a bajar hasta mi, dejando algo de sitio para que siguiese dándome la vuelta, y seguía dejando ligeros pero húmedos besos sobre mi espalda-. Tranquilo, aun así me contendré para no hacerte daño. Dudo que…

-No te equivoques –pare en seco volviendo a mi posición inicial. Esta vez el que frunció el ceño fue él.

-¿No quieres…? –comenzó a preguntar sin comprender la pausa que había hecho yo, rompiendo el pequeño momento. No parecía enfadado, más bien parecía confundido-. Sabes que podemos hacer otras cosas, aun recuerdo…

Lo agarre de las manos, entrelazando nuestros dedos mientras el comenzaba a hablar otra vez. No quería que pensase algo erróneo y aquel gesto me parecía que iba lleno de cariño, que le reconfortaría ya que no le estaba rechazando.

-Claro que quiero –aclare yo-. Pero lo lógico sería que tú fueras él sometido, no yo –propuse pues partía de la lógica que el aun tendría el ano más preparado que yo para la penetración.

-¿Perdona? –se soltó mis manos de un estirón bien fuerte-. Recuerdo perfectamente que quedamos en que los dos tendríamos derecho a dar. Además… -agarró mi aprisionada entrepierna con la mano con más fuerza de la que me hubiese gustado. Solté una pequeña exclamación ahogada- ha crecido. No pienso dejar que me metas eso. Me dolerá mucho y tú no sabes preparar a alguien para…

-¡He seguido informándome durante estos años! –proteste yo. Me parecía injusto que por temas como esos, en los que yo no podía hacer nada, fuese a perder mi derecho a ser un macho.

-¡Me da igual! ¡Llevo sin estar con una persona como lo estamos ahora seis años Sehun! –me recordé-. Hazme el favor de…

Se quedo totalmente callado cuando azote su culo. No muy fuerte, había sido más bien un simple golpe pero esperaba que comprendiese mi lógica, un tanto machista pero…

-Ahora yo soy el hombre aquí –salió de mi boca. Espere que me pegase un guantazo, que me agarrase con más fuerza el paquete y que tuviese que gritar de dolor pero en vez de eso sonrió casi con delicadeza.

-No Sehun, eso te convierte en el idiota de la relación.

Salió de encima mío exasperado mientras murmuraba cosas en chino sin que yo lo pudiese comprender. Se tumbo al otro lado de la cama y se tapo con un gran cacho de la manta.

-Buenas noches.