[Kaihyunmyeon] Paranoiac Parte 7 ¡Final!

Ha salido más corto de lo que quería que saliese pero como es una historia retalada pues...

Siento haber tardado tanto en terminarlo, tenia intenciones de hacerlo antes pero por varios factores me fue imposible... Graicas por la paciencia... TT

PD: Os recomiendo este foro para rolear *-* -Tal cual lo mete por todas partes(?)-

-Pero os pillaron –concluí-. Vuestro plan tenía un error. ¿No es así?

-Jongin. Ese era mi error –respondió él en un tono enfadado aun sin modificar su expresión-. No pude tener un cómplice más tonto y egoísta. No contento con convencerme para matar al hombre de mi vida cometió errores elementales que una persona con dos dedos de frente no cometería. ¿Te puedes creer que quiso llevarme a donde vivía cuando estaba lleno de sangre? –soltó una risa llena de sarcasmo-. Jongin era estúpido. No sé merecía que lo eligiese –casi escupió con asco.

Me sorprendía que cambiase de opinión tan fácilmente de punto de vista sobre su amante. Hacia unos días me aseguraba que había sido mágico el estar con él y ahora le odiaba. Definitivamente: una persona como Byun Baekhyun era muy difícil de entender.

-Yo le insistí en que no estaba bien que me dejase en el bar donde vivía con Junmyeon. Si me veían aparecer solo justo después de su muerte sospecharían de mí. Pero ¿sabes que hizo él? –pregunto retóricamente dejado ver lo molesto que estaba-. Me ordeno que me callase, me obligo a ir al bar y que me quedara allí, cuando yo le pedí que no hiciera eso… me pego. ¡Me pego! –exclamo con fuerza-. Yo había acabado con la vida de Junmyeon para que eso no volviese a pasar. Para ser feliz con él y… ¡me pego! –volvió a exclamar nuevamente.

Estaba claro que aquello le había marcado mucho. Se había puesto repentinamente nervioso y molesto, golpeaba con la mano lo que tenía más a mano. Y era comprensible, al menos desde mi punto de vista. Había confiado en la persona equivocada. Una persona normal, la que no era psicópata, podría sentirse culpable de haberse juntado con otra persona como de la que había escapado, pero para alguien como Baekhyun aquello solo hacía que se llenase de rabia.

-Kim Jongin fue estúpido y descuidado –comente dejándole ver que pensaba igual que él-. Alguien con una inteligencia como la tuya se merece a otra que al menos sepa lo que hace ¿verdad? No una que se cree mucho y luego… mira.

Mi compañero sonrió, complacido por mis palabras. Puede que pensase que hablaba por hablar o que realmente pensaba lo que decía (y la verdad era este segundo caso), pero fuese lo que fuese para él le aumento el ego. Se podía ver perfectamente en su cara. En su expresión.

-No contento con ser mediocre, me acusó a mí de todo lo que había sucedido en el juicio. ¿Te lo puedes creer? –casi rio al hablar-. Todo fue su idea. Yo solamente pulí su estrategia. Y así se lo explique al juez. Era una estupidez intentar mantener mi inocencia, todo el mundo sabía que había sido yo, pero eso no significaba que Jongin no tuviese que pagar por ello. ¿No crees? Además, en aquel entonces quería salir cuanto antes de la cárcel. Culpándolo a él conseguía que mi condena se redujese. Era un dos por uno: asegurar mi futuro y la venganza.

Se quedo callado durante unos segundos. Luego cogió una botella de agua y bebió de esta, dejándola cerca de él. Para que no se le resecase la garganta para hablar.

-Como ya sabrás, nos condenaron a los dos. Yo por homicidio y el por cómplice. Solo por cómplice –repitió frustrado-. ¿Te lo puedes creer? –me pregunto directamente. Yo negué con la cabeza, aunque si lo comprendiese-. Alegaron que el solamente había planeado un parte y que yo el resto, pero la doctrina dice que si las dos personas que hacen el plan están de acuerdo en lo que va a pasar, con el resultado, esas dos personas se vuelven sujetos activos. Como lo llevaron todo me enfado mucho, y cuando digo mucho, es mucho –aclaro-. O sea que decidí tomar mi propia venganza.

-Fue entonces cuando conseguiste tu hazaña –lo alabe para que cogiese confianza. Su hazaña no era de mi agrado pero debía de admitir que había sido algo impresionante.

-Cuando era joven…

…me pasaba el día leyendo libros de trama fantástica. Jamás pensé que me fuese a ayudar en la vida. Quien lo iba a pensar ¿verdad? Al principio no lo veía muy claro pero cuando conseguí fabricarme un cuchillo con el que de verdad podía hacer daño supe que todo estaba a mi favor. No fue fácil fabricarlo, me pase casi un año haciéndolo ¿sabes? Pero cada vez que lo veía ignorarme, hacer como si no me hubiese conocido en la vida, mi rencor y odio por él crecía. ¡Oh, Kyungsoo! No sabes cómo llegue a odiar a Kim Jongin. Nadie podría imaginárselo.

Yo no era un preso que causase problemas, los funcionarios hasta me tenían algo de cariño. Por eso no me fue difícil de pasearme con el cuchillo por toda la penitenciaria. No tenía metal, por lo cual no sonaba en los detectores. El día menos esperado, arrincone a Jongin en el baño. Estábamos los dos solos, jamás me vio como una amenaza o sea que incluso se atrevió a ser desagradable conmigo.

Pobre de él. Su vida estaba llena de errores. Él era un error en sí. El mundo estaría mejor sin una persona como él. Una persona que no se podía considerar tal. A mis ojos era como ver un animal, un borrego entre muchos borregos. Era ganado. No una persona humana. Simplemente se dejaba llevar por la multitud y se moría del miedo cada vez que uno de los “grandes” presos solo le miraba de arriba abajo.

Por eso no tuve ningún problema en atacarle. Metí el cuchillo en la parte baja de la mandíbula. Me costó un poco, pero en seguida vi como de su lengua salía el artesano cuchillo que había hecho. Sonreí feliz, lo vi en uno de los espejos del baño.

Jongin intento deshacerse de mí, o al menos separarse. Alejarse de mí. Eso era lo que quería. Pero estaba claro que no le iba a dejar hacer eso. Lo agarre por el hombro con la mano libre que tenia, para que no se escapara. Saque el cuchillo de su boca y lo metí en su estomago sin dudar.

-¿Sabes Jongin? Puede que Junmyeon fuese el error que cometí en mi vida, pero tú eres el error de la sociedad y de la humanidad. Los animales como tú no merecen vivir en la sociedad –le asegure-. Solo mereces morir y dar de comer a las plantas con tus restos.

Jongin grito del dolor. Antes no había sido capaz de hacerlo por el shock y por la posición que tenía el cuchillo al principio, pero ahora era muy capaz. No me importaba que lo hiciese. Si no moría desangrado o lo haría de una infección, pues aquel cuchillo debía de estar infectado de cualquier cosa.

-Tú… tú… -intento hablar aunque no fuese capaz de hacerlo.

-No te equivoques –le aconseje-. Yo no tengo la culpa de que tú vayas a morir. Tu mismo te has cavado tu propia tumba.

Volví a sacar el cuchillo de su cuerpo y esta vez lo clave contra su pecho. Aquello provoco que tosiese sangre, no solo un poco de aquel glorioso líquido ya que siguió saliendo.

-Cuando te reúnas con Junmyeon en el infierno dile que le quiero. Que me espere –agregue-. Porque cuando llegue podremos ser felices de verdad.

-Los guardias no tardaron en venir –negó con la cabeza un poco más tranquilo después de haberme descrito la manera en la que había matado al chico-. Pero ya era demasiado tarde. Hasta que me separaron de él seguí penetrándolo con el cuchillo. Una y otra vez.

Cerré los ojos, horrorizado por lo que acababa de escuchar. No pensé que me fuese a afectar tanto aquel relato. Pero el ver como disfrutaba al recodarlo me hacía sentir escalofríos. Era algo impensable para mí. Una gran atrocidad.

-Eres un sádico –asegure. A saber cómo se lo tomaba, pero me daba igual. Era lo que era, algo que no se podía negar.

-Lo soy, lo soy –asintió él como sin siquiera inmutarse-. Pero no he hecho nada del otro mundo. He asesinado a dos personas en mi vida. Una de ellas era un psicópata maltratador que si no lo mataba yo iba a matarme él a mí. Y el otro era ganado, como el que hay aquí en la cárcel. No sirven para nada y además quieren que se les tenga en cuenta. Ambos eran despojos de la sociedad. ¿Verdad que así no suena tan mal?

-Y ¿por qué será entonces que solo has matado a la gente que te ha hecho daño y no ha gente peor? –le recrimine. Su sonrisa desapareció de su preciosa cara. Le había molestado lo que había dicho. Y mucho además.

-Do Kyungsoo –pronuncio muy lentamente-. Yo no soy un súper héroe, no puedo curar el mundo de todo el mal que tiene, porque a su misma vez yo soy uno de esos virus que tiene este planeta. ¿Sabes cuál es el problema? Que la gente no se atreve a hacerme nada. ¿Qué culpa tendré yo? La condena a muerte no es legal aquí en Corea del Sur, no pueden deshacerse de mi –se encogió de hombros-. Y si no fuese porque estoy aquí encerrado y solo tengo una hora libre al día, seguiría limpiando este lugar.

››¿Sabes quien ocupa la celda de al lado? –pregunto aunque estaba claro que yo no podía saber eso-. Un maravilloso señor que ha violado y abusado sexualmente de hombres y mujeres, niños y adultos durante diez míseros años. Si tuviese la capacidad para encargarme de él ahora mismo no estaría aquí y él a mi no me ha llegado a hacer nada.

››No soy mi propio vengador. Si por mi fuera me encargaría de todos ellos.

Mire el reloj de reojo, esperando ver si quedaba mucho tiempo para que nuestra pequeña cita terminase. Había tenido mucho por aquel día y no quería seguir escuchando las burradas que aquel muchacho tenía que decirme.

Hacía que me sintiese mal conmigo mismo. Tenía escalofríos por todo el cuerpo y cada vez que terminaba una frase se hacían más grandes. Odiaba aquella sensación, me hacía creer que tenía el control sobre mí.

-Lo siento, creo que no te puedo comprender –admití mientras me intentaba despejar los ojos apretándolos con los ojos-. Puedo llegar a entender tus palabras pero es algo que no me cabe en la cabeza. Lo siento, de verdad que lo estoy intentando.

Me levante de la silla, para ver si estirándome un poco podía despejar mi cabeza y entrar en calor. Baekhyun también se levanto y lentamente rodeo mi cuerpo con sus finos brazos, me apretó contra su cuerpo y se quedo un rato así.

-Hacía años que una persona no hablaba conmigo en igualdad. Mucho desde que alguien intento entenderme –sumó-. Pero no lo harás jamás porque tú eres como todos los demás. Eres un animal, ganado. Aunque no seas del grupo malo de borregos –parecía que intentaba consolarme con sus palabras, pero estaba muy lejos de ello-. Haces cosas buenas y eres buena persona, pero eres un blanco fácil para cualquier persona como yo –me apretó más fuerte contra él, pasando las puntas de sus dedos al ras de mi espalda, acariciándomela de manera afilada-. Ten cuidado o acabaras como Junmyeon o Jongin. Porque te aseguro que si me haces daño a mí, te matare.

Años después seguía visitando cada semana a Byun Baekhyun. No había cambiado nada de nada y aun a veces seguía amenazando con matarme. Con aquella sonrisa tan siniestra que tenia él. Pero según sus palabras en seguida cambiaba de opinión porque yo era un ser adorable, un borrego adorable. Que gracias a mi la humanidad no iba a conseguir progresar porque era del montón, como muchos otros. Pero aun así seguía siendo adorable.

El libro y articulo que escribí sobre las entrevistas que tuvimos fue todo un éxito. Más de lo que esperaba al menos ya que un tema como este no era del agrado del público por lo general.

Al final me acabe casando con mi preciosa novia. Baekhyun me obligo a llevarle todas las fotos para según sus palabras “sentirse parte del lugar”, y opino todo lo que quiso y más sobre todo.

-Tu mujer tiene cara de estirada –comentó sin ningún escrúpulo-. Seguro que es tan cortada como tú y no habréis pasado del mete saca –rio. Seguía encantándole aquel tema, parecía que nunca lo iba a dejar jamás-. Deberíais de probar cosas nuevas. Ahora que estáis casados no será pecado –alzó y bajó las cejas varias veces seguidas.

-Te he dicho miles de veces que no quiero que me hables de esas cosas –le recordé por undécima vez ya-. Somos felices de la manera en la que estamos. ¿Por qué debería de cambiar entonces? ¿Eh?

-No se –se encogió de hombros a la vez que seguía riendo-. Supongo que si sois felices todo está bien. No le pegues jamás –me pidió poniéndose serio de repente-. Si lo haces yo mismo me encargare de que te enteres lo que es bueno.

-Yo jamás haría eso –asegure pues era la verdad. Encontraba más probable que ella me golpease a mí antes que yo a ella.

-En mi siguiente vida tendré a una persona como tú a mi lado y seré feliz –sonrió de manera tierna. Todos mis sentidos se agudizaron en ese preciso momento, provocando que yo también sonriese. Era la primera vez que me sonreía de esa manera, o al menos que lo hacía de manera sincera.