[Hunhan] Luminescent II Parte 27

Bueno, pues hola (?) *3* Resulta que hoy es mi cumpleaños , y como estoy de muy buen humor (como siempre en realidad)  pues estoy aquí para subir un capitulo más anticipado y de paso dejar el primer pedido de los que tuve (??).  Que lo podeis leer aquí. Es un Kaihan y espero que os guste. Pues eso. Espero que disfruteis el capitulo este tambien :)

Mi bienvenida (Baekhyun).

Había decidido “investigar” un poco la nueva casa en la que me iba a hospedar. Me sulfuraba un podo tener que vivir con tres chicos pero: todo fuese por poder vivir por fin con mi marido Park Chanyeol. Desde que nos habíamos casado habían pasado muchas cosas y hasta que el encontró una pequeña estabilidad económica decidimos que lo mejor era quedarme en una residencia conjunta con más gente mientras él trabajaba por nuestro futuro juntos.

Chanyeol tenía todo lo que una mujer podía soñar. Era cariñoso, agradable, cálido y feliz. Su sonrisa hacia que mi estomago diese un vuelco, y cada vez que reía con aquella voz tan grave que nadie debía de esperarse de él mi cuerpo se llenaba con su felicidad y buen humor. Muchas quisieran estar en el lugar en el que estoy yo, aunque ellas nunca jamás lograran tener a alguien tan perfecto como mi marido a su lado.

Aunque en nuestra época de instituto todos fuésemos bastante revoltosos parecía ser que con el tiempo todo el mundo se había tranquilizado. La casa era realmente ordenada y tranquila. Aunque claro, había que admitir que allí faltaban dos de los miembros más ruidosos de nuestra pequeña familia: Jongin y Sehun. El que causaba más alboroto (como siempre) era Chanyeol, pero aquello era algo normal a lo que todos nos habíamos acostumbrado. Desde tiempos inmemorables había sido la comidilla de todas las chicas de mi instituto por estar siempre con semejantes chicos, yo jamás les hice mucho caso. Al fin y al cabo la envidia hablaba por ellas y no podía tenerles en cuenta.

Como me esperaba la habitación de Kyungsoo era la más ordenada y limpia de todas. Me hizo un pequeño tour por toda la casa, explicándomelo todo (algo que Chanyeol no había hecho porque aunque me había enseñado toda la casa la información que me había dado no era “valida”).

-Tenemos horarios para comer, pues intentamos comer todos juntos, pero no te obligaremos a comer a la vez que nosotros al principio si tienes otros hábitos –dulce y considerado Kyungsoo pensé para mi mismo-. Con el tiempo te acostumbraras a ello. Normalmente llevamos una dieta mensual para comer variado y no cansarnos mucho y de paso mantenernos de una manera sana, pero si quieres comer cualquier otra cosa que no este puesto en el horario solo tienes que decírmelo. Por ser tú te consentiré un poco –pasó su brazo por mi espalda acariciándomela a la vez que yo casi ronroneaba ante sus cuidados-. Junmyeon y yo hemos vuelto a repartir los baños para que nos sea más fácil de organizarnos. Chanyeol y tú podréis utilizar el que está justo al lado de vuestra habitación –me informo-. Junmyeon y yo utilizaremos el que está al lado de su habitación. Te recomiendo que tengas controlados los productos del baño porque Chanyeol es un desastre para organizar sus cosas.

Reí ligeramente al imaginármelo de verdad, era algo que pegaba por completo con él. Tan atento a los demás que se descuidaba a sí mismo sin darse cuenta.

-Junmyeon siempre se “quejaba” de que Chanyeol utilizaba sus cosas durante una semana entera cuando se quedaba sin –sonreímos los dos a la vez-. Los jueves por la mañana voy de compra semanal porque tengo libre ese día, si quieres puedes venir conmigo –ofreció. Rápidamente asentí a su propuesta, pasar más tiempo con mi buen amigo Kyungsoo me parecía una genial manera de pasar el tiempo, de lo más tranquila-. ¿Tienes alguna duda?

-Eh… si –dude un poco sobre si debía de preguntar o no lo que se me había pasado por la cabeza. En mi mente se veía como una pregunta inocente, pero no sabía cómo le iba a sentar a él-. Jongin y tú… ¿sois pareja?

Como pensé Kyungsoo se tensó a mi lado considerablemente. De repente de él dejo de emanar aquella aura tranquila e inocente que siempre tenia y comenzó a parecer nervioso.

-¡No! –exclamó de repente casi sobresaltándome-. Hace muchos años tuvimos unos momentos muy extraños pero…

-Y ¿no los seguís teniendo? –le corte sin querer. Me miro asombrado, poniéndose aun más nervioso-. Lo siento. Me pareció ver que el otro día se despedía de ti besándote pero… seguro que me haya confundido yo solo –sonreí intentando que se tranquilizase. Algo que no logro fácilmente.

-Sera eso, sí –río nervioso-. Bueno, por ahora ve a la sala si quieres –me ofreció-. Seguro que Chanyeol estará allí esperando por ti y yo tengo que hacer la cena.

Asentí alegre mientras me encaminaba por el pasillo y bajaba las escaleras, esperando así que estando solo se tranquilizase un poco.

Chanyeol se encontraba con Junmyeon en la sala. Ambos estaban hablando en un tono un poco más alto que los susurros. Yo como mujer siempre había tenido un oído muy fino, o sea que medio divertido decidí espiarles un poco y luego sorprenderles con lo que había descubierto de ellos.

-Entonces, ¿Sunyoung se ha ido? –pregunto el mayor de los dos con un tono de voz asombrado. Aquel nombre era el de la prima de Chanyeol ¿verdad? Sí. Sí que lo era. Aquella chica siempre me había parecido muy agradable y amigable, aunque jamás me fue fácil acordarme de su nombre y eso que no era especialmente difícil.

-Así es –afirmó él hombre de mi vida-. Resulta que con todo el mareo de Corea del Norte le han ofrecido volverse a la frontera y ella, como no, accedió casi antes de que se lo propusiesen –por su tono de voz parecía dolido.

-Ella sabe cuidarse muy bien sola Chanyeol –le recordó intentando animarlo. Junmyeon seguía tan fraternal y encantador como siempre-. Sé que no es un gran consuelo pero ya verás como vuelve. Quizás con algún rasguño en la cara por algún raspado que se haya hecho al rodar por él suelo pero volverá entera.

Se quedaron en silencio durante unos segundos, supongo que ahora se estarían mirando a los ojos, como si así pudiesen hablarse entre ellos. Fue entonces cuando decidí hacer acto de presencia en el lugar.

-Buenas noches –salude mientras me sentaba al lado de mi marido y besaba su mejilla antes de que sonriese feliz ante mi acto-. ¿De qué hablabais? –pregunte con curiosidad bien fingida.

-De nada, tranquila –murmuro Chanyeol mientras posaba su mano sobre mi cabeza y acariciaba mi pequeña melea-. Son cosas de hombres.