[Hunhan] Luminescent Parte 3



Como una niñera (Luhan).



Habría sido mejor que me hubiese quedado en casa. Aun dentro de mi lujoso coche podía notar como ciertas muchachas, con muy mal disimulo, miraban a través de los cristales y cuchicheaban. Hacía nada que me había metido porque sentirme vigilado era algo que poco me agradaba. Dudo que a alguien le pueda gustar exactamente esa sensación, aunque ese alguien sea el tipo de persona a la que le guste acaparar toda la atención sobre su persona.


Bostece y mire hacia la entrada de aquel monótono instituto. Llevaba esperando apenas un cuarto de hora allí, pero desde antes me había pasado otros tres cuarto de horas en cuatro institutos diferentes, buscándolo.

Tenía algo que quería, que necesitaba y aunque no lo pareciese externamente, comenzaba a ponerme muy nervioso con el dichoso tema. Quería arreglarlo cuanto antes pero teniendo en cuenta todos los institutos que había en Seúl le iba a ser muy difícil.
Parpadee varias veces antes de volver a bostezar nuevamente y gire mi cabeza para mirar por centésima vez la entrada. Y para mi sorpresa, esta vez había acertado con el instituto. Aquel muchacho alto, pálido, con un flequillo que casi tapaba al completo sus pequeños ojos y con una expresión somnolienta acababa de pasar la entrada acompañado de unos amigos suyos.

Salí del coche casi corriendo y me quite las gafas de sol esperando que al ver mi cara al completo pudiera reconocerme. Y así hizo. En cuanto paso la mirada en la dirección que yo me encontraba su cuerpo se tenso tanto que hasta yo lo pude notar desde mi lado de la carretera. Le hice un gesto indicándole que se acercara, pero me ignoro y con malos reflejos volvió a conversar con sus amigos. Intentaba parecer no estar nervioso o algo parecido pero se le notaba a la legua. Vi como el más moreno de ellos pasaba su brazo alrededor de sus hombros y lo acercaba a él para darle ánimos.

“Como quieras” murmure para mi mismo en mi mente antes de mirar hacia los lados comprobando que no había ningún coche que fuese a pasar y cruce. El chico siguió ignorándome porque ni sabía que me estaba acercando a mí. “Que inocente”. Por un momento me olvide de lo mucho que me agradaban los jóvenes con poca experiencia que se dejaban hacer ciertas cosas que los demás no, por no tener relaciones anteriores y ser inexpertos en el tema sexual.

-No me ignores –lo agarre del hombro y le hice dar la vuelta para que me mirara. Si bien era más alto que yo, seguía siendo un inocente niño que se moría por resguardarse en las faldas de su madre, sin intimidarme lo más mínimo. Los seis chicos quedaron en silencio y miraron al niño-pequeño-de-ojos-enanos de manera interrogante-. Tú y yo tenemos que hablar.

-Cualquier cosa que quieras hablar con Sehun lo puedes hacer delante nuestro –el que parecía mayor, más maduro pero irónicamente más bajo que los demás hablo con respeto, algo sorpréndete en la juventud de hoy en día. Tenía que admitirlo, me había agradado.

-Me gustaría creer eso –me dirigí al-chico-amable-pero-bajo intentando parecer tan cortes como había sido el conmigo. No era un desagradecido o un malcriado y mi madre siempre me había dicho de ser respetuoso con todo el mundo, a no ser que me perdieran el respeto sin ninguna razón aparente-, pero me temo que de lo que tenemos que hablar Sehun y yo –pronuncie su nombre, del cual me acababa de enterar, para infundir algo cercanía entre él y yo, que no pensasen que era un acosador o alguien que iba a hacerle daño. No me interesaba que lo pensasen- no creo que sea algo de lo que quiera que os enteréis –incline la cabeza apenas dos centímetros.

Todos miramos al-enano-alto con interés, esperando que dijera algo pero sus labios entreabiertos, las manos que no paraba de mover y sus ojos esquivos no decían precisamente que estuviese muy hablador.

-Si no fuese importante no hubiese venido en persona hasta aquí –asegure agarrándolo del antebrazo-. Solo será un momento.

-Va…vale –accedió enrojeciendo cual verdura. Se dirigió a sus amigos e inclino la cabeza para despedirse y luego con un insistente tirón mío logre sacarlo de allí y llevarlo a mi coche. En cuanto entre en el, en el asiento del copiloto, lo escruto todo con sus redondos y tapados ojos, como si esperara encontrar algo de interés en un coche. Con cierta paciencia, no es que no la tuviese pero es que estaba agotado, espere durante minutos a que parara ese pequeño ritual que no entendía; pero al ver que se demoraba mucho en su tarea suspire y llame su atención con una falsa tos.
-Me debes 7.000.000 wons.

-Qué… ¿¡QUÉ!? –exclamo dejándome sordo. Sus ojos se abrieron tanto que no estaba seguro de estar delante del mismo dicho. Su rígido cuerpo se había movido tan bruscamente que sospeche que podría hacerle daño. Y su voz, sonó tan aguda y poco varonil que me sorprendió lo que más-. ¿De-¡de dónde has sacado eso!?

-De la noche del otro día.

A su lado yo parecía tan tranquilo que la escena me resulto demasiado extraña. No era la primera vez que tenía que soportar esas situaciones, pero si la primera en la que el cliente se había sorprendido tanto.

-Pasamos toda la noche juntos en una habitación de lujo aunque solo follaramos una vez. Eso son 7.000.000 wons –me descoloque la corbata mientras hablaba pues veía venir lo densa que iba a ser la conversación y aquella prenda me ahogaba.

-¿¡De qué coño estás hablando!? –volvió a gritar mientras me miraba horrorizado y se movía en el asiento del copiloto como si se estuviera ahogando-. ¡Yo no tengo 7.000.000 wons!

-Eso no quita que me los debas.

-¿Eres-¡Eres un puto!? –exclamo aun más sobresaltado con una mueca tímida echándose hacia atrás de alguna manera para que no le pudiera tocar o echarme sobre él.

-Chico de compañía, que no es lo mismo –replique molesto entrecerrando los ojos intentando ignorarlo a él esta vez.

-¡Eres un puto! –volvió a repetir otra vez pero sin ningún tono de interrogación-. ¡Yo-yo no lo sabía! ¡Si lo hubiese sabido…!

-¿Cuántos chicos guapos se te acercan tan fácilmente a ti? Estaba claro a que iba. Si tú no lo quisiste ver es culpa tuya y ¡eso no quita que me sigas debiendo 7.000.000 wons!

-¡No te los voy a dar! ¡Yo no me voy de putos! –exclamo intentando acceder al manillar de su puerta para salir del coche cuanto antes. Había comenzado a hiperventilar y golpeaba y ensuciaba la ventanilla mientras intentaba atinar a abrir algo para poder alejarse de mí.

-¡NO-SOY-UN-PUTO,-JODER! –exclame abalanzándome sobre él para evitar que se fuese de un momento a otro. El se protegió contra mí y antepuso una mano, que choco contra mi mejilla, y estirando este brazo intento separarme de él, pero yo me había agarrado a su chaqueta y tiraba de esta con fuerza.

Forcejeamos durante unos largos minutos en los que inexplicablemente habíamos acabado en la parte trasera del coche. Mis pies estaban apoyados en el techo y lo agarraba de la cintura mientras que el intentaba volver a la parte delantera (pues los asientos de atrás no tenían puertas). Cada ciertos segundos parecía que se rendía y se quedaba quieto y relajaba el cuerpo, antes de volver a intentar escaparse de mí.

-Ya vale ¿no crees? -hable cuanto pude pues estando sofocado por el ejercicio inesperado que había hecho me acababa de quedar sin respiración.

-No me pienso rendir. No tengo dinero para pagarte y… -volvió a hacer fuerza una vez más-. ¡Suéltame de una vez! –golpeo mis brazos que rodeaban su cintura con toda la fuerza que me era permitida. Se me habían agarrotado en realidad y casi ni las sentía, o sea que sus golpes para mi fueron como simples toques.

-Podemos llegar a un acuerdo –le recordé.

-¡No! ¡Yo no me voy de putos! –exclamo nuevamente dejando de golpearme y volviendo a lanzarse hacia adelante. Cabreado ya de que no me dejase de llamar puto, una y otra vez, abrí la boca todo lo que pude y le mordí un costado. Grito de la impresión más que del dolor, pues con todas las capas de ropa que llevaba no creía que pudiera sentir mucho.

-¡Calla y escucha! En cuanto me hayas devuelto cada won que me debes saldré de tu vida, pero hasta entonces te perseguiré ¿sí? –cogí aire mientras intentaba escupir las pelusas que se me habían quedado en la boca, sobre todo en la lengua-. No creo que a tus amigos y familia les guste saber que te tiraste a un… puto –murmure utilizando la palabra con la que él me trataba para calar más hondo en el-. El sexo entre hombres está mal visto.

Se relajo por completo, pensando. Se agarro al cabezal del asiento que tenía delante y suspiro lentamente. Luego se giro para mirarme en mi extraña posición y volvió a mirar al frente, abatido. Parecía que mis palabras habían calado más hondo de lo normal en él.

-Bien… pero no me pienso acostar con nadie por dinero –añadió agachando la cabeza, dándose con el cabezal en la frente y suspirando aun más hondo y desesperado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario