[Myungstal] Inmateria Parte 4

Myungsoo y Sungyeol subieron hasta el apartamento otra vez, encontrándose con una nerviosa Krystal, que correteaba de un lado a otro con el teléfono en la oreja. Paro durante dos segundos su vaivén para mirar a los dos jóvenes pero en seguida volvió a prestarle más atención al teléfono. Sungyeol miro a Myungsoo sin entender nada, aunque el otro tampoco es que estuviese muy seguro de que era lo que le pasaba a la menor. Al final, Krystal acabo tirando el móvil al sofá, suspirado de una manera muy exagerada volviendo a mirarles otra vez a los dos.

-¿Qué has hecho esta vez? –le pregunto Myungsoo con un tono de voz pausado, como si estuviese lleno de paciencia para soportar todos los problemas en los que se iba a meter la menor. Sungyeol simplemente se acomodo en el sofá otra vez, mientras apartaba el móvil de Krystal para no aplastarlo debajo de él.

-Me tiraron una lata –le explico mientras se mordía el labio inferior con algo de rabia-. Le dije a uno de ellos que la recogiese y que me pidiese perdón por molestarme mientras daba una vuelta tranquilamente –hizo una pequeña pausa. Hasta ahí no parecía que hubiese hecho nada del otro mundo, no como para ser perseguida por un grupo de chicos rabiosos-. Pero se negaron –se encogió de hombros mostrando que para ella aquello era un gran disparate-. Uno de ellos se me acero y… esa gente no es trigo limpio, sabía que era lo que quería cuando se me acerco con esa cara de playboy creído. Por lo cual le pegue una patada en la espinilla antes de que pudiese tocarme y le tire la lata al que parecía el cabecilla –Sungyeol dejo escapar una pequeña risa de entre sus dientes al escuchar lo que la menor tenía que decir. Estaba claro que no compartía la misma opinión que ella y cuando sus miradas se cruzaron, pues aquel gesto no había pasado desapercibido para la mayor, la tensión del salón creció en grandes cantidades-. Me insultaron, empecé a correr y ellos me persiguieron –término de contar el pequeño relato sin dejar de mirar a Sungyeol con una mueca de desprecio en la cara.

Myungsoo suspiro profundamente y antes de coger todo el aire que le faltaba después de aquel suspiro, intentando tranquilizarse. Casi todas las semanas Krystal le provocaba algún problema que otro, a veces incluso doble. Entendía perfectamente que sus padres no hubiesen podido aguantar, ya que aunque el llevase apenas dos meses viviendo con ella, ellos la tenían que haber soportado durante años. El jamás había sido un chico con una gran paciencia, pero que la menor se metiese en problemas no era algo que le sacase de quicio o le molestase, es más, a veces para sus adentros se solía reír con las cosas tan estúpidas que solía hacer.

Aunque siendo sinceros, esta vez era diferente. Aquel día se había metido con sus antiguos compañeros de pandilla y aquello no le era para nada agradable, pues tendría que hacerles frente después de unos dos meses. Sin pronunciar ni una sola palabra, se dio la vuelta y salió de casa, escuchando tras de sí la voz de Sungyeol echándole en cara algo en cara a Krystal nada más hubo cerrado la puerta. Bajo las escaleras con tranquilidad, esperando que así el tiempo pasase lentamente y que los jóvenes que esperaban allí abajo se hubiesen ido ya.

Pero no fue así pues al llegar a la puerta del portal pudo observar como aun se encontraban allí, esperando a que alguien bajase o les abriese la puerta. Cogió aire para armarse de valor y así abrir la puerta. Vio como sus antiguos compañeros se asombraban de verlo allí. Minseok sonrió al verle, al igual que el Hyukjae. Parecían contentos de volver a verle o algo parecido, algo que le descoloco.

-No me digas que la niñata esa es amiga tuya Kim Myungsoo… -siseo Hajin con una gran connotación de desdén en sus palabras. Myungsoo simplemente le devolvió la mirada, llena de frio hielo incontenido pues con aquel muchacho siempre había tenido unos roces estúpidos-. ¿No vas a responder? ¿Eh? –exclamo aquella mole mientras daba un paso hacia atrás y agarraba de la chaqueta del menor alzándolo un poco.

-Hajin… -murmuro Hyukjae esperando que le dejara en paz para que les pudiera dar una mediana explicación de que era lo que estaba pasando. Con una pequeña mueca de desagrado Myungsoo volvió su mirada hacia Jihyuk, el muchacho que se podía considerar como líder o algo parecido,  el cual lo miraba seriamente e incitaba a Hajin a que lo soltase.

-Ash… -se revolvió el pelo antes de hablar-. Esa chica acabara haciendo que me maten –hizo un pequeño ruido con la boca antes de mirar a sus antiguos amigos-. Krystal es una niña sin modales que odia a los hombres, si este idiota –dijo refiriéndose a Hajin y le miraba directamente- no se hubiese acercado a ella no os hubiese hecho nada.

Lo que le pasaba con aquellos chicos era algo inexplicable. Aunque con algunas personas le saliese ser humilde y comprensivo, la cual era una gran parte de su personalidad; con ellos le salía su alter ego, arrogante y orgulloso como nadie, sobre todo cuando se encontraba al lado de Hajin. Tenía la costumbre de decírselo todo de mala manera pues el mayor con él tampoco es que se cortase ni un pelo. Le solía abuchear e intentaba siempre ridiculizarlo delante de sus compañeros. Myungsoo claramente no se dejaba avasallar por él y siempre le plantaba cara, aunque se peleasen por algo que ni siquiera le interesaba.

-¿¡Esa es manera de pedir perdón!? –exclamo Hajin agarrándolo otra vez de su ropa, empotrándolo contra la puerta del edificio.

-¡Hajin! ¡Hajin! ¡Hajin! –exclamo Minseok mientras le agarraba del brazo y hacia fuerza hacia atrás para que le soltase-. Myungsoo no te ha hecho nada pedazo de estúpido –le recordó mientras los dos chicos le miraban fijamente.

La puerta detrás de Myungsoo se abrió de repente, haciendo que Myungsoo diese un paso hacia atrás pues Hajin seguía haciendo fuerza contra la puerta. Noto como alguien lo agarraba y estiraba de él, chocando contra el cuerpo de Sungyeol, el cual lo agarro con fuerza para que la ira no se le subiese a la cabeza y fuese a encontrarse con ellos.

-¡Yah! –exclamo Krystal mientras se ponía en medio de todo con el talante firme, mirándolos con cierto desafío en los ojos.

-Maldita cría –murmuro Myungsoo entre los brazos de Sungyeol el cual lo tuvo que agarrar con más fuerza pues el menor se había revuelto entre sus brazos con ganas de deshacerse de él para pegar a alguien.

-¿Creéis que por ser unos asquerosos macarras podéis ir haciendo lo que más os venga en gana? –les pregunto cara a cara mientras se aguantaba las ganas de escupirles a cada uno de ellos-. Volved a acercaros a Myungsoo y os depilare la cabeza pelo por pelo con cera –les aseguro antes de que Hajin se acercase a ella preparado para hacerla callar de una vez. Jihyuk se adelanto para que no lo hiciese, y se quedase quieto, pero una ya preparada Krystal asesto un puñetazo a la mandíbula de aquel pobre chico que no había hecho nada de nada. Todos los que no estaban implicados en aquel acto abrieron los ojos de par en par ante la osadía de aquella muchacha, la cual recogió su brazo rápidamente, agarrándose de la mano dolorida y la cual apretaba contra su cuerpo.

Myungsoo con un bruto movimiento logro deshacerse de Sungyeol durante apenas dos segundos, los cuales aprovecho para agarrar a Krystal, y tirar de ella hacia atrás para que ninguno de los chicos se le tirase encima. La menor dirigió una pequeña mirada de preocupación a Jihyuk que sacudía la cabeza de un lado a otro por el golpe que le acababan de asestar.

Jihyuk miro con sorpresa a los tres chicos que tenía delante. Krystal que por dentro estaba algo así como aterrada no dejaba que eso se reflejase en su rostro y tenía el semblante tan serio y aun desafiante que echaba hacia atrás. Volvió a dar un paso hacia adelante, mostrando así a todo el mundo que iba en serio, que no le importaba hacerse daño si con ello podía lograr que no la tomasen con Myungsoo.

Tanto Jihyuk como ella se mantuvieron el uno al otro la mirada durante un largo rato mientras los demás estaban en silencio sin entender a que venía aquello o de que les serbia simplemente.

-Myungsoo –le llamo el mayor haciendo que este levantase la vista hacia el esperando ver qué era lo que le tenía que decir-. No quiero tener que volver a ver a esta chica nunca má…

-Entonces tendrás que dejar de venir por aquí –le corto a media palabra la nombrada con gran descaro. Jihyuk la aparto de un solo gesto que hizo que esta se comiese la puerta que aun seguía abierta, y con camino firme se dirigió hacia Myungsoo.

-Tú sabes que yo en tu contra no tengo nada. Nos conocemos desde que éramos pequeños pero… ninguno de nosotros vamos a tolerar que alguien, aun siendo tu amiga, nos trate así –le explico mientras Hajin volvía a empotrar a Krystal contra la puerta y esta gemía de dolor. La menor había vuelto a dar un paso hacia donde ellos para poder volver a cortarle y contradecirle pero el alto no le había dado tiempo para hacerlo.

Myungsoo pasó su mirada desde Jihyuk hasta Krystal que pataleaba en la puerta mientras Hajin la agarraba y no la dejaba moverse a ninguna parte, ni siquiera hablar. Luego miro a Sungyeol que aun estaba detrás de él y este simplemente asintió, mostrando que estaría de acuerdo con cualquier cosa que el decidiese o hiciese. Volvió otra vez la mirada a Jihyuk, con una expresión de póquer en la cara que no pudo contener ya que se sentía extraño volviendo a verlos allí, a su lado.

-Hajin, suéltala –le pidió mientras suspiraba y se separaba del cuerpo de Sungyeol. El mayor dudo en hacerlo o no, pues la menor seguía moviéndose aun, intentando zafarse del agarre de aquel torreón, sin lograr nada. Myungsoo camino hasta donde se encontraban y la agarro, cogiéndola sobre el hombro a la vez que Hajin la iba soltando. Se dio la vuelta por última vez para mirarlos una vez más-. Me encargare de que no la volváis a ver, tranquilos –y dicho esto comenzó a subir las escaleras del edificio para subir por este. Krystal intento lanzarse sobre ellos, pero Myungsoo la tenia bien sujeta y le era difícil hacer algo si no quería estampar su dentadura contra las escaleras y rompérsela.

El día siguiente, domingo, todos amanecieron mucho más tranquilos de lo que se habían ido a dormir. Sungyeol se había quedado allí aquella noche, ya que se negaba a irse y dejar a su querido amigo con una chica tan “peligrosa” y “propensa a crear problemas” según él. Krystal le había bufado al escuchar esas palabras y se había enfadado, provocando que no le hablase durante aquellos dos días. Se los pasó prácticamente los dos días callada, en silencio pues tampoco le dirigió muchas palabras a Myungsoo, al cual no parecía importarle que no le hablase pues estaba enfadado con ella, y la menor parecía que se había dado cuenta de ello.

Con la escusa de haber quedado con Sulli, dejo el apartamento a una hora temprana mientras los dos amigos se quedaban solos en el. Sungyeol pregunto más de una vez si Sulli era la novia de Krystal, aun excitado de él hecho de que Krystal fuese lesbiana, pero se decepciono al escuchar que solo eran amigas, aunque estuviese claro que Krystal la quería como algo más.

Los dos amigos juntos salieron también de casa al ver que no tenían nada que hacer allí. Caminaron por el barrio mientras Sungyeol no paraba de hablar y Myungsoo solo asentía y reía de vez en cuando sus gracias.

-Deberías comprarte una mascota –comento el mayor mientras miraba como una niña jugaba con su perro-. Te alegraría la vida y no te daría disgustos como esa… -reprimió lo que iba a decir-. Y además lo podrías sacar a pasear y ligar con él. A las chicas les gustan mucho los chicos guapos con animales, los ven como muy tiernos o algo así… -siguió murmurando después de escuchar la leve risa de su compañero-. Te lo digo en serio, deberías de comprarte uno, y si no lo quieres deja que lo saque yo a pasear. Mi madre no me deja tener animales en casa y  HanYeol-Dongsaeng (su hermana pequeña) está empeñada en que quiere un perro. Es muy molesto que todas las mañanas me despierte con ella haciendo de perro sobre mi cama… Se cree que como me molesta voy a intentar convencer a nuestra Omma para que nos compre un perro.

-Entonces… ¿quieres que yo compre un perro para que tú hermana este feliz? –le pregunto queriendo entender la lógica que eso podría tener. Miro al mayor intrigado mientras este intentaba arrancar una rama de un árbol.

-No, quiero que te lo compres para que puedas hablar con mas personas –repuso el saltando pues no lograba coger la rama desde un lugar adecuado para arrancarla.

-Yo no quiero hablar con mas personas de las que hablo, con esto soy feliz –se encogió de hombros mientras se acercaba a él y miraba hacia arriba para mirar el árbol desde abajo-. ¿Quieres que te ayude? –Sungyeol paro de saltar al ver que no lograba nada y miro al menor mientras asentía y sonreía a la vez.

-¿Ves esa rama de ahí? –le pregunto mientras señalaba hacia arriba. Myungsoo siguió la dirección a la que señalaba, pero lo único que podía ver era un montón de hojas y ramas que se enredaban entre ellas sin ningún patrón. Aun así asintió con la cabeza a la vez que pronunciaba un seguro “sí”-. Pues es la que quiero que cojas –le dijo antes de que se agachara y lo agarrase por las piernas. Aquello pillo algo de improviso a Myungsoo, que se sujeto con las manos a los hombros de él con fuerza-. ¡Ten cuidado que yo no soy de hielo! –le espeto el antes de recibir una colleja por su parte.

Sungyeol siempre bromeaba con eso. Decía que Myungsoo era como un hombre de las nieves.  Demasiado frio por fuera aunque luego resultase ser una persona muy agradable con la que conversar si es que el ponía algo de su parte. También le había dicho varias veces que tenía cara de asesino, o al menos de que tenía ganas de matar a alguien; aunque claro eso lo hizo antes de saber que por las noches solía salir con sus compañeros de toda la vida y que casi cada noche acababan pegándose con algún estúpido que se metía con ellos.

-Creo que ya la tengo –aviso Myungsoo, el cual agarraba una rama con fuerza y tiraba de ella varias veces haciendo que se desprendiera de una rama más grande-. ¡La tengo! –exclamo entre feliz y aliviado de haberla cogido ya mientras Sungyeol le dejaba en el suelo con cuidado de que no se cayera-. ¿Para que la quieres? –le pregunto mientras se la tendía Sungyeol la cogió y sonrió satisfecho antes de mirar al menor fijamente.

-No creo que te vaya a gustar la respuesta. ¿Seguro que quieres que te la de? –rio entre dientes mientras con sus dedos recorría toda la pequeña rama, quitándole las hojas que le sobraban e imperfecciones. Alzo la mirada para ver la cara de póquer que había puesto su amigo. No era algo que le sorprendiese, el siempre tenía esa cara, aunque cuando él hacia cosas inesperadas siempre se acentuaba.

-Dímelo –le exigió hablando con una voz fría, provocando que el mayor se riese de aquel tono que en ese momento no le infundía precisamente respeto. Simplemente sonrió antes de golpearlo con la nueva fusta que le acababa de conseguir-. ¿En serio? –para su sorpresa Myungsoo sonrió ante aquel toque. Algo contrariado Sungyeol volvió a golpear al menor con la rama, esta vez en el trasero. El simplemente negó con la cabeza varias veces, sin mostrar un solo aplique de dolor.

-¿Eres masoquista Myungsoo? –le pregunto con interés alzando una de sus cejas para mirarle. Myungsoo volvió a negar con la cabeza una sola vez.

-Estoy acostumbrado a que me golpeen con cosas peores –le recordó-. Una rama no va a hacerme el daño que tú crees –ladeo la cabeza hacia un lado-. Ahora no se te ocurra tenerme como experimento, a ver qué es lo que me duele y que es lo que no.

-No sé de qué me estás hablando –esquivo una de sus miradas haciéndose el loco mientras jugaba con la fina rama en sus manos.

Durante los siguientes días nadie supo nada de la pequeña. No apareció por casa, ni por el instituto; Myungsoo se había pasa por ahí y preguntado a Sulli para saber si ella sabía algo de su paradero. Pero la respuesta durante la semana entera fue negativa. La llamo por teléfono pero solo le respondía una y otra vez la misma monótona voz del contestador. Le había dejado ya cinco mensajes en el contestador esperando que diese señales de vida, pero nada. Parecía como si la tierra se la hubiese tragado.

Todo indicaba a que había desaparecido. Salido de su vida.

El moreno se resigno a tener que volver a vivir solo. Al menos así volvería a tener una vida tranquila sin que ninguna niña descarada y con tendencia a hablar demasiado infortunase su vida. Podía parecer extraño, pero habiéndose acostumbrado a algo como eso, ahora todo le parecía soso y sin vida.

Llegar a su casa tarde casi de noche, y no encontrarse a Krystal tumbada sobre el sofá durmiendo era algo a lo que no estaba acostumbrado.

Ver como apenas había platos que limpiar y no hubiese nadie intentando escaquearse de hacer la tarea le era muy extraño.

¿Qué habían sido? ¿Un mes y medio? ¿Dos meses? No era algo que contase con exactitud pero había sido el suficiente tiempo para saber lo que era convivir con otra persona diferente a él, a alguien desconocido y ajeno. Podía pedirle a Sungyeol que se mudase con el ¿no? El era mayor de edad y seguro que sus padres estarían más que contentos de perderlo  de vista. Rio para sí mismo al imaginarse tener que vivir con alguien como él. Si ya de por si discutían no quería imaginarse lo que sería tenerlo viviendo con él. Además, la casera no les aguantaría ni dos días y los acabaría echando. Seguro.