[Kaihyunmyeon] Paranoiac Parte 1





Me  encontraba sentado en una mesa de la biblioteca de la cárcel esperando a que trajesen al preso con el que había quedado. Escuche el abrir y cerrar de una puerta metalizada la cual no se abría sin el permiso de uno de los funcionarios. Poco tardaron en escucharse unos pasos dirigiéndose hacia donde yo me encontraba. Alce la cabeza y me encontré con Byun Baekhyun, el muchacho protagonista de la tragedia que había accedido a contarme toda la historia con pelos y señales.

Llevaba grilletes tanto en las muñecas como en los tobillos y lo sentaron frente a mí ejerciendo fuerza sobre sus dos hombros de manera brusca. Me sonrió intentando parecer amigable, y lo consiguió hasta que recordé el porqué estaba ahí. Forcé la garganta en un pequeño gesto para volver a la realidad y saque una pequeña grabadora del bolsillo interior de la chaqueta. Sus ojos fueron directamente a mirar el pequeño artefacto.

-Habíamos quedado en grabar nuestras reuniones ¿recuerdas? –pregunte en un tono suave con cierta preocupación.

-Me acuerdo perfectamente –asintió sin quitar el ojo del pequeño objeto-. Accedí a hacerlo porque así quedaran grabadas las pruebas que demuestran que no soy cruel ni despiadado como la gente se piensa.

Volteo la cabeza después de que pulsase el botón de grabar y volvió a sonreír, esta vez como si intentase engañarme sobre su felicidad. Estaba claro que era un ser infeliz que intentaba ver algo de luz o al menos un atisbo de claridad.

-¿Quiere que se lo cuente todo?

-Desde el principio. Quiero saber cómo comenzó todo.

Baekhyun cerró los ojos y asintió lentamente antes de inspirar para coger todo el aire que necesitaría para contar su historia. Su verdad.



Yo era un joven como otro cualquiera, solo que sufría un “pequeño defecto” visto a través de la sociedad. Era gay. Homosexual. Me gustaban los chicos y en mi familia era algo que estaba muy mal visto. Me crie con un padre que en cuanto veía a dos hombres acercarse el uno al otro sentía nauseas y una madre que se ponía a rezar por sus almas. Decía que sus almas estaban perdidas y que no encontrarían ni a Dios ni al paraíso.

Crecí como un niño oprimido, aunque feliz. Al menos hasta que llegue a la adolescencia y me di cuenta de que a los ojos de Dios era defectuoso. Me odie a mi mismo durante años, años enteros de odio por ser como era. Me habían enseñado que estaba mal, que no debía de ser así porque mi alma bajaría hasta el infierno y seria torturada por Satán durante toda la eternidad.

Estaba seguro de ello hasta que conocí a Kim Junmyeon. No tardo en convertirse en mi novio porque era atento, dulce, encantador, muy amable y tenía un aura fraternal que me hacía sentir seguro cada vez que hablaba con él. Sus palabras se volvieron mi misa e hice caso a todo lo que me dijo. Todo, todo, todo lo que decía tenía un sentido nuevo para mí. De repente había dejado de ser el malo de todo y me había vuelto una buena persona porque mis actos eran correctos. Era como si hubiese sido recompensado por años enteros de sufrimiento en el que había estado reprimiéndome a mí mismo.

No necesito casi convencerme para que me fugara con él. Había conseguido un trabajo para los dos en un bar donde nos dejarían hospedarnos a los dos juntos sin que nadie nos mirase mal. Como con ese hecho ya teníamos casa el dinero que íbamos ganando pude seguir estudiando mientras trabajaba a media jornada. ¿Cómo no amar a la persona que lo había sacrificado todo por ti? Sus estudios, su familia, sus amigos, su todo.

Yo amaba con locura a Kim Junmyeon. Lo juro por todo lo que haya visto, tocado o sentido. Estaba seguro de estar hechos el uno para el otro. Éramos felices aunque nos tuvimos que acostumbrar a las pocas comodidades de la clase obrera baja, pero merecía la pena.

-Cuando hayas terminado la carrera y puedas ejercer de algo mejor que de camarero de una gasolinera nos iremos lejos. Construiremos juntos una casa si es necesario –reí en su regazo. Estábamos tirados sobre la hierba que había en la parte trasera del motel de carretera en el que trabajábamos. Era una noche apenas estrellada y no hacia mucho frio aunque la humedad nos estaba jugando una mala pasada.

-Y entonces podrás ser tu el que estudie –comente sin dejar de mirar hacia el cielo-. Ser los dos hombres de provecho y ser felices –sonreí para mi mismo al notar las caricias que ejercía sobre mi brazo aunque llevase la chaqueta puesta. El suave y caliente tacto de sus dedos paso la tela haciéndome sentir aun más especial de lo normal.

-Sabes que no es necesario que te sacrifiques para que yo pueda estudiar –note como sonreía dulcemente-. No quiero ser una carga para ti.

Sin decir nada, gire mi cuerpo para quedar cara a cara al suyo, aunque la mía estuviese sobre su pecho y negué con la barbilla apoyada en él.

-Pero no es justo para ti –susurre suavemente-. Si fueses un capullo sin escrúpulos me daría igual. No hubiese dejado que pagases nada por mí. Pero sabes que te quiero y que lo que haces hoy por mi te lo devolveré mañana porque…

-No está en tu naturaleza ser una persona egoísta –concluyo él.

-¿Tantas veces te he soltado ese rollo? –fruncí el ceño sin recordar el haberlo hecho tantas veces.

-Solo cada vez que nos acostamos –bromeo pasando sus manos por mi pelo de atrás hacia adelante, despeinándomelo.

-No digas chorradas, eso sería casi todos los días –bufe sin poder creérmelo.

-Bueno, puede que no me lo repitas día a tras día –admitió-. Pero es una idea que te ronda la cabeza continuamente y…

-…y no quieres que me sacrifique por ti –asentí con la cabeza levantándome y acercándome más a él-. Pero no tienes ni voz ni voto en mis decisiones –reí acercando mis labios a los suyos. Deje que se rozaran entre ellos, sacando después mi lengua para lamer sus labios.

Pero sorprendentemente Junmyeon supo de mis planes y atrapo mi lengua entre sus dientes. Intente separarme echándome hacia atrás y tirando, pero lo único que conseguí fue hacerme daño y que el mayor se riese de la situación. Me agarro del borde del pantalón por detrás y soltó mi lengua. Si no fuese por sus brazos que rodeaban mi cintura y sus manos que estaban apoyadas en mí, me hubiese caído hacia atrás de la fuerza que estaba haciendo para que me soltara.

-¿Cuántas veces te he dicho que aquí fuera por la noche no se puede hacer nada? –me pregunto con su característica sonrisa en la cara-. Sabes que podríamos ponernos enfermos y eso podría arruinarnos la vida.

Aquella faceta tan fraternal que tenia me encantaba. A cualquier otra pareja le hubiese puesto de los nervios que su novio le tratase como un padre o un hermano mayor sobreprotector pero en Junmyeon quedaba demasiado hermoso. Me gustaba demasiado.

-Solamente iba a besarte –murmure por lo bajo intentando parecer enfadado de verdad-. De los simples besos a… a eso –sentí como el rojo teñía mis mejillas sin pedir permiso- hay una gran diferencia ¿sabes? –le recrimine golpeando suavemente con la rodilla uno de sus laterales.

-No recuerdo la última vez que me lamiste los labios y solo acabamos besándonos –me contradijo con una sonrisa aun mayor en la boca al recibir mi golpe. Se lamio los labios delante de mí intentando provocarme y volví a golpearle el lateral.

-Serás… -murmure sin furia alguna agarrándolo de la camisa, tirando de ella.

-Eres un uke muy activo tu –se burlo de mi haciendo que incluso la poca luz de la noche mis mejillas se pudieran ver desde metros.

-¡Ogh! ¡Cuánto te odio! –exclame zarandeándolo con algo de fuerza que antes.

-Una pena que lo hagas –me agarro de las muñecas con fuerza y paro mi acto en seco. Se incorporo y me dio un suave beso en la mandíbula-. Porque dentro de poco es tu cumpleaños y me gustaría poder darte tu regalo sin que me odiaras –me quede estático al recordar que mi cumpleaños venia en nada; no me había acordado y… bueno, últimamente estaba muy agobiado con el trabajo, era normal que ciertas cosas se me pasasen. Aunque al mes y poco más del mío llegaba el de Junmyeon. No me podía creer que me hubiese olvidado de su cumpleaños-. Venga, vamos a dentro o cogeremos frío –sugirió.

Con un simple y rápido gesto se pudo deshacer de mí y levantarse. Tiro de mi brazo y antes de que me diera cuenta estaba de pies.



-Pensé que jamás llegasteis a ser felices del todo –interrumpí sin poder evitarlo pues no entendía hasta donde quería llegar el mayor con aquella historia. Pude distinguir un pequeño destello de frialdad en ellos.

-Lo éramos, pero nada es eterno –inclino la cabeza hacia un lado-. Si no hubiese llegado Jongin creo que me hubiese vuelto loco. ¿Alguna vez has estado enamorado señor Do? –me pregunto sin vacilar.

-No.

-Entonces no puedes llegar a comprender lo enfermo que es depender de la felicidad y animo de otra persona. El pasarte día a día pensando en el que hará para que hará para que luego te rompan el corazón en mil pedazos.

Hubo un incomodo silencio entre los dos y pude observar como su gesto parecía totalmente cansado, desganado y desesperado. Pero tanto su mirada como su sonrisa daban a entender que había perdido toda esperanza. Normal, la cárcel era algo que cambiaba a todo el mundo y le quitase toda la energía que tenia dentro del cuerpo.

-Puede que no lo llegue a entender nunca. Ni ahora ni cuando me haya enamorado.

Llame su atención de la misma manera que esperaba.

-Puede que tenga razón puede que no. Pero yo llegue hasta una etapa en la que me daba igual que me pasase. Nada podía ser peor que lo que estaba viviendo día a día.

-Hay otras maneras de arreglar las cosas –objete encogiéndome sobre mi mismo al notar como sus ojos recorrían todo mi cuerpo. Aunque pareciese indefenso y sus facciones fuesen delicadas e infantiles sus gestos me infundían temor-.Existen tanto los policías como los abogados. Incluso los periodistas podríamos haberte ayudado con tu caso.

-No. ¡No podríais haberlo hecho porque no sabéis lo que se siente! –insistió retorciéndose en la silla incomodo ante mis ataques-. Aun no has escuchado mi historia entera. Cuando la hayas escuchado, entenderás.

4 comentarios:

  1. No se si mi anterior comentario se publico porque lo escribi en el celu, pero de todas formas lo vuelvo a hacer porque no dije todo lo que queria (?
    Me gusta mucho el blog, y esta historia en particular, y también la de Hunhan que esta buenisimo.
    Te odio infinitamente, asi, con todo el corazón (? Es que el fic de Hunhan es tan adghgutrhgedh que no puedo evitarlo!!!
    Estaré pendiente de tus actualizaciones y ya veras mis psicopatas comentarios mas seguido :D

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    1. No, no se publico... -.- Ya lo siento, ha tenido que ser trabajo doble DD:
      Me alegro mucho de que te guste, y creo que tienes suerte porque intentare actualizar hoy o mañana que no se porque esta historia me cuesta mucho escribirla ;; Gracias por la paciencia ♥
      Tu odio me llega a mi al corazón de lo intenso que es entonces *-* (?) JAJAJAJAJAJAJA Me alegro de que te guste también, el Hunhan lo escribo muy a gusto y me alegro mucho de que guste tanto :B
      fasdfsa Te amare si dejas comentarios E__E Que aquí a penas recibo.. XDD"
      Muchas gracias Tatiana ♥ Un besazo for you, mi odiadora (?)

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  2. djejkasdiehjsa

    Me gustó ;_; escribe máaaaaaaaaaaaaaaaas quiero quiero quiero ;w;
    -Se va rondando(?)-


    Shymi.

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    1. Lo haré *-* Este fic lo llevo un tanto lento pero... Juro por todo lo que quiero que lo acabare ~
      -Le acompaña porque parece realmente divertido(??)-

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