[Hunhan] Luminescent Parte 9




Gestos de bebes (Luhan).

-Por ahora Tiarn es fácil de cuidar. No llora mucho, solo cuando se ha hecho caca pues si le das a las horas correctas de comer no pasa hambre durante el día –comencé a informarle debidamente de la información básica que debía de saber-. No le gusta el ruido, ni los cambios de tono o la música muy movida. O sea que ten cuidado con esto último ¿sí? Te prohíbo terminantemente que estés escuchando música con los cascos puestos mientras estés cuidando de ella.

Veía como asentía una y otra vez mientras caminaba a mi lado. Aquel día tenía el coche en el taller y por eso no podía utilizarlo para trasladarme y de ahí que fuésemos caminando. No tenía claro si se estaba enterando de algo o no, acababa de salir de clase después de una semana entera metiéndole de todo en la cabeza al fin y al cabo.

-¿No podre hacer planes para este fin de semana entonces? –rodé los ojos y lo mire fijamente-. Vale, vale. Lo he pillado –comento molesto-. Ni quedar, ni música. Me ha quedado todo claro, tranquilo.

-Me alegro de que al menos me hagas caso cuando te hablo –sonreí abiertamente tranquilizando mi expresión.

Sehun, ahora sí que me sabía su nombre, me miro con cierta curiosidad reflejada en la cara. Me había acostumbrado ya a su inexpresiva cara y al mínimo gesto que hacía era capaz de descifrarlo. También cabía decir que siempre se me había dado bien hacer de adivino ante la gente después de haber tenido una hermana a la que era imposible de comprender y entender sus expresiones faciales.

-¿Te pasa algo? –acabe por preguntar pues no veía que tuviese ninguna gana de hablar abiertamente.

-No sabía que supieses sonreír –en vez de conseguir que sonriera más con ese comentario provoco que me pusiese serio nuevamente-. ¿Ves lo que te digo? –echo a reír de una manera tan ruidosa que provoco que Tiarn despertara y comenzara a llorar. Se quedo callado al instante, aun conteniéndose la risa, y fue a cogerla en seguida con sumo cuidado.

Como la cogió antes de que lo pudiera hacer yo, lo cual me pillo desprevenido, la calmo a su manera que era muy diferente de la mía. La agarro con fuerza y comenzó a hacerle ciertos gestos con la cara los cuales sacaron una sonrisa de sus labios antes de que imitara el mismo gesto que él hacía.

-¿Cómo has hecho eso? –pregunte interesado sin comprender como lo había hecho. No fue hasta que vio que Tiarn estaba completamente tranquila que se giro para hablar nuevamente conmigo.

-¿El qué?

-¿Cómo has hecho para que deje de llorar tan fácilmente? –profundice la pregunta para ver si así lo entendía al completo.

-¡Oh! Cuando me dijiste que iba a tener que ejercer de niñero decidí que debía de informarme un poco –se encogió de hombros sin separarse de mi sobrina-. Y leí que a los dos meses de edad son capaces de reconocer a la gente de alrededor por los gestos que hacen y que sienten que se les hace más caso si sonríen o sea que…

-¿Estas utilizando métodos conductistas con mi sobrina? –le interrumpí sin poder creerme que aquel niño que tenía delante pudiese ser tan inteligente.

-¿Conducque? –elevo un poco su tono de voz para mostrar su desconcertó. No, definitivamente no es que fuese el niño con luces fluorescentes que hasta hacia dos segundos pensaba que sería-. Solo hago gestos que le hacen sonreír.

Parpadee varias veces, sin poder evitarlo y sonreí nuevamente. La inocencia que tenia aquel niño me gustaba. Bueno, quizás más bien su sencillez. No sé. Pero me agradaba bastante.

-No pensaba decírtelo jamás, pero puedes llamarme gege si quieres en vez de señorito. En realidad no me gustan mucho esos formalismos.

-¿Gege? ¿Por qué debería de llamarte así? –aparto ligeramente a Tiarn de su cuerpo para volver a dejarla en su silla y no tener que cargar con ella todo el rato.

-Digamos que es el equivalente de Hyung pero en chino –le explique de manera simple pues no tenia mayor complicación.

-¿Eres chino?

Solté una larga carcajada al escuchar la pregunta. ¿Acaso no había notado mi acento? Vale que hiciese lo posible para disimularlo y que la gente que se sintiese más cómodo a mi lado pero… con él no había hecho, y se me hacía difícil pensar que no lo hubiese notado. Bueno, me quedaba claro que al menos racista no era.

-Sí, soy chino desde que nací –asentí con la cabeza tan solo una vez-. Pero cuando tenía unos diez años me mude junto con mi familia y algunos compañeros a Corea. Nada importante –negué con la mano para quitarle importancia a lo último que había dicho y no comenzase a preguntar sobre eso.

-Podrías ayudarme entonces con mis clases de chino entonces. Si no me vas a cobrar por ello al menos vamos –enfatizo su última frase con tal expresión que volvió a sacarme una nueva carcajada.

-Cobro por las horas íntimas más que por las horas no íntimas, eso está claro pero ayudarte a ti con tus deberes no debería de ser algo difícil –concluí intentando no parecer un rata ya que no lo era. 

Sehun se puso rojo, como cada vez que sacaba el tema del sexo a la luz. A veces incluso meneaba la cabeza, tosía o le entraba un extraño hipo que intentaba disimular sin gran resultado.

-No-no puedes hablar de esas cosas como si nada. No está bien –murmuro bastante alto intentando controlarse a sí mismo.

-¿Eh? ¿Por qué no? ¿Acaso no es un tema natural? –pregunte alzando la ceja sin entenderle. Lo normal sería que un chico de su edad, lleno de hormonas, estuviese deseoso de hablar de sexo con cualquier persona. Y más si tenía experiencia, para aconsejar y ese tipo de cosas.

-¡No! ¡Calla! –acabo gritando mientras me tapaba la boca con la mano.

“Pobre reprimido sexual”.

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